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Protestones, españoles con conciencia social Siete espíritus rebeldes, que luchan contra lo establecido y llaman a las cosas por su nombre, explican su filosofía y sus frases de guerra. No son aptos para todos los públicos. Almudena Ávalos y Rita Abundancia
Krizia Robustella y Gori de Palma. Diseñadores de moda. «La moda es un mundo de perras», se lee en las camisetas que diseña Robustella. «Solo Dios puede juzgarte», dice la piel tatuada de Gori. Ambos creadores defienden su profesión como una manifestación artística, una manera de comunicar y protestar. «No hay revolución sin que la moda esté implicada», afirma él. «Podemos hablar del movimiento punk, de los primeros riders o de la guerrilla, y todos están asociados a una estética determinante, como símbolo de esa lucha. Lo malo es que ahora está representada por el gusto colectivo y la manipulación consumista. Por eso yo busco huir de la dictadura de las tendencias», apunta. Krizia intenta pelear contra los estereotipos «a través de la moda y gracias a la ironía». Gori, «incomodar y cuestionar lo establecido, poner en duda los límites de la moral y la tradición». Ximena Garrigues y Sergio Moya Ada Colau. Portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). «Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas», Gandhi. Esta heroína nacional sin pelos en la lengua ha demostrado que, a veces, David vence a Goliat. La plataforma ha parado 650 desahucios desde noviembre de 2010, con la ley en contra y el Gobierno adoptando la táctica del avestruz. «Hemos tenido mucho apoyo porque es un tema muy grave que conecta con el malestar general. Ante la sensación de impotencia, la gente ve que se pueden conseguir cosas hasta ahora imposibles y eso abre un espacio de esperanza», afirma. Ada acaba de publicar junto a su pareja, Adrià Alemany, ¡Sí se puede! Crónica de una pequeña gran victoria (Destino). «Estamos ante un cambio de paradigma. Llevará mucho tiempo, pero los movimientos sociales ya no tienen vuelta atrás». Quizá lo demuestran las primeras palabras que su hijo pequeño balbuceó, que fueron: «Zí ze puede». Ximena Garrigues y Sergio Moya Sor LucÍa Caram. Dominica contemplativa del convento de Ntra. Señora de los Ángeles y Santa Clara, en Manresa, Barcelona. «Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida», Casaldáliga. Su fe carece de ciertas virtudes de su profesión: obediencia, «si la norma atropella la dignidad humana, no hay que cumplirla»; resignación, «el cristiano debe transformar el mundo»; o moderación, «las celebraciones religiosas parecen funerales. Jesús tenía sentido del humor y de la fiesta. Su primer milagro fue convertir el agua en vino». Esta monja argentina defiende los anticonceptivos, el matrimonio homosexual, la inclusión de la mujer en la jerarquía de la Iglesia y la independencia catalana. Mientras los obispos vetan sus charlas en colegios religiosos, sus seguidores en las redes sociales o en su programa Punt de trobada (Ràdio 4) crecen. Con ironía y fondos privados, «antes pedía a Dios, ahora pido a todo dios», ha creado un banco de alimentos, huertos ecológicos o un albergue. Y es feliz. Ximena Garrigues y Sergio Moya Javier Cejas. Autor de ‘Gin Tonic’ y ‘Spain for the Foreigners’ (Morsa), y colaborador de la revista www.elestafador.com. «La ley es igual para todos». Las viñetas de este dibujante rezuman crítica a la sociedad española. «Puedes remover conciencias a través del humor. Yo me conformo con crear reflexiones». Su infancia la pasó pegado a una televisión y una radio. «Ahora saco provecho de toda la información que adquirí sobre personajes y costumbres de la España tardofranquista». Dice que cuenta las cosas como las vivió. «Es el tiempo el que hace ver con crítica lo que antes era una práctica habitual». Javier no tolera la caspa española: «La actualidad es inmoral y desde Elestafador.com no podemos evitar mofarnos de los responsables de este circo». Ximena Garrigues y Sergio Moya Beatriz Talegón. Secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. «Seamos realistas, pidamos lo imposible», mayo del 68. La utopía que ella quiere hacer realidad es «cambiar el modelo de competitividad por el de cooperación. Y llevarlo a la economía y a la forma de gobernar. Los políticos están para gestionar la felicidad de su país». Su conciencia despertó con los atentados del 11-M. «Me cabreé y vi que no servía de nada. Había que implicarse y participar». El pasado febrero saltó a la fama por criticar los lujos de sus jefes, lo que le valió simpatías… y odios. Propone cambiar las cosas desde la clase turista, «prefiero que compartamos a que unos naden en la abundancia y otros no tengan qué comer. La ideología socialista –reparto de la riqueza e igualdad de oportunidades– está vigente. No hay que destruir las cosas por las que otros lucharon, sino recuperarlas y hacer cambios». No descarta presentarse a las primarias de su partido. Ximena Garrigues y Sergio Moya Xavi Puig. Creador de www.elmundotoday.com junto a Kike García. «La actualidad del mañana». Cada día se escucha más que algunas de las noticias reales que aparecen en los medios podrían ser inventadas por los chicos de El Mundo Today, acostumbrados a provocar la reflexión a través de la risa. A ellos les encanta: «Es genial que la gente nos utilice para hablar de la situación actual. Si el presidente del Gobierno da una rueda de prensa a través de una pantalla, el chiste es ese hecho en sí, y podría haber sido una noticia nuestra de un mes antes». Tras sus cuatro años de existencia, se han creado algunos enemigos. «Varias empresas han pedido que quitáramos noticias ficticias sobre ellos o nos denunciaban. Las hemos retirado siempre, pero anunciando que nos lo exigían. Creo que eso daña más su imagen. Sin embargo, otras más listas nos retuitean. Un buen community manager debería saber reírse públicamente porque revierte a favor de su empresa». Admiten que les interesa que les censuren, porque así adquieren más publicidad. «Nos da morbo, pero no nos parece sano. Ahora es mucho más fácil meterse con el rey que con una marca». Ximena Garrigues y Sergio Moya