15 momentos de Jane Birkin que la convirtieron en icono de moda universal

Por muy brillante que sea su trabajo interpretativo o muy notoria que sea su carrera musical, no todas las buenas actrices ni todas las excelentes cantantes consiguen alcanzar el estatus de iconos de estilo. La actriz y cantante británica Jane Birkin, quien acaba de fallecer en París a los 73 años, debutó prácticamente siéndolo. Tuvo mucho que ver que su físico, aniñado, enclenque, y su rostro, delicado y a la vez pícaro, sintonizaba a la perfección con el tipo de mujer que la explosión pop del Swinging London y Carnaby Street ensalzaba. Birkin, que apareció con pequeños papeles en películas que marcaron la estética de un tiempo y una forma de entender la moda, como Blow Up, de Antonioni o Kaleidoscope (película ambientada en el Este de Londres en la que también aparecía Warren Beatty) era la percha perfecta para el nuevo estilo de su tiempo: osada, sin complejos, segura de su cuerpo, Birkin se atrevía a ponerse las prendas que estaban revolucionando al mundo, con la minifalda a la cabeza, por supuesto.S. E. Orchard (Getty Images)

Ya cuando se casó a los 18 años con el legendario compositor John Barry lo hizo realizando un fashion statement, además de uno vital.Mirrorpix (Getty Images)

El enlace se celebró "en secreto" y a la ceremonia civil, entonces procedimiento muy poco convencional, acudió con un vestido baby doll de crochet cuya influencia en la moda fue tal que todavía en la actualidad muchas novias siguen mostrando ese vestido como referencia para sus propios enlaces. El matrimonio no duró mucho.Mirrorpix (Getty Images)

Cuando Barry decidió mudarse a Estados Unidos, Birkin no le siguió: se quedó viviendo con sus padres en Londres aunque no cejó en su empeño de ser actriz. Siguió haciendo castings en Europa y en Los Angeles. Birkin, quien se crió en una familia de clase media alta en el barrio londinense de Chelsea contó en una ocasión que en el colegio, pero sobre todo en el internado, era frecuentemente objeto de burlas por su físico: "Era mitad chico, mitad chica. Se reían de mí porque tenía un cuerpo enclenque y carecía de pechos".Joseph McKeown (Getty Images)

Sin embargo fue ese físico el que la convirtió pronto en un personaje muy reconocible. Su delgadez y androginia le permitieron ponerse con enorme confianza prendas que dejaban intuir su cuerpo y en ella las prendas hippies que empezaba a poner de moda el movimiento contracultural estadounidense encontraron su puerta de entrada a Europa.Keystone (Getty Images)

Cuando Jane Birkin conoció al que sería su esposo desde 1960 hasta 1980, el cantante Serge Gainsbourg, no hablaba una palabra de francés. Eso no impidió que la escogiesen a ella como su pareja para protagonizar Slogan, la película que la lanzó al estrellato en Francia y que los convertiría en la pareja más icónica del panorama galo en las siguientes dos décadas.Jacques Haillot (Jacques Haillot)

Juntos representaban la quintaesencia de la bohemia francesa: no solo por la energía de libertad y sexualidad que desprendían como pareja sino por el particular estilo con el que lo hacían. Birkin, quien a menudo parecía tomar prestadas las prendas de su marido, fue la "inventora" de ese gesto tan característico a día de hoy de la mujer parisina de ponerse prendas oversize de su esposo y aún así no perder un ápice de elegancia. Además de adoptar el inconfundible lobo de mar de su marido, imitó su forma de ponerse camisas vaqueras o de mezclilla y convirtió la simple camiseta blanca de algodón en un básico fashionista.Keystone (Getty Images)

Sus apariciones en el festival de Cannes (esta, en el de 1969) eran muy esperadas porque siempre hacían gala de una actitud despreocupada y vitalista que reflejaban en su forma de vestir: Birkin fue una gran promotora del famoso ad lib ibicenco, con sus camisas de escote barco Bardot (llamada así en honor a la actriz francesa).Keystone-France (Gamma-Keystone via Getty Images)

Birkin, muy consciente de la imagen que proyectaba al exterior, hizo numerosas sesiones de fotos con su familia y posó en innumerables ocasiones con su hija, Charlotte Gainsbourg, quien se convirtió también en una especie de icono de moda infantil. La fuerza de las imágenes de sus posados familiares y la elección de básicos del ropero marinero francés clásico, desde el chaquetón lobo de mar hasta la camiseta bretona, significaron una influencia decisiva para los armarios de todo el planeta y aún hoy son referencia frecuente para las revistas de moda que buscan fuentes de inspiración.Keystone (Getty Images)

La actitud desacomplejada frente a la desnudez fue una constante en el estilo de Birkin durante los años setenta. Cuando en 2018 S Moda la entrevistó con motivo del lanzamiento de su nuevo disco comentó que no se arrepentía de aquella desinhibición aunque sí confesó que en el mundo del siglo XXI no su hubiese atrevido a hacerlo. Birkin, precursora de todas las modas, lo fue también del naked dress que en 2023 invade las alfombras rojas y las salidas de los desfiles.

Aunque no era francesa Birkin ejerció como tal desde su fondo de armario. Hasta principios de los ochenta siempre usó el mismo tipo de bolso: un capazo de mimbre o paja, más propio para hacer picnics que para viajes en avión, que por supuesto ella puso de moda.Gilbert TOURTE (Gamma-Rapho via Getty Images)

Con frecuencia portaba en el bolso objetos inverosímiles, de acuerdo con su carácter excéntrico, entre los que podía haber, por qué no (y cómo no) una baguette envuelta en un periódico. Un día de 1984, en un vuelo internacional, la sentaron junto al presidente de Hermès, a quien le confesó que el capazo de paja no era cómodo pero que lo llevaba porque no conseguía encontrar bolsos de piel que se adaptasen a sus necesidades. Así fue como nació el modelo más famoso de la compañía, que todavía hoy lleva su nombre, pese a que ella manifestó su oposición abiertamente años después.Archive Photos (Getty Images)

Esta imagen es de 2010, cuando todavía se desplazaba a todas partes con el bolso que la firma marroquinera más prestigiosa de Francia había confeccionado para ella. Sin embargo, en 2015 se acabó el idilio, cuando descubrió que al menos, en uno de los modelos (el de piel de cocodrilo, Birkin Crocro), la fabricación de este accesorio conllevaba crueldad animal. “Después de enterarme de la crueldad con la que se masacran cocodrilos para producir el bolso de Hermès que lleva mi nombre, he pedido a la marca que cambie de nombre al modelo hasta que existan mejores prácticas que respondan a las normas internacionales de producción”.Jun Sato (WireImage)

El bolso más deseado por celebrities y millonarias de todo el globo no ha cambiado de nombre, pero Jane Birkin nunca volvió a usarlo. Aquí la vemos en 2017 saliendo de un acto homenaje a Serge Gainsbourg (de quien se había divorciado en 1980 para casarse con Jacques Doillon) de nuevo con un característico cesto de mimbre. Birkin, quien no abandonó nunca el cine del todo, se dedicó sobre todo a su carrera musical en los últimos veinte años. La última vez que actuó en España fue en 2018 sobre los escenarios del Primera Sound, donde hizo gala del estilo que nunca dejó de caracterizarla: andrógino, limpio, sencillo, desenfadado y bohemio.Bertrand Rindoff Petroff (Getty Images)

Precisamente con motivo de su actuación en el Primavera, Jane Birkin posó ante el objetivo de Philip Gay para la portada de S Moda y concedió una entrevista a corazón abierto en la que habló de su intensa relación con Gainsbourg, quien siguió siendo su amigo tras su divorcio, de haber sido una pionera en ponerse ropa de hombre ("Tuve la suerte de ser un hombre muy bello, mientras que como mujer tenía mucha más competencia…") y, claro, de su relación con la moda: "No quiero decir nada malo sobre la moda, porque hay marcas, como Saint Laurent o Hermès, que me tratan excesivamente bien. Pero, si le digo la verdad, ir de compras nunca me ha gustado. Los probadores me cansaron hace tiempo y la ropa para señora me parece horrible. Hace mucho que encontré el estilo que me sienta bien. Ya es demasiado tarde para empezar a ponerme vestidos razonables".