Rihanna o el temido retorno de las cejas ultrafinas
La cantante aparece en la portada de la edición británica de Vogue con un look que pronostica el regreso de la pinza depilatoria. ¿Volverán a convertirse Marlene Dietrich y las actrices de los 90 en referentes de belleza?
Dicen que las cejas son el rasgo de la década. La tiranía de la depilación que marcó los 90 dejó paso a la naturalidad de los pelitos que crecen sin control con un resultado infinitamente más favorecedor. Los productos para oscurecerlas o fingirlas más pobladas fueron multiplicando sus ventas hasta convertirse en un básico de neceser para muchas mujeres. Benefit, por ejemplo, vende un producto de cejas cada tres segundos en el mundo. Pero todo lo anterior se tambalea con la llegada del número de septiembre de la edición británica de Vogue. Rihanna protagoniza unas imágenes que auguran lo peor: las cejas (muy) finas podrían volver. Las mismas que, por cierto, luce Lady Gaga en el tráiler de la esperada Ha nacido una estrella.
El look, ideado por la maquilladora Isamaya Ffrench para Fenty Beauty (la exitosa línea cosmética de la cantante), pone toda la atención en la mirada creando unas cejas superdelgadas, muy arqueadas e impostadas, como si estuvieran pintadas con rotulador negro. Los labios burdeos y oscuros que rematan la propuesta recuerdan inevitablemente a Gwen Stefani en los 90. También vienen a la mente las cejas que Angelina Jolie, Megan Fox o Jennifer Aniston lucían por aquella época y que beben directamente de las que estaban de moda en los años 30 y que, a su vez, fueron un guiño a las líneas ultrafinas de los 20. ¿Volverán a convertirse Marlene Dietrich o Anna May Wong en referentes de belleza?
Como apuntan desde Teen Vogue, las cejas arqueadas y delineadas con lápiz se asocian estrechamente con la cultura y la estética Chola, la tribu urbana que, desde Los Ángeles, ha invadido las pasarelas. Un look callejero que han emulado Selena Gomez, Taylor Swift, Nicki Minaj, de nuevo Gwen Stefani y, por supuesto, la propia Rihanna. Aros grandes, estampado de leopardo, prendas ajustadas y maquillaje marcado son algunas de sus señas de identidad. Al igual que las uñas extralargas y acabadas en punta, la misma manicura que lleva desde hace tiempo la de Barbados. Esta conexión queda plasmada en la colección para el próximo otoño-invierno de la firma Faustine Steinmetz, que apostó por delinear las cejas de sus modelos por encima de su formal natural para rematar con uñas postizas de varios centímetros de longitud.
Aunque la apuesta por este maquillaje y por las cejas finas probablemente no sea masiva (de momento), Rihanna no da puntada sin hilo y su aparición en esta portada puede ser la antesala de en un kit para cejas finas firmado por Fenty. La idea es recurrir a un pigmento que cubra el pelo natural para pintar después un trazo fino y arqueado. Las pinzas de depilar deberían descartarse para evitar sustos (aunque ya sabemos que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y no parece que hayamos aprendido de los errores estéticos de los noventa).
Mientras que los expertos en belleza insisten en la importancia de unas cejas bonitas para enmarcar la mirada y modular la expresión del rostro, la propuesta de Rihanna es difícil de defender más allá de las licencias creativas de una portada de moda. «Si están bien diseñadas, aportan estructura y equilibrio al rostro. Además, suavizan la expresión. Por eso Cenicienta tiene unas cejas espesas mientras que la madrastra y sus hermanastras lucen cejas finas», decía Damone Roberts, el mago de las cejas. O lo que es lo mismo: Cara Delevingne y sus cejas ultrapobladas son Cenicienta y Rihanna encarna la mirada perversa de su madrastra. A tenor de lo desaparecida que está la primera en la industria de la moda y los pasos de gigante de Rihanna como referente estético millennial y reina de la industria cosmética, el pronóstico no parece nada esperanzador. Quizá lo mejor sea aceptarlo y empezar a prepararse para el temido regreso de las cejas ultrafinas.
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