La imparable invasión de la cosmética nicho (y ecológica)
Cada vez más consumidores precisan de productos naturales respetuosos con la piel. Hablamos con las mejores marcas de belleza natural, un sector en auge que duplicará sus ventas en 2020.
“Cuando mi hija Sandra era pequeña tenía múltiples reacciones alérgicas en la piel y eccemas. En un principio, busqué en la cosmética tradicional productos naturales que fueran suaves con la piel de Sandra, pero descubrí que la mayoría de marcas que vendían productos naturales estaban formulados casi totalmente por compuestos sintéticos. De hecho, solo con que tengan un 1% de ingredientes naturales en su composición, ya pueden denominarlo como natural”. Así nos explica Charlotte Vohtz como comienza su historia. Esta enfermera, licenciada en comercio y con más de once años de experiencia en el sector farmacéutico, comenzó a investigar hasta desarrollar Green People, una marca de cosmética natural pensada para mujeres, hombres, niños y hasta bebés, para cuidar, de un modo delicado, su cabello y su piel.
Como Sandra, son cientos las personas que sufren irritaciones a causa de los cosméticos que emplean. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), una de cada tres personas tiene la piel sensible y presenta síntomas como rojeces o eccemas. Eso, unido a un cambio en la mentalidad del consumidor que, según indicaba en su informe L’Observatoire des Cosmétiques, intenta adquirir productos menos nocivos, hace que las cifras del mercado de la cosmética ecológica aumenten, llegando a duplicar su nivel de ventas en 2020.
Cada vez son más las marcas que intentan competir en este mercado algo saturado y en el que es complicado salir airoso. Pasar los controles para conseguir un certificado ecológico es una labor ardua: son exigentes y los costes de fabricación se ven, casi siempre, incrementados. Sin embargo, “usando productos orgánicos certificados garantizas que los ingredientes estén libres de pesticidas, herbicidas o cualquier compuesto químico potencialmente dañino”, nos indica Charlotte Vohz. Una afirmación con la que coinciden los expertos de René Furterer, una de las marcas cosméticas del grupo Pierre Fabre Dermocosmética. “Un producto ecológico es aquel que se ha formulado con extractos vegetales obtenidos mediante al agricultura ecológica. En nuestro caso, cuando funcionamos con cultivos externos, tenemos un contrato en el que el agricultor se compromete a respetar nuestras normas de cultivo (no utilizar pesticidas, ni insecticidas)”.
Ecocert, la principal entidad certificadora de Francia, es una de la más exigentes. Con su sello garantiza que esos productos han sido elaborados con ingredientes naturales obtenidos de agricultura ecológica, su fabricación es respetuosa con el medio ambiente, no han sido testados sobre animales, emplea envases reciclables, no utiliza perfumes sintéticos, ni colorantes, ni una larga lista de productos químicos y conservantes artificiales.
Aurora Luengo, una de las socias fundadoras de Dhyvana Unique Beauty, recuerda perfectamente cómo fueron aquellos meses de trabajo hasta que consiguieron lanzar, a finales de 2015, su marca. Nos explica que después de trabajar en varias multinacionales decidieron montar su propia empresa. “Juan y Daniel, mis socios, no sentían una afinidad especial por la cosmética, pero era un campo que me gustaba y que para ellos suponía un reto. Además teníamos la posibilidad de hacer las cosas tal y como pensábamos que se debían hacer. Para nosotros el tema ecológico es un estilo de vida”. Reivindican desde sus estudiados packagings una belleza natural, en la que lo importante no es enmascarar, sino cuidar y resaltar las peculiaridades de cada uno. Cuidados esenciales en los que Bioxán Cremas y su fundadora, Ana Ugidos, fueron pioneros hace más de 20 años. No existían en aquel momento productos que mejoraran el estado de la piel y lo regenerara después de un tratamiento médico agresivo. “Además de vitamina E de origen 100% vegetal, incluímos en nuestra fórmula un ingrediente prebiótico de última generación, que ayuda a regenerar y regular cualquier tipo de afección que pueda padecer la piel. Es una formulación basada sobre todo en ingredientes de altísima calidad, biológica y no muy compleja”, indica Ana Ugidos.
Pero utilizar cosmética natural no siempre es garantía de inocuidad: “Todos los cosméticos tienen potencial de irritar la piel, aunque como norma, los más sencillos químicamente son mejor tolerados. El término natural no es equivalente a inocuo y los extractos de muchas plantas son muy complejos químicamente”, explica el Dr. D Leopoldo Borrego, Profesor Titular de Dermatología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dermatólogo del Complejo Universitario Insular Materno Infantil y miembro de la AEDV. Por eso, dentro de la cosmética natural, existe una fuerte tendencia hacia la utilización del mínimo número de ingredientes posibles. “Quince o veinte, aunque suene a mucho, suele ser el mínimo de sustancias que necesita una crema para funcionar”, nos asegura Aurora Luengo, encargada de formular las cremas de su marca.
Charlotte Voht argumenta al respecto que, desde su punto de vista, “los consumidores ven una menor cantidad de ingredientes como una señal de que el producto tiene menos posibilidades de ser dañino. Sin embargo, esto depende totalmente de los ingredientes seleccionados”. Una afirmación a la que Ana Ugidos añade, “somos cada vez más conscientes de la importancia en llevar una vida saludable, por eso no solo nos preocupa hacer ejercicio y lo que comemos, sino también lo que aplicamos al órgano más grande que tenemos: la piel”.
Un estilo de vida, el que implica la cosmética natural, al que no siempre es fácil seguirle el ritmo y que la maquilladora Sandra Torrero, junto a su socia, la modelo Patricia Román, han querido promover desde Nook Beauty Concept. Ubicado en Palma de Mallorca, su espacio pretende acercar a los consumidores a este modo de entender la cosmética. Por eso no solo funcionan como tienda (tanto física como on-line), sino que ofrecen en su salón servicios como manicuras veganas o maquillajes. “Conseguir algunas marcas internacionales de cosmética natural resulta complicado. Además, sentíamos una cierta predilección por este tipo de productos que cuidan de verdad la piel. Eso hizo que decidiéramos crear un nuevo concepto”, nos explica Torrero. A la hora de elegir las marcas que forman parte de su particular ecosistema, prestan una especial atención no solo a los certificados de los productos, sino a determinados aspectos que, a veces, la cosmética ecológica olvidaba, como un packaging cuidado, que evocara necesidad, o unos aromas agradables, pese a no llevar perfumes.
Detalles a los que cada vez se presta más atención y convierten a este tipo de cosméticos en objetos de deseo. Productos que, además de querer lucir en el tocador, cuidan nuestra piel de un modo altamente respetuoso.
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