11 fotos10 imágenes sexistas de azafatas en la Vuelta ciclista que no se repetiránSin besos, sin lluvia de cava y acompañadas de azafatos. La carrera cambia la normativa en la entrega de premios y fulmina del imaginario estas estampas.Noelia Ramírez19 jul 2017 - 09:53CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceSiguiendo la pauta marcada por otras organizaciones de carreras como el Tour Down Under de Australia, la Challenge de Mallorca, la Vuelta a la Comunidad Valenciana y la Volta a Catalunya, Unipublic, la empresa propietaria de La Vuelta a España, ha decidido impartir cambios en la entrega de premios respecto a sus azafatas. Tim de Waele (Corbis via Getty Images)La costumbre arraigada de mostrar a azafatas atractivas en el podio –criticada por fomentar prácticas machistas, cosificadoras y denigrantes– va a transformarse: las azafatas siguen, pero acompañadas por unos auxiliares masculinos, que colaborarán en la entrega de trofeos y ramos de flores.JAIME REINA (AFP/Getty Images)Los clásicos dos besos de dos azafatas al ganador frente a la prensa también desaparecerán del podio de la competición. Desde Unipublic, la empresa propietaria de La Vuelta, explican que "no se prohibirán los besos de por sí, pero se intentará eliminar la estampa orquestada del beso doble en la mejilla" y que si el ciclista "al colocarse el maillot quiere besar a los azafatos podrá hacerlo".JOSE LUIS ROCA (AFP/Getty Images)Sobre el uniforme de las azafatas, pocos cambios. La organización asegura "primará la elegancia" y que se mantendrá "la línea de los últimos años". La tónica es un traje de chaqueta sobre camiseta ajustada y tacones. Los chicos azafatos podrían vestir como en otras pruebas organizadas por Unipublic, como la carrera femenina Madrid Challenge, donde llevan corbata y traje. En la imagen, dos azafatas besan a Alejandro Valverde en la Vuelta de 2012.Alvaro Barrientos (AP)La nueva normativa podría suponer erradicar imágenes como esta de 2016, en las que los ciclistas están subidos al podio junto a unas jóvenes con tacones de aguja. Ahora, estarán acompañadas por azafatos vestidos de etiqueta. Los tacones, según indican desde Unipublic, no se van. "Consideramos que nuestros uniformes no son provocadores y exuberantes", defienden desde la organización.Tim de Waele (Corbis via Getty Images)Tampoco veremos lluvia de cava sobre la azafata, pero no por considerarlo denigrante. La carrera de este año no cuenta con el patrocinio de Gran Ducay, la bebida que patrocinó la carrera en numerosas ediciones. Aquí, Alejandro Valverde en la edición de 2012.JOSE JORDAN (AFP/Getty Images)Los cambios en la Vuelta llegan después de los instaurados en otras carreras españolas e internacionales. Allí se han erradicado uniformes sexualizados para ellas y han incluido a niños, hombres en la entrega de premios y ramos de flores, todos con vestimenta más sencilla y deportiva.DIEGO TUSON (AFP/Getty Images)"Las azafatas en los podios sobran, es como tratarlas como objetos, infravaloradas. Aquí es una costumbre arraigada y nadie se atreve a dar el paso, pero hay que admitir que poner ahí arriba a mujeres elegidas por ser guapas y tener buen cuerpo no es la mejor imagen que se pueda dar de ellas", apuntaba en El Correo el ciclista Mikel Landa hace unos meses.JAIME REINA (AFP/Getty Images)Sus declaraciones sobre la visión cosificada de la mujer en el ciclismo siguen la línea de otras protestas sobre la sexualización femenina en el ámbito deportivo, como es el caso de las paragüeras en las parrillas de salida en el mundo del motor, o las azafatas del último torneo de tenis Conde de Godó, que denunciaron que tuvieron que llevar minifalda pese al frío.Tim de Waele (Corbis via Getty Images)En la Vuelta de esta año los cambios comenzarán a percibirse: hombre en los podios, nada de dos besos conjuntos en la mejilla y adiós a las lluvias de cava. En la foto, una azafata se protege en 2011 mientras Igor Anton celebra su victoria.JAIME REINA (AFP/Getty Images)Por ahora, ni el Giro de Italia ni el Tour de francia han abierto el debate sobre la sexualización de sus trabajadoras.Tim de Waele (Corbis via Getty Images)