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Estos son los tonos de rubio que triunfarán este otoño Es una apuesta segura cada temporada, pero este verano no vale cualquier versión: el rubio se busca las vueltas para aportar luz al rostro de manera estratégica hasta en sus versiones más excéntricas. Las mechas que no son mechas - El 80% de las mujeres con el cabello teñido de rubio empezó aplicándose unas sutiles mechas claras, según Wella. Las que se llevan hoy siguen apostando por la discreción, cuenta Verónica Castro, directora de Vanitas Espai. Las woodlights, favoritas de wags como Elena Galera o Sofía Balbi, consisten en diferentes tonalidades en toda la melena creando un efecto vetado de madera con mucho brillo. Aportan más luminosidad a la cara que las tradicionales balayage (la técnica que intenta imitar los reflejos del sol) y con un resultado muy natural. ¿Han desaparecido las balayage? En absoluto, solo que «fusionan el dorado y el ámbar para aportar más luz al cutis, las definiría como rubio caramelo», aclara Isaac Salido. En cuanto a los cuidados, este tipo de mechas pide el uso de acondicionador en cada lavado que se alterne con mascarillas de hidratación, capaces de aportar agua, sellar la fibra y no dar un peso extra. El nuevo ‘granny’: fuera complejos - Del platino pasamos al Toasted Coconut, la nueva tendencia que recuerda a nuestras abuelas, pero en versión mejorada. Las redes sociales están llenas de platas, en maximelenas, cortes garçon o midi, más grises o tirando a platino. «Nace de una combinación de rubio frío casi blanco con toques marrones, y la clave está en realizar un perfecto degradado en el que no se noten los saltos de color de manera demasiado evidente. Es ideal para melenas oscuras con canas que quieren pasar al rubio sin grandes sacrificios de mantenimiento», añade Eduardo Sánchez, director del salón homónimo, y también para aquellas que quieren lucir la falta de melanina de manera cuidada y elegante. Para obtener esa tonalidad es básico acudir a un profesional (en casa corremos el riesgo de quemar la fibra) que realice una decoloración progresiva y con efecto diluido. A la hora de mantener los resultados, la solución está en los nuevos matizadores a la carta: mascarillas pigmentadas sin amoniaco ni parabenos, ricas en aminoácidos, pantenol y aceite de sacha inchi que enmascaran la oxidación de la fibra, hidratan y corrigen el efecto amarillo-naranja en función del rubio. El tratamiento es de Alpha Tecnic, The Madroom (desde 30 €). Imaxtree ‘Buttery Blonde’, sin estridencias - Karlie Kloss o Jennifer Lawrence prefieren esta temporada un rubio mantequilla y cremoso, menos agresivo, más cálido, capaz de adaptarse a todas las estaciones y a cualquier look. Cuenta Isaac Salido que se trata de ese tono sutil que en una melena castaña favorece si no se abusa de niveles altos de color y se respeta el natural de la raíz. Lorena Martínez recomienda primero unas balayage en crema para una transición más armónica, dejando las raíces más oscuras –y es que en base al estudio de Wella Professionals, el 63% de las españolas que se tiñen de rubio son castañas o morenas de nacimiento–. Cristina Cali, de Studio C, apunta que para que el rubio sea más beis las mechas «quedan mejor si se hacen a mano alzada y finalizando con el toque cálido para conseguir más brillo». Abandonamos así el reinado del rubio ceniza, más esquivo a la hora de conseguir luminosidad en la piel, pero favorito de muchas por su capacidad para anular los tonos anaranjados al tener una base azul. Reparar daños con lo último - El 13% de las españolas son rubias genéticamente, según un estudio de L’Oréal. «Este color tiene niveles bajos del pigmento melanina, suele ser más fino y delicado, tiende a deshidratarse y perder brillo, es más permeable a las agresiones externas (frío, sol, contaminación, viento, calefacción y humedad) y pierde con facilidad su natural efecto dorado», explica la estilista Noelia Jiménez, con salón homónimo. El rescate cosmético pasa por productos suaves y de calidad que potencien la luz, aporten volumen y lo protejan de las herramientas de peinado, ya que suele ser más poroso, y por lo tanto no repele el calor. Para Juan Carlos Fano, estilista de la peluquería con su nombre, los rubios dañados por procesos de aclarado se reparan gracias a la terapia de taninos, conservantes vegetales de la corteza de los árboles con propiedades antirrotura y a las cataplasmas de plantas que equilibran el tono, que garantizan un resultado natural y reparan la fibra. Hielo, la tonalidad más épica - Más frío que nunca, en homenaje a Khaleesi de Juego de tronos o Galadriel en El señor de los anillos. ¿Dejamos o no la raíz visible? «Ambas versiones están a la orden del día, pero si elegimos el contraste conviene dejar un centímetro de grosor y que los baby hairs o pelillos cortos de la frente y las sienes también permanezcan oscuros», explica Eduardo Sánchez. Un apunte: las melenas decoloradas son las más frágiles y necesitan mimos extra, por lo que el estilista Alberto Cerdán recomienda que cuando esté mojado no se frote, solo se cepille. «Lo ideal es utilizar la mínima potencia de calor en el secador», y al usar las herramientas de styling aplicar protector en medios y puntas. HBO Liso y dorado: sueño cumplido - Muchas fans de la queratina dejaron de serlo cansadas de ver cómo su melena tornaba a indeseados tonos amarillos y naranjas. Por eso, la última tendencia es el alisado brasileño orgánico, natural al 100% y con un diferencial: su fórmula contiene un matizador violeta específico que elimina el aspecto amarillento aportando luz y matices, además de reparar los daños de tintes y decoloraciones gracias a seis aminoácidos de alto valor biológico, aceites amazónicos, proteínas y colágeno. Se puede realizar en Aquarela Peluqueros (desde 120 €). Mostaza, el riesgo (útil) de diferenciarse - El hashtag #mustardhair es de los más buscados en Instagram y el mostaza, el tono para todo. Ojo, en cuestiones capilares no hablamos de amarillo o naranja –de hecho, este último es la peor pesadilla para el 48% de las españolas que se tiñen de rubio, según un estudio de Wella Professionals–; nos referimos al mostaza de toda la vida. Como explica Lorena Martínez, estilista de Divinitè Salon, «para que favorezca a cualquier tipo de piel hay que combinarlo con notas amarronadas y jengibre. Y para que no vire a neón o verdoso, es preferible mezclar tonos yellow con otros orange». Eso sí, el ‘antirrubio’, como muchos lo llaman, requiere cuidados muy concretos: tratamientos hidratantes, nutritivos y reavivadores del color, mucha protección solar específica en verano y alejarse de planchas y secadores. Alanna Durkovich (@xandervintage) Champú azul: adiós amarillos - Su fin es neutralizar el amarillo y el naranja. Es fácil caer en ellos por culpa de tratamientos químicos, lavados con productos no apropiados o por la exposición solar. Pero cuidado con el fervor por los champús de base azul o morada, dice Isaac Salido que «son tan aliados como enemigos; es cierto que nos permiten obtener un rubio estilo nórdico y dejar atrás el tono ‘pollo’ al que tiran las melenas de las españolas, pero pocas personas se lo aplican correctamente, y como consecuencia el cabello queda reseco y sin luz. Su fin es exclusivamente el color, pero no el tratamiento», así que conviene apostar por mascarillas y acondicionadores, y el champú solo de vez en cuando. Noelia Jiménez aclara que no sirve para teñir, sino para matizar: «Se usa durante varios lavados, no basta con uno, y recomiendo hacerlo en el mechón que amarillee y no en el resto, que podría tirar a azulón». En la imagen, Spray Blonde Bestie de L’ORÉAL PROFESSIONNEL (18,20 €), Sérum Universal Cicaplasme Blond Absolu de KÉRASTASE (32,30 €) y Masque Soin Régénérant, de SISLEY (70 €). Plató S Moda