La familia de los tres muertos en una piscina en Mijas niega que no supieran nadar
La Guardia Civil apunta que los fallecidos en un complejo turístico de la costa malagueña no sabían nadar, algo que desmiente la viuda y madre de los ahogados
Un simple baño desencadenó una desgracia. El martes, dos días después de que la familia Diya llegara a Mijas (Málaga) desde Londres para pasar sus vacaciones, tres de sus miembros, el padre y dos de sus hijos, perecieron ahogados en una piscina del complejo turístico Club La Costa World. Según la Guardia Civil, todo se debió a un “trágico accidente” que tuvo una causa principal: ninguno de los fallecidos sabía nadar. Ese es el resultado de la investigación que los agentes comenzaron la misma tarde del 24 de diciembre y que el instituto armado hizo público este viernes para acallar rumores. Una versión que rechaza la familia, que anoche emitió un comunicado en el que negaba que los ahogados “no supieran nadar”. “Algo hizo que se vieran arrastrados hacia el centro de la piscina, que es la zona de mayor profundidad, y de la que desgraciadamente no pudieron salir con vida”, se afirma en el escrito, en el que se insiste que nadie “realizó práctica alguna que pudiera entrañar un riesgo”.
La reconstrucción de los hechos efectuada por los agentes, tras tomar declaración a los familiares, testigos y empleados del alojamiento turístico, arranca a las 13.30 del pasado martes. La familia formada por el matrimonio de Gabriel y Olubunmi Diya y sus tres hijos —Praise Emmanuel, de 16 años; Favour, de 14; y Comfort, de nueve— tomaba el sol en una de las piscinas del complejo. La temperatura rondaba los 20 grados y los tres menores decidieron darse un chapuzón mientras sus progenitores permanecían en las hamacas.
Minutos después, la hermana mediana decidió salir del agua. Vio entonces, desde fuera, cómo su hermana pequeña se adentraba en la zona más profunda de la piscina. Fuentes de la investigación destacan que fue un traspiés lo que la impulsó desde la zona en la que estaba (de 1,35 metros de profundidad) hasta la otra (que alcanza los dos metros). No podía salir por sus propios medios y, por ello, su hermano de 16 años acudió en su ayuda. Tuvo los mismos problemas. Alertada por los gritos de la niña de 14 años, la madre pidió ayuda a otros turistas mientras el padre se lanzaba a la piscina a rescatar a sus hijos. “No le fue posible debido a que no sabía nadar”, señaló la Guardia Civil en un comunicado. Horas después, la familia insistió en su comunicado que no era así.
Cuando el personal del complejo turístico llegó, el hombre y los dos menores estaban “inconscientes” en el fondo de la piscina. Tras sacarlos con dificultades, les practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar. “También se usó el desfibrilador, con los consejos del médico del club”, afirmaron fuentes de la empresa. No sirvió de nada. Minutos después, el personal sanitario de emergencias solo pudo certificar la muerte de las tres personas. Eran Gabriel Diya, de 52 años, su hija Comfort y su hijo Praise Emmanuel. La mujer y la tercera hija, que presenciaron toda la secuencia y estaban en shock, debieron ser atendidas por el servicio de psicólogos del 112. Este viernes por la tarde volaron de vuelta a Londres, según afirmaron varios empleados del establecimiento.
La misma tarde del 24 de diciembre, agentes del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) revisaron cuidadosamente motores y válvulas del sistema de depuración de la piscina, pero no hallaron ninguna irregularidad. También realizaron una inmersión y encontraron el gorro de baño de la pequeña en el fondo. Los agentes tomaron muestras de agua, que están siendo analizadas en el Centro de Toxicología de Sevilla.
La autopsia de los cuerpos, realizada el día de Navidad, reveló que el hombre y los dos menores fallecieron “por ahogamiento”, como informaron desde el Instituto de Medicina Legal de Málaga el jueves y un día después confirmó la Guardia Civil. Se descartó la existencia de “algún tipo de intoxicación química”. Los cuerpos tampoco presentaban ningún signo que indicase muestras de golpes o arañazos.
Con toda esta información, la Guardia Civil concluye que lo sucedido en el mediodía de Nochebuena fue “un trágico accidente”. La causa, según la investigación realizada por la Policía Judicial de Mijas y dirigida por la titular del Juzgado número 2 de Fuengirola, fue “la falta de pericia de las víctimas al nadar cuando se introdujeron en una zona profunda de la piscina donde no hacían pie”.
Más de un centenar de empleados del establecimiento turístico, ubicado en la zona este de Mijas y muy cerca de Fuengirola, se concentraron este viernes al mediodía para guardar un minuto de silencio en memoria de las tres personas fallecidas. “Ha sido un golpe duro, más aún en estas fechas tan familiares”, explicaba uno de ellos. “Es muy triste lo sucedido, pero tenemos que seguir adelante”, añadía una trabajadora de la limpieza del resort, que vivía una total normalidad salvo por la numerosa presencia de periodistas.
La iglesia Redeemed Christian Church of God (RCCG), con base en Londres, informó el jueves de que el fallecido ejercía de pastor en esta entidad religiosa: “Nuestras oraciones son para la familia del pastor Gabriel Diya, las parroquias bajo su supervisión, así como sus amigos, asociados, otros miembros de la RCCG y el público en general”. La familia, de origen nigeriano, residía en Charlton, al sureste de la capital inglesa.
"La piscina cumplía con todas las normas"
La piscina de Mijas en la que fallecieron los tres miembros de la familia Diya tiene capacidad para 89 personas. A su lado hay otra para menores de seis años con aforo máximo de 11 niños. La normativa que las regula depende de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Fuentes de la administración subrayan que la piscina del Club La Costa World "cumple con todas las normas que se le exigen desde la Junta de Andalucía a una instalación comunitaria de estas características". Es la misma versión que ha defendido la empresa desde el primer momento.
"Hemos seguido las indicaciones de las autoridades en todo momento", afirman en la empresa, que ha iniciado un análisis interno para conocer lo sucedido con exactitud. Eso sí, este viernes la piscina estaba cerrada al uso, a pesar de que días antes la firma había asegurado que era apta para el baño. "Le informamos de que esta piscina permanecerá cerrada hasta nuevo aviso", rezaban los dos carteles colocados en las duchas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.