El guerracivilismo, al desván
Hay que interpretar la fragmentación como el resultado de una España pluralísima y moderna y no como una tribu cavernícola

¿Y si la fragmentación parlamentaria no fuera mala? Si lo parece es porque quienes diseñaron el sistema electoral español la juzgaban indeseable, y por muy discutibles que fueran sus razones, no solo las tenían en abundancia, sino que eran compartidas por una gran parte de la sociedad. Las mayorías absolutas de los años 80 y 90 no solo fueron el efecto de un mecanismo legal que las favorecía, sino la expresión genuina de una España obsesionada con el futuro y a la que le parecía bien que unos Gobiernos fuertes llevasen al país a la equiparación con Europa. En sus memorias políticas de su paso por el Ministerio de Cultura (1988-1991), tituladas Federico Sánchez se despide de ustedes, Jorge Semprún recordaba el desinterés y el rechazo que provocaba en el Gobierno cualquier alusión a la guerra civil y a la memoria de posguerra. De hecho, el quincuagésimo aniversario del conflicto, cumplido en 1986, pasó inadvertido. El horizonte estaba en otro sitio.
La armonía entre la sensibilidad del país y la forma en que esta se expresaba en las elecciones saltó por los aires en las últimas generales de 2015-2016, y ayer se confirmó que el tiempo de las mayorías absolutas es ya tan histórico como el del turnismo de Cánovas y Sagasta. El sistema electoral está pensado para facilitar unas mayorías que ninguna fuerza puede conseguir porque no hay partidos capaces de identificarse con una mayoría social tan amplia. El modelo actual se considera representativo con correcciones, lo que hace que, de hecho, funcione como un sistema mayoritario en 28 provincias donde se eligen menos de cinco escaños (y es ahí donde se formaban esas mayorías absolutas, donde la desproporción entre el porcentaje de voto y el número de diputados es más acusada). Esto beneficia la expresión del bipartidismo, pero se vuelve muy injusto con tantos actores. Urge una reforma que se adapte a la realidad del país de 2019.
Se ha hablado de bloques, resucitando el fantasma de las dos Españas, pero la fragmentación es propia de una sociedad avanzada que busca más matices que frentismos. ¿Puede habernos confundido el griterío de la campaña? Los candidatos han azuzado ese espectro, electrificando los discursos con alusiones a la emergencia nacional y poniendo muy difíciles los pactos. La vocación centrista ha desaparecido de la estrategia de casi todos, pero sin ella no puede haber concierto en la nueva legislatura. Parece difícil que aparezca ahora, después de todo lo oído y visto, pero alguien con visión de Estado debería romper la inercia del frentismo y echar al baúl del abuelo (sin naftalina, para que lo coman las polillas) cualquier alusión guerracivilista. Ni frentes populares, ni de Judea, ni nuevas alianzas derechonas: tal vez sea el momento de recuperar ese espíritu amnésico de los años 80 y reconducir el gobierno a la sociedad del siglo XXI. Para ello, hay que interpretar la fragmentación como el resultado de una España pluralísima y moderna y no como una tribu cavernícola empeñada en zurrarse con la misma estaca.
Consulte aquí todos los resultados de las elecciones generales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Análisis de ajedrez | Joya rápida de David Antón en Catar
¿Repetir o pasar de curso? Algunos daños colaterales
Detenido en Chiapas Yoel Alter, integrante de la secta Lev Tahor, por presunta trata de menores para matrimonios forzados
Ayuso aprueba un gasto extra de 106 millones de euros para el “reequilibrio” económico de tres hospitales de Quirón en 2025
Lo más visto
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- De celebrar el Gordo a temer no cobrarlo: la comisión de fiestas de Villamanín se dejó en casa un talonario vendido antes del sorteo
- Los socialistas valencianos reclaman a Feijóo que entregue a la jueza de la dana la conversación íntegra con Mazón
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”






























































