Supuesto trato VIP a la esposa de Bárcenas y a Sepúlveda en la cárcel de Soto del Real
Fuentes penitenciarias denuncian que se ha permitido un encuentro entre Rosalía Iglesias y el extesorero, y que el exmarido de Ana Mato ha pasado a un módulo de vida ordinaria directamente
Las primeras horas de Rosalía Iglesias, esposa de Luis Bárcenas, y Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y exmarido de Ana Mato, en la cárcel madrileña de Soto del Real se han visto envueltas por la polémica. Fuentes penitenciarias denuncian que a estos dos condenados por el caso Gürtel, a los que la Audiencia Nacional ha ordenado este miércoles ingresar en prisión, han recibido un trato diferente del que se dispensa a otros reclusos recién ingresados. Según estas fuentes, Bárcenas -que ingresó en la prisión el pasado lunes- se pudo reunir con su esposa solo unas horas después de que esta llegase al centro penitenciario gracias a que la dirección de la prisión autorizó para ambos una "comunicación extraordinaria", unos encuentros recogidos en el reglamento penitenciario pero que no es habitual que se concedan a reclusos recién ingresados.
En el caso de Sepúlveda, el supuesto trato de favor denunciado se produjo al adjudicarle en tan solo unas horas un módulo de vida ordinaria, sin necesidad de pasar la primera noche en el de ingresos, como es habitual en aquella personas que entran por primera vez en prisión, como era su caso. El exalcalde de Pozuelo de Alarcón ocupa ya una celda en el módulo 1, el mismo en el que está recluido Luis Bárcenas. Se trata de uno de los espacios de la prisión menos conflictivos, ya que en él se encuentran los presos de mayor edad. El Ministerio del Interior no desmiente los hechos y se limita a asegurar que "el director de la prisión se ha ajustado rigurosamente al reglamento y a los protocolos previstos".
La esposa de Bárcenas fue condenada la pasada semana a 15 años y un mes, y el exalcalde, a 14 años y cuatro meses. Tras pedir la Fiscalía Anticorrupción su ingreso en prisión, el tribunal celebró el pasado lunes sendas vistillas para decidir si permanecían en libertad ambos y otros 13 condenados mientras el Tribunal Supremo estudia los anunciados recursos de sus defensas y fija la pena definitiva para todos ellos. Ese mismo lunes ya ingresaron en prisión de orden de la Audiencia Nacional el extesorero, el exconsejero madrileño Alberto López Viejo y el exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega. Para el resto, los magistrados se dieron hasta este miércoles para tomar una decisión. En el caso de Iglesias y Sepúlveda, el tribunal acordó prisión provisional eludible con sendas fianzas de 200.000 y 100.000 euros ante el riesgo de fuga. Ninguno la abonó en un primer momento. A primera hora de la tarde, ambos eran conducidos en un vehículo policial a la cárcel de Soto.
El encuentro de Bárcenas con su esposa se produjo solo dos horas después de que esta llegase. Según fuentes penitenciarias, esta reunión fue justificada el artículo 41.6 del Reglamento Penitenciario, que contempla que "además de las comunicaciones ordinarias señalas en el horario de este servicio, se podrán conceder otras de carácter extraordinario como recompensa y por urgentes e importantes motivos debidamente justificados en cada caso". Según fuentes de la propia cárcel, en esta ocasión la reunión entre el matrimonio se produjo para que Bárcenas -que ya pasó 19 meses en esta misma prisión- pudiese tranquilizar a su esposa y explicarle detalles de la vida en prisión. El envío de Sepúlveda al módulo 1 es calificado por las fuentes consultadas de "inexplicable" y, aunque admiten que la dirección del centro tiene potestad para tomar decisiones de este calado, no dudan en situarlo "fuera de la normalidad".
José Luis Pascual, presidente de ACAIP, el sindicato mayoritario entre los funcionarios de prisiones, asegura que ambos sucesos "ha provocado indignación entre los trabajadores de la prisión". Pascual admite que las decisiones del director de la prisión "probablemente estén dentro de la legalidad", pero destacan que están "alejadas de las que se aplican a otros reclusos". Una situación que achaca "al conocido posicionamiento político" del responsable del centro, que sitúa "muy cercano al PP".
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