Los cuñados de ‘El Chicle’ desmontan la coartada con la que lo protegían
El abogado del autor de la muerte de Diana Quer anuncia que decidirá si abandona su defensa cuando se sepa si hubo agresión sexual
El soporte familiar con el que contaba José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, se desmorona definitivamente. Dos de sus cuñados que, junto a su esposa, Rosario R., habían amparado durante los últimos meses su coartada han declarado esta mañana en el Juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira (A Coruña) en calidad de testigos para decir lo contrario que habían contado en su momento a la Guardia Civil: que no estaban con el autor confeso de la muerte de Diana Quer la noche en la que la joven madrileña desapareció sin dejar rastro. Sus parientes "ya no le dan cobertura", ha explicado a la salida del edificio judicial Ricardo Pérez Lama, el nuevo abogado conjunto que defiende los intereses de la madre y el padre de la víctima como única acusación particular.
En el marco de las investigaciones por la desaparición de Diana Quer en la madrugada del 22 de agosto de 2016, una cuñada de El Chicle y su esposo habían manifestado a la Guardia Civil que estaban con el preso esa noche. Según la versión que les hizo contar a todos el supuesto homicida de la chica, habían dedicado aquellas horas para robar combustible en zonas portuarias de A Pobra do Caramiñal, la localidad de la que faltó la joven veraneante el domingo de las fiestas patronales.
Una vez que transcendió el intento de secuestro de una joven en Boiro y se les mostraron tanto a ellos como a la pareja de Abuín señales de la vinculación de éste con el caso, según relató la Guardia Civil en su comparecencia ante los medios de comunicación, cambiaron su versión y dejaron de dar coartada a su familiar. Tras su declaración, el letrado de los padres de Diana Quer ha ratificado que ambos han manifestado en sede judicial "lo que dijeron en sede policial". También ha recalcado que ambos testigos no tienen "nada que ver con este tema". El juez, no obstante, mantiene imputada a la esposa de Abuín Gey porque todavía no cuenta con elementos suficientes para "descartar" que esté involucrada en los hechos investigados.
Por su parte, el abogado del detenido, José Ramón Sierra, ha acudido esta mañana a la prisión coruñesa de Teixeiro, donde se encontraba incomunicado su cliente, y ha revelado que tiene previsto regresar el lunes por la tarde para tomar con él una decisión sobre la defensa tras tener "alguna novedad de la autopsia". En esta visita, cuando se cumple el último día de incomunicación cautelar del sospechoso de la muerte de Diana Quer, ha dicho que simplemente le ha llevado "algo de ropa" porque continuaba con la misma con la que fue arrestado y trasladado a los calabozos de A Coruña hace una semana.
Sierra ha concretado que el lunes por la tarde estará "a las 16.30 horas" en Teixeiro para poder avanzar en un sentido u otro, seguir defendiendo o abandonar la representación de su cliente de forma definitiva. "Esperemos tener alguna novedad del informe preliminar de la autopsia el lunes por la mañana y, en función de ese informe, hablaremos con él de manera definitiva y tomaremos una decisión sobre si continuamos o no con la defensa", ha asegurado.
En realidad, tal y como informa Europa Press, este viernes el penalista acudía al centro penitenciario "a ver otros presos", ya que "la orden de incomunicación acaba a las 15 horas", ha dicho. "Queríamos saber si está bien en el módulo en el que se encuentra y nos han dicho que sí", ha detallado. El juez tomó la medida cautelar del aislamiento para proteger de cualquier tipo de presión la declaración de los dos testigos que estaban citados esta mañana. Se trata de una hermana de la esposa de El Chicle, y de su marido. Pero una hermana diferente a la gemela de Rosario R, que en el año 2005 denunció a Abuín por violación y más tarde retiró la denuncia.
El abogado de El Chicle aconsejó desde el principio a su cliente no prestar declaración ante el juez mientras no se conozcan los resultados de la autopsia. El detenido dijo a la Guardia Civil que se trataba de un atropello accidental, no obstante, en su examen inicial, el domingo pasado, los forenses apreciaron "indicios de criminalidad" aunque todavía no "signos concretos de delito". Fuentes relacionadas con la investigación han explicado a El País que en aquel examen inicial prácticamente se descartó cualquier posibilidad de atropello.
El abogado del sospechoso asegura que le interesa "más que cualquier otra cosa" conocer el informe preliminar, que de momento no está redactado y probablemente se conocerá a principios de la semana que viene. "Cuando tengamos el informe tomaremos una decisión. Pero realmente a él lo voy a ver a las 16,30 horas del lunes, solo exclusivamente a él, que está en un módulo especial", ha precisado Sierra. Al salir, ha anunciado, tendrán "una decisión tomada".
"Ayer [jueves, día en que estaba citado a declarar en los juzgados] se volvió a hablar con él y nos sigue diciendo esa misma versión", ha contado a la prensa congregada a la puerta del centro penitenciario. Abuín, que llegó a llorar en el edificio de los calabozos de A Coruña cuando se derrumbó y decidió decir dónde estaba el cuerpo, mantiene que "ha sido un accidente con un automóvil". "Como defensa esperemos que sea cierto, si no es así nos planteamos un escenario muy distinto, no como defensa, sino apartándonos del asunto", ha concluido. Se apartarán "por una simple cuestión de confianza": "Si el cliente nos miente, nosotros podemos hacer el tonto, pero no tanto", ha sostenido. Y ha recordado que si se demuestra que hubo agresión sexual, deja la defensa.
Abuín permanecerá en los próximos días en el módulo de ingresos acompañado durante las 24 horas del día por un preso de confianza de la prisión dentro del protocolo antisuicidios. El próximo lunes, según han informado fuentes penitenciarias a este diario, la junta de tratamiento de Teixeiro mantendrá una reunión para decidir si es conveniente trasladarlo a una cárcel más alejada de su zona de residencia. Existe el temor de que sufra represalias por parte de otros presos, muchos vinculados al narcotráfico, un mundo del que él fue expulsado por traicionar a su clan familiar.
Los jóvenes que auxiliaron a su segunda víctima también declaran
Después de pasar a declarar los dos cuñados de José Enrique Abuín Gey, también han acudido a prestar declaración como testigos los dos jóvenes que auxiliaron y salvaron a la mujer que el día 25 de diciembre intentó supuestamente secuestrar El Chicle en la localidad coruñesa de Boiro.
La víctima de este asalto declaró ya el pasado 31 de diciembre, por esta investigación que ha sido separada por decisión del juez del caso Diana Quer y forma otras diligencias independientes en otro juzgado distinto, el número 2 de Ribeira.
El asalto a esta mujer joven fue el suceso que precipitó la detención de Abuín, al que los agentes de la Guardia Civil que lo estaban investigando creían incapaz de reincidir sabiéndose sospechoso. La víctima se salvó gracias a la intervención de dos muchachos que pasaban por la calle y que oyeron sus gritos cuando forcejeaba con El Chicle mientras este trataba de introducirla en el maletero del Alfa Romeo gris plata que también utilizó con Diana Quer en 2016.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.