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Miguel Montes, el preso que más tiempo pasó entre rejas

El recluso encadenó condenas entre 1976 y 2012, cuando fue indultado, al delinquir en muchas de sus múltiples fugas

Miguel Montes Neiro
Javier Arroyo

Miguel Montes Neiro no quería que le calificaran como preso peligroso. Él proponía que mejor le conocieran como un reputado fuguista. El que fue considerado el preso más antiguo de España, con 36 años de prisión a sus espaldas —de los que casi cuatro los pasó huido— tenía contabilizadas 19 evasiones, momentos fugaces de libertad que aprovechaba para delinquir o enamorarse.

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 Instituciones Penitenciarias hacía este perfil en 2011 de su inquilino más pertinaz: “Cada vez que Montes Neiro ha tenido un permiso se ha escapado, y cada vez que ha estado en la calle, ha delinquido”. Aunque obviaba que alguna de esas huidas le había permitió saborear brevemente la vida: en una de ellas conoció a su primera esposa, de la que se divorciaría más tarde. En otra volvió a enamorarse de la que luego sería la madre de sus dos hijas.

En realidad, Montes delinquió en 14 de las 19 evasiones (robos, falsificaciones, tráfico de drogas), pero todas, ya fuera por el nuevo delito cometido o por la fuga en sí, le reportaron semanas extra en prisión. Salvo esos 1.386 días en libertad que obtuvo por su cuenta, Montes pasó tras las rejas el resto del calendario entre 1976 hasta 2012, cuando un indulto del Gobierno de Mariano Rajoy dejó en libertad al preso más antiguo de España.

Ya se encontraba mal de salud. En la madrugada del sábado, con 67 años, Montes Neiro falleció víctima de un cáncer de pulmón diagnosticado apenas dos meses antes. El exrecluso conocía su enfermedad desde hace una década. Su abogado le dijo: “Ahora, a vivir en libertad”, a lo que Miguel replicó: “A morir en libertad”.

Nacido en el granadino barrio del Albaicín, en 1950, Miguel Montes Neiro fue, quizá más que un preso, un aficionado al flamenco. Sus años de cárcel los entretuvo modelando en barro a sus amigos flamencos y, por supuesto a Camarón. Al flamenco y a la cerámica ha dedicado también sus años de libertad. Y a su nieto, que ahora tiene un año y dos meses.

La vida penal de Montes comenzó pronto. A los 12 años ingresó en un reformatorio tras clavarle accidentalmente una flecha en el ojo a un niño en su barrio del Albaicín. Con 16 años lo acusan de robo. Una década después se inicia ya la racha que solo acaba 36 años más tarde: en 1976, con 26 años y siendo legionario en Ceuta, lo acusaron del robo de un subfusil. En falso, como se pudo demostrar un rato después. Miguel le arreó un puñetazo al oficial que lo había acusado. Según él, nunca más lo dejaron reintegrarse a su labor militar y acabó acusado de deserción.

A partir de ahí, acumuló hasta 30 condenas: robo con violencia, detención ilegal, allanamiento de morada, falsificación de documentos públicos, tráfico de drogas, tenencia de armas, delitos contra la seguridad de tráfico, desórdenes públicos... Un catálogo completo que nunca incluyó delitos de sangre.

Manual de escapismo

También era amplio el manual de escapismo. En 2009, consiguió un permiso especial para acudir al velatorio de su madre, en Granada. Allí pidió ir al baño, de donde se escapó por una ventana tras forzar una reja. En otra ocasión fingió un ahorcamiento para que lo trasladaran al hospital, de donde era más fácil escapar. En otra más, utilizó las cloacas en una hazaña de la que no quiso dar mucha información: “Ningún preso cuenta toda la verdad de cómo se fugó, nunca saben cuándo tendrán que volverlo a hacer”, decía.

Pero la mala suerte de Miguel fue topar con la doctrina Parot, un argumento legal pensado para terroristas. Así, los reos con varias condenas estaban obligados a cumplir cada una de ellas, sin poder acumularlas en un único periodo de cárcel. Cuando Montes Neiro empezó a delinquir, el máximo de tiempo legal en la cárcel para sus delitos era de 20 años (30 para terrorismo).

Tras su salida de prisión, el preso más antiguo de España apareció en un par de noticias judiciales. Apenas un mes después de recibir el indulto acusó a ciertos funcionarios de supuesto trapicheo ilegal de alcohol y móviles. Un sindicato le denunció pero aquella denuncia fue archivada. Un año después, en febrero de 2013, fue detenido por un robo de joyas por 4,5 millones de euros en El Corte Inglés de Marbella. Al primer día de juicio Montes Neiro llegó acusado solo por la joyería y dos aseguradoras, no por la fiscalía. En ese primer día, las partes retiraron la acusación contra él y salió libre de cargos.

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