El PSOE y la cuadratura de la plurinacionalidad
La dirección socialista presenta este lunes un paquete de medidas legislativas, en medio del debate interno sobre el significado y los límites del concepto de nación
La España plurinacional, concepto propuesto por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la búsqueda de una solución a la crisis territorial con epicentro en Cataluña, mantiene un gran interrogante: ¿Cuántas naciones hay entonces en España? Y otros relacionados, como por ejemplo: ¿Esa idea de nación tiene solo un componente cultural y sentimental o sin pretenderlo puede servir de excusa al independentismo, en un momento crítico en España por el desafío lanzado por la Generalitat y el Parlamento de Cataluña? El PSOE tratará de dar respuesta este lunes a las inquietudes internas y extramuros del partido presentando el paquete de iniciativas legislativas que va a llevar al Congreso, y que ya fueron esbozadas en la Declaración de Barcelona del pasado julio, un texto que se anunció como una “oferta política” para evitar que se produzca el “choque de trenes”.
Para “revertir” los “efectos perniciosos de cinco años de ausencia de política y de diálogo entre los Gobiernos de España y de la Generalitat”, los socialistas plantean “profundizar en el autogobierno” de Cataluña. Por ejemplo, con la “culminación del traspaso de las transferencias pendientes y los recursos necesarios” para hacerlas efectivas, como en salvamento marítimo y protección civil. Otros remedios que proponen son “recuperar” el nivel de inversión del Estado y finalizar el proyecto ferroviario del Corredor Mediterráneo.
En todo caso, y a la espera del recorrido parlamentario que tengan esas iniciativas, EL PAÍS ha preguntado a los dirigentes territoriales del PSOE por su interpretación de la España plurinacional, concepto que el partido aprobó en su congreso de junio y que deja varios cabos sueltos: ¿En qué se distingue la nación de la nacionalidad, ya contemplada en la Constitución? ¿Cuántas naciones hay en España?
Los textos clave
El PSOE aprobó en su 39º congreso, el pasado junio, apostar por el “perfeccionamiento” del artículo 2 de la Constitución para que refleje la plurinacionalidad de España. Estos son los textos clave en el debate:
Artículo 2 de la Constitución. "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".
Declaración de Granada del PSOE de 2013. "El Estado de las Autonomías tiene que evolucionar, actualizarse y perfeccionarse. Y tiene que hacerlo en su sentido natural: avanzando hacia el federalismo, con todas sus consecuencias".
Resolución del PSOE en el Congreso Federal de 2017. "Proponemos una reforma constitucional federal, que mantenga la unidad del Estado, perfeccionando el carácter plurinacional del mismo, y que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, de acuerdo con los artículos 1 y 2 de la Constitución".
Resolver o avivar la crisis
“¿Contando a Tartesos o sin contarla?”, responde con ironía Javier Lambán, presidente de Aragón. “Por favor, como español, como aragonés y como socialista, no me siento concernido de ninguna manera por este debate. Es lo más inocuo que puedo decir”.
“Hay las mismas que en 1978”, contesta Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura y al frente del Consejo Político del PSOE. “No caigamos en un debate nominalista. Tiene unos componentes sentimentales que hay que gestionar desde la razón”, defiende Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana.
Las explicaciones de los líderes territoriales constatan las dificultades para definir —y asumir en algunos casos— la plurinacionalidad como clave de bóveda de la apuesta de Ferraz por una reforma de la Constitución que culmine en un Estado federal. El resultado refleja puntos de vista opuestos entre algunos de los principales líderes socialistas, divididos entre quienes ven en el proyecto una oportunidad para terminar con las tensiones territoriales de España y quienes temen que precisamente las aviven.
“Nuestro país es plurinacional de manera obvia”, dice Carmen Calvo, miembro de la dirección del PSOE y para quien nación y Estado “no son equiparables sino que son distintas realidades”. “España es un Estado único con una unidad territorial incuestionable y un único sujeto de soberanía, que son todos los españoles”, sentencia. Partiendo de esta premisa, Calvo subraya que “existen sentimientos de pertenencia de diferente intensidad”. “Pueden ser distintos por razones culturales o históricas, pero en un Estado se pueden tener diferentes sentimientos acerca de la nación”, alega.
La plurinacionalidad reabre las disensiones que intentó cerrar la Declaración de Granada de 2013, consensuada tras interminables debates por los socialistas durante el mandato de Alfredo Pérez Rubalcaba. Las discrepancias con la línea oficial del PSOE existen, aunque se han difuminado después de la derrota de Susana Díaz en las primarias de mayo. La presidenta de Andalucía y secretaria general de la principal federación declinó pronunciarse para este reportaje. Su silencio es, en sí mismo, un mensaje.
“Me siento muy cómoda con el artículo 2 de la Constitución”, se limitó a decir Díaz, frente a la apuesta de Sánchez por la plurinacionalidad, en el congreso federal. El resto de dirigentes críticos con Sánchez tampoco tienen previsto dar la batalla, y menos si Díaz no lo hace. Se han replegado en sus territorios. La prioridad son sus procesos congresuales.
La soberanía reside “en el conjunto del pueblo español, de acuerdo con los artículos 1 y 2 de la Constitución”, recogen las resoluciones del 39º congreso socialista del pasado junio. “La unidad del Estado” se mantiene en la nueva propuesta, pero se añade: “Perfeccionando el carácter plurinacional del mismo”. Lo que no aparece por ningún lado es la España “nación de naciones”, fórmula en la que Sánchez insistió durante la campaña de las primarias, refiriéndose a “naciones culturales” y no políticas cuya “singularidad” debe ser reconocida.
“Nación jurídico-constitucional hay una sola. Lo mismo digo si la llamamos nación política, cívica o de ciudadanos”. Es la perspectiva de Javier Fernández, presidente de Asturias y de la gestora que dirigió el PSOE entre la dimisión de Sánchez como secretario general y su reelección en las primarias. “En cuanto a lo que la Constitución llama nacionalidades, que se puede interpretar como naciones culturales, el término ha sido polémico antes incluso de que Renan se preguntara lo que era en 1882. Yo tengo una idea muy poco nacionalista de nación”, desarrolla Fernández. “Tenemos que terminar el edificio, se dejó sin concluir con la redacción del artículo 2 de la Constitución, que indica que España está formada por nacionalidades y regiones. Reconozcamos esa plurinacionalidad que la Constitución ya reconocía”, apunta por su parte el extremeño Fernández Vara.
“La nación es un sentimiento, una realidad identitaria, emocional, que hay que reconocer”, expresa Francina Armengol, presidenta de Baleares. Y subraya: “Es indiscutible que en Cataluña hay un sentimiento de nación, y en la misma situación estaría el País Vasco”. La reflexión de Miquel Iceta, primer secretario del PSC, es que, “como la nación tiene que ver con un sentimiento, debe decidir cada autonomía la denominación que mejor se ajusta a la voluntad mayoritaria de sus gentes”. “Hay cosas que es difícil regular por ley y debe regular cada Parlamento autonómico”, opina.
“Hay comunidades que por razones culturales, históricas o lingüísticas tienen ese carácter de nación que reconoce el Consejo de Europa sin que esto presuponga el derecho a constituirse en Estado”, comparte Idoia Mendia, secretaria general del PSE-EE. La impresión de Francisco Ocón, secretario general del PSOE de La Rioja, es que “sería de necios negar que [la identificación con una nación] es un hecho evidente en Cataluña, Galicia y Euskadi”. Ocón cree que el número de naciones en España “se debe englobar dentro de la reforma de la Constitución, que ni siquiera recoge los nombres de las comunidades autónomas”.
Armengol incide en que la región que gobierna se denomina en su Estatuto “nacionalidad histórica”. “Y eso se hizo en el Gobierno de [JAUME][Jaume] Matas, del PP”, remarca. El Estatuto de la Comunidad Valenciana recoge también la condición de nacionalidad histórica.
En lo que sí coinciden todos los dirigentes del PSOE que han atendido a este diario es en que el reconocimiento de nación no puede contribuir en modo alguno a la diferencia entre los ciudadanos en función de dónde residan. Delimitar las competencias de las diferentes Administraciones es una de las cuestiones cruciales para evitar la desigualdad por los servicios recibidos en un modelo federal. “Serán iguales”, zanja Ocón.
“Las competencias que garantizan la igualdad de los ciudadanos, vivamos en el territorio que vivamos, serán del Estado federal. Las que respondan al sentimiento de identidad territorial quedarán dentro de la competencia de los territorios. Es básicamente el modelo autonómico pero perfeccionado y poniendo en marcha mecanismos federales que obligan a la lealtad, coordinación y solidaridad entre todos”, indica Carmen Calvo.
“La aprobación por el último congreso del PSOE del término Estado plurinacional no lleva aparejado ningún estatus especial para las comunidades que adquieran el reconocimiento de nación”, advierte Fernández. El presidente asturiano se muestra preocupado por “la confusión” que según él la plurinacionalidad “induce” y “las expectativas que genera para los que piensan que tener la categoría de nación o nacionalidad o región abre una dinámica semejante a la de las competiciones deportivas: Primera División, Segunda...”. “Hay que tener cuidado en que las distintas visiones de España nos puedan llevar a distintas visiones del Estado, que nos hagan evolucionar más que hacia un Estado federal hacia uno diferencial no solo en lo cultural sino en lo económico y fiscal”, concluye sobre las posibles consecuencias jurídicas y competenciales del reconocimiento de nación frente a una autonomía.
Estado asimétrico
“España ya es un país asimétrico en temas competenciales, de financiación… No reconocerlo es no ver la realidad”, interviene Armengol. No obstante, la presidenta de Baleares apremia a clarificarlo: “La Constitución tiene que fijar nominalmente, competencialmente y desde el punto de vista financiero lo que tiene cada territorio”. La dirigente cree que el Estado debe garantizar los servicios comunes y dar capacidad de decisión a los territorios. “La solución es la corresponsabilidad dentro del Estado federal... Estamos en un Estado donde desde el poder central se decide todo. El problema de España es que no existen unos órganos de Estado federal adecuados”. Como ejemplo, Armengol pone el Senado, que no es la Cámara territorial que tantos demandan, o el control que el Gobierno tiene del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Mendia también insta a la “definición clara” de las competencias exclusivas del Estado. Para la secretaria general del PSE-EE, defender la igualdad de todos los españoles “no equivale a considerar imprescindible un sistema de financiación homogéneo”. “Ahora, es necesario un sistema de financiación justo con todos los integrantes de ese Estado federal”, finaliza. “El problema es el centralismo. Hay que ir hacia un Estado federal que garantice los servicios públicos en igualdad a todos los ciudadanos”, sintetiza Puig.
La variedad de opiniones corrobora el reto mayúsculo de articular un Estado federal donde cada uno “se pueda sentir español como quiera pero sin distinciones entre ciudadanos”, dice Fernández Vara. De ahí, en parte, la llamada a la mesura de Iceta. “Es absurdo ponerse a discutir sobre lo que será el final de un largo proceso de negociación. Es difícil que las formulas aparezcan al principio. Lo normal es que lo hagan al final, cuando hay consenso” con los demás partidos, confía el primer secretario del PSC.
Las primarias en la federación de Madrid reabren el debate
La posibilidad de que Madrid pudiera ser considerada una nación más dentro del Estado plurinacional que promulga Pedro Sánchez —planteamiento realizado por José Manuel Franco, coordinador regional de la campaña de Sánchez a la secretaría general del PSOE y favorito ahora para suceder a Sara Hernández en Madrid, la federación socialista más convulsa— reabrió el mes pasado el debate sobre el modelo territorial de los socialistas. Y se ha convertido en uno de los argumentos que los demás aspirantes a liderar el PSOE-M emplean en un intento de desgastar a Franco.
“No me asusta usar el término nación dentro del Estado español, que es el proyecto común. Hay varias naciones en función de las sensibilidades, pero no creo que tenga que haber tantas nacionalidades como comunidades autónomas”, piensa Sara Hernández. “No hay hechos diferenciadores en todas. Es nuestro caso: no creo que en Madrid exista ese hecho diferenciador como para llamarla nación”, concluye en respuesta a Franco.
El candidato, portavoz adjunto en la Asamblea de Madrid, declina responder de manera directa a la secretaria regional. “Cuando el artículo 2 de la Constitución habla de nacionalidades, ¿cuantas nacionalidades hay en España?”, pregunta Franco, en línea con el planteamiento del extremeño Guillermo Fernández Vara.
Ambos aspirantes a la secretaría general del partido en Madrid coinciden en que el reconocimiento de nación no implica que haya ciudadanos de distintas categorías. “Sea comunidad autónoma o nación, nunca puede suponer que unos ciudadanos tengan más derechos frente a otros. Si no estaríamos rompiendo el principio de igualdad”, expone Sara Hernández. “Así es y debemos acordarlo entre todos en el marco de la negociación de una reforma constitucional. Como hizo el constituyente en el año 1978”, añade Franco.
La visión de España de los dirigentes territoriales del PSOE
Javier Fernández (Asturias). "La aprobación del término Estado plurinacional no lleva aparejado ningún estatus especial para las comunidades que adquieran el reconocimiento de nación (...) Me preocupa la confusión que induce y expectativas que genera para los que piensan que tener la categoría de nación o nacionalidad o región abre una dinámica semejante a la de las competiciones deportivas: Primera División, Segunda...".
Javier Lambán (Aragón). "¿Cuántas naciones hay? ¿Contando a Tartesos o sin contarla? Como español, aragonés y socialista no me siento concernido de ninguna manera por este debate. Es lo más inocuo que puedo decir".
Guillermo Fernández Vara (Extremadura). "Hay las mismas naciones que en 1978. El edificio se dejó sin terminar con la redacción en el artículo 2 de la Constitución en la que se indica que España está formada por nacionalidades y regiones. Reconozcamos esa plurinacionalidad que la Constitución ya reconocía".
Ximo Puig (Comunidad Valenciana). "Este no debe ser un debate nominalista. No se trata tanto de definir cuántas naciones hay sino de garantizar la singularidad de territorios y la igualdad de los ciudadanos (...) Se puede ser español con otro sentimiento: tenemos que ser capaces de entender la pluralidad de España".
Francina Armengol (Baleares). "Es indiscutible que en Cataluña hay un sentimiento de nación, y en la misma situación estaría País Vasco. Nosotros nos denominamos como nacionalidad histórica, y eso se hizo en el Gobierno del PP". "España ya es un país asimétrico en temas competenciales, de financiación… No reconocerlo es no ver la realidad. Esto hay que clarificarlo, la Constitución tiene que fijar nominal, competencialmente y desde el punto de vista financiero lo que tiene cada territorio. El Estado debe garantizar los servicios comunes y los Gobiernos autonómicos deben tener capacidad de dar unos servicios. La solución es la corresponsabilidad dentro del Estado federal".
Miquel Iceta (Cataluña). "Como la nación tiene que ver con un sentimiento, debe decidir cada comunidad autónoma la denominación que mejor se ajusta a la voluntad mayoritaria de sus gentes. Hay cosas que es difícil regular por ley y que debe regular cada Parlamento autonómico".
Idoia Mendia (País Vasco). "Hay comunidades que por razones culturales, históricas o lingüísticas tienen ese carácter de nación que reconoce el Consejo de Europa, precisamente por su singularidad política, sin que esto presuponga el derecho a constituirse en un Estado".
Pablo Zuloaga (Cantabria). "Hay tantas naciones como sentimientos culturales e históricos existen en España. Hay comunidades como Cataluña, País Vasco, Valencia o Galicia con un fuerte sentimiento nacional propio, que identifica su cultura o su historia, pero no lo es menos en Canarias, Navarra o Castilla".
Francisco Ocón (La Rioja). "El número [de naciones] se debe englobar dentro de la reforma de la Constitución, que ni siquiera recoge los nombres de las comunidades autónomas. Hay evidentes diferencias de carácter lingüístico, cultural e identitario. Sería de necios negar que es un hecho evidente en Cataluña, Galicia y Euskadi".
Ángel Víctor Torres (Canarias). "Muchos españoles tienen un concepto de pertenecer a una nación determinada, lo que no significa que no pertenezcan a España. Naciones son todas aquellas con una cultura o un dialecto determinado".
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