La prisión rechaza excarcelar a Oubiña por un incidente con un funcionario
El juez de Vigilancia Penitenciaria exige explicaciones sobre el incumplimiento del auto que concedió la libertad condicional al narco
La excarcelación del narcotraficante gallego Laureano Oubiña vuelve a estar rodeado de polémica. Desde que el 24 de febrero un auto del juez central de Vigilancia Penitenciaria, de conformidad con la fiscalía antidroga de la Audiencia Nacional, le permitiese abandonar la prisión en régimen abierto al cumplir las tres cuartas partes de su última condena, la cárcel de Navalcarnero mantiene retenido a Oubiña. El penal alega la apertura de un expediente disciplinario por un supuesto enfrentamiento verbal del narco con un funcionario.
El juez José Luis Castro ha dictado este lunes una providencia exigiendo a la dirección general del centro penitenciario que informe de los motivos por los que no se ha ejecutado el auto de excarcelación de Oubiña tras recibir un escrito de su abogado en el que se queja de las “trabas” que ha puesto la prisión para incumplir con la resolución judicial.
Castro había acordado la libertad condicional de Oubiña, de 70 años, después de validar su oferta de trabajo en una ONG de Guadalajara, la Asociación San Francisco de Asís, cuyo objeto social es ayudar en la acogida a inmigrantes y extoxicómanos. El juez le impuso la prohibición de no regresar a Galicia hasta dentro de cinco meses, cuando se extinga la condena por blanqueo de dinero.
El propio Oubiña, su abogado y su procurador no han parado de interponer escritos y recursos desde el mismo día en que se conoció el auto. Incluso llegaron a plantear un habeas corpus por retención ilegal en el juzgado de Navalcarnero que fue desestimado por la jueza de guardia al considerarlo un asunto estrictamente penitenciario.
En el escrito remitido al juez Castro se denuncia que Oubiña permaneció tres días en el mismo régimen penitenciario, pese a que el auto obligaba al penal a pasarlo automáticamente a tercer grado. Posteriormente fue trasladado al módulo de ingresos donde permanece desde entonces. Su abogado advierte de las responsabilidades en las que pudiera incurrir la prisión de Navalcarnero de persistir en el incumplimiento del auto.
La Junta de Tratamiento de la prisión se opuso sistemáticamente a la concesión del tercer grado a Oubiña, alegando “factores de inadaptación” del preso, su reincidencia delictiva, alarma social y el tiempo de la condena que le queda por cumplir, además de valorar el “escaso efecto intimidatorio de la pena”.
El expediente disciplinario que ha impedido la excarcelación de Oubiña fue abierto hace casi dos meses, cuando este regresaba del hospital donde le tratan de un cáncer Un funcionario le llamó la atención por la barba recortada que lucía, dando como hecho que el interno había aprovechado la ocasión para ir al peluquero. Oubiña pidió entonces que se hicieran todas las comprobaciones posibles visionando las cámaras de seguridad de la cárcel.
Este es el segundo incidente penitenciario que impide a Oubiña salir de la prisión. En 2011 se paralizó otro auto de libertad condicional cuando cumplía una condena por narcotráfico en la prisión de Dueñas (Palencia), tras el hallazgo de un móvil en su celda, lo que motivó la apertura de un expediente por falta grave.
Laureano Oubiña negó los cargos y denunció a otro interno al que acusó de haberle dejado el teléfono en su celda para comprometerle. Al final, el propio denunciado llegó a reconocer los hechos y meses después se cerró el expediente a favor del polémico traficante de hachís, que ya encadenaba otros dos juicios por blanqueo del que solo uno salió absuelto.
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