Rivera afronta el reto de consolidar un suelo electoral

En política, los gestos cuentan. La sede central del Ciudadanos, en Madrid, amaneció este lunes sin los gigantescos carteles de Rivera que presidían su inmensa fachada desde hace meses. En su lugar, el naranja corporativo y las siglas de Ciudadanos.

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Rivera, reelegido el viernes como presidente del partido, sigue siendo la pieza clave del proyecto y ha propuesto para la Asamblea de esta semana una reforma de los estatutos que concentra en su equipo más poder del que ya tenía. Sin embargo, también ha dado pasos para intentar convencer a los votantes de que Ciudadanos es más que su líder: cederá la gestión diaria del partido a José Manuel Villegas, el secretario general; Inés Arrimadas le ha sustituido como portavoz nacional; y su Ejecutiva ha crecido para que sus integrantes se especialicen en áreas políticas. ¿El objetivo? Que Ciudadanos se independice de Rivera para atraer a los electores por sí mismo; que consiga representación en las cinco autonomías en las que no la tiene; y que no repita los errores que cometieron UCD y UPyD, según la secretaría de Organización.

“Que un solo partido entre de golpe con tres millones y medio de votos no ha pasado nunca. Hay que cuidar eso para que sirva para seguir creciendo”, dijo Rivera durante su mitin del domingo. “Hemos creado entre todos un espacio político que no existía”, siguió el líder de Ciudadanos, que pretende delegar responsabilidades para poder recorrer España con el objetivo de fortalecer los lazos del partido con la sociedad civil y así asentar y alimentar de ideas su proyecto. “Uno de los objetivos que tengo es que en Ciudadanos no haya nadie imprescindible, empezando por mí”.

“Si han tomado esa decisión es porque están buscando consolidar la marca despersonalizándola”, dice Gustavo Entrala, experto en estrategia de comunicación y Fundador de la agencia 101, sobre el cambio de imagen del partido. “No quieren que les pase lo mismo que a UPyD con Rosa Díez”, sigue. “El reto no es sencillo. Los nuevos proyectos políticos parecen no estar asentados en la mente del votante. Y si bien Podemos está metido en un lío tremendo con su liderazgo, la opinión pública puede dar cinco o seis nombres suyos porque tienen la suficiente notoriedad. En Ciudadanos solo tienen reconocimiento universal dos personas: Rivera y Arrimadas”.

“Renovarse o morir”

Los sondeos explicitan que los votantes de Ciudadanos son los más propensos a cambiar de partido. Al tiempo, Rivera, que se mantiene como el político mejor valorado, sufre el desgaste de su gran exposición mediática y de sus giros estratégicos (pactó con Mariano Rajoy tras asegurar que no lo haría). Para neutralizar esas dos tendencias, los estrategas de Ciudadanos lleva meses promocionando a otros portavoces. Y ahora dan un paso definitivo: acentuar la marca en lugar del líder.

“Los ciclos electorales han acabado. Es el momento de que el centro de la imagen sea Ciudadanos”, dice Fernando de Páramo, secretario de Comunicación. “Nosotros estamos muy orgullosos del liderazgo de Albert. No se trata de que porque hayamos quitado las fotos de Albert cuando se han acabado las campañas vayamos a limitar su liderazgo. Hay un equipo muy potente detrás. Nuestro trabajo ha sido que los españoles conocieran qué es Ciudadanos. Ahora muchos lo conocen y el objetivo es que conozcan al equipo”.

No es un cambio menor. Como dijo este lunes Arrimadas: “Renovarse o morir. En un mundo que cambia tan rápido, si no te mueves te quedas atrás”.