Rajoy apela a la unidad para acallar el debate de la continuidad de Cospedal
El único dirigente territorial del PP que sigue cuestionando en público la compatibilidad de la secretaria general y ministra es el presidente del partido en Andalucía
Mariano Rajoy llamó ayer varias veces a la cúpula de su partido, en el ámbito nacional y territorial, a afrontar el periodo de congresos internos que se avecinan en el PP con la máxima “unidad” e “inteligencia” para evitar las divisiones apreciadas en otras formaciones. Fue un aviso para controlar los principales debates abiertos para esos cónclaves sobre primarias, limitación de mandatos, incompatibilidad de cargos y la continuidad de Dolores de Cospedal en la secretaría general del PP, que solo cuestiona abiertamente el partido en Andalucía.
El PP celebró ayer en Madrid la última reunión de su Comité Ejecutivo Nacional, del equipo de Rajoy, antes de la celebración los días 10, 11 y 12 de febrero del XVIII Congreso Nacional de la organización, pendiente desde hace dos años. Era, en teoría, una cita de trámite, sin asuntos polémicos ni divisiones conocidas. De hecho solo se produjeron tres intervenciones, la obligada de Dolores de Cospedal, la secretaria general, para hacer el recurrente balance; el informe clásico de Rajoy; y un recordatorio del ministro Cristóbal Montoro sobre la reciente muerte del exministro Luis Gámir. Pero Rajoy, en su exposición de lo conseguido y lo que queda por afrontar en esta incipiente legislatura, incluyó algunos avisos en clave interna para evitar signos de desunión. Fueron advertencias sin destinatario conocido, al menos oficialmente.
Mariano Rajoy agradeció a todos los servicios prestados hasta ahora y les conminó a seguir en esa línea: “Si no hubiéramos remado todos en la misma dirección habría sido imposible llegar a donde estamos”. Fue ahí cuando el líder popular pidió afrontar ahora este nuevo proceso interno “con inteligencia” para hacerlo así “mejor que otros”, a los que no nombró, y para conseguir que el PP hable “poco de sí mismo” y todas las renovaciones se produzcan “con el menor ruido y los menores líos posibles y con la mayor fuerza orgánica”.
Rajoy no quiso fijar posición ante su equipo sobre los asuntos más candentes que están planteando ya algunos delegados y organizaciones de cara al congreso del PP. El jefe no lo hizo pero su portavoz oficial, Pablo Casado, sí enumeró en rueda de prensa que a la espera de lo que debatan y voten los compromisarios la dirección del partido cree que las primarias puras (“un militante, un voto”) no son su modelo ni más democráticas que su elección representativa, que la limitación de mandatos comprometida con Ciudadanos no está claro que deba asumirse en los estatutos internos y que Cospedal y otros miembros de la cúpula pueden realizar competentemente varios trabajos orgánicos e institucionales al mismo tiempo. El argumentario oficial. Todos esos asuntos quedan a la espera de Rajoy, que no los respaldará. La incógnita más peliaguda sigue siendo la continuidad de Cospedal en la secretaría general del PP, como ministra de Defensa, diputada nacional y al frente del partido en Castilla-La Mancha.
Primarias madrileñas al estilo Chamberí o Salamanca
El PP cerró anoche el plazo para presentar enmiendas a las cinco ponencias de su XVIII Congreso Nacional. La mayoría se volcaron en proponer correcciones a los estatutos, que en esta ocasión se discutirán y votarán entre los 3.128 delegados presentes en el pleno. El asunto conflictivo de las primarias llegará al debate por las propuestas de distintos delegados madrileños. Desde la gestora que dirige ahora la organización, el consejero Ángel Garrido del Gobierno de Cristina Cifuentes lo planteará oficialmente. El portavoz del PP en la capital y presidente en el distrito de Salamanca, Íñigo Henríquez de Luna, presentará su propio modelo de voto de todos los militantes y el presidente en el distrito de Chamberí, Luis Asúa, ha tramitado otra enmienda con el modelo de las primarias francesas, en el que votan a dos vueltas todos los ciudadanos que suscriban el ideario conservador y paguen una cuota de dos euros. Es el que le gusta a Esperanza Aguirre.
La percepción casi generalizada en la dirección del PP es que Cospedal compatibilizará, al menos, el Ministerio y el segundo cargo en importancia del partido, bajo la premisa teórica de que Rajoy no toca lo que funciona. Muy pocos dirigentes del PP mantienen en privado, sin embargo, que Cospedal haya hecho una buena gestión en sus ocho años al mando ejecutivo del partido. Pero Rajoy tampoco quiere dar pistas de futuro ni señalar sus preferencias.
El único barón del PP que sigue expresando en público esa inquietud es el presidente del partido en Andalucía, la organización más poderosa en militantes y compromisarios. Juan Manuel Moreno volvió a repetir ayer a la entrada de la ejecutiva su defensa de una voz que se dedique en exclusiva a la secretaría general al margen de las funciones del Gobierno.
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