Fin de una campaña insólita
Finaliza una campaña vasca sin las tensiones identitarias del pasado
Finaliza una campaña vasca sin las tensiones identitarias del pasado e insólita, también, porque nunca habían tenido tanta presencia los líderes nacionales —tres visitas de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez para seguir dirimiendo su pulso político— y porque el partido gobernante, el PNV, con su centralidad recuperada, se ha encontrado con una oposición que no le cuestiona a fondo ni plantea su desalojo como sucede con el PP en España, porque todos cuentan con él para algo.
Así, Bildu le ha pedido al PNV su participación en su propuesta estrella, el derecho a decidir. Pese a su mochila, ha captado el cambio social y en campaña ha orillado la inhabilitación de Arnaldo Otegi. Centrado en su competencia con Podemos por el segundo puesto, Bildu ha cedido protagonismo a sus mujeres cabezas de lista, que han insistido en rechazar la violencia; ha potenciado el discurso social y la conexión con los jóvenes; y ha exhibido músculo con una movilización masiva.
Podemos, en contraste, denota su falta de estructura y se ha centrado en su candidata, Pilar Zabala, y en la denuncia social de las insuficiencias del oasis vasco en su competencia con Bildu. Contrastó la agresividad de Pablo Iglesias contra el PNV con la actitud de Zabala, proclive al acuerdo con este partido en política territorial y la consolidación del fin de ETA. El PSE, socio del PNV en Diputaciones y Ayuntamientos, sostén de la política presupuestaria del Gobierno vasco y partido preferido por Iñigo Urkullu para gobernar, ha tratado de recuperar su perfil reivindicando su papel histórico como impulsor de las políticas sociales y contenedor de las pulsiones soberanistas del nacionalismo.
El PP ha limitado su papel a ser indispensable en la gobernabilidad del PNV ofreciéndose como complemento de este partido o de un pacto PNV-PSE para construir una mayoría frente a un hipotético tándem Podemos-Bildu que en la campaña no despunta. Su candidato, el exministro Alfonso Alonso, no ha presentado ninguna propuesta territorial ni sobre el fin de ETA.
Ciudadanos aspira a recoger el escaño de UPyD en Álava en disputa con el PP. Es la provincia menos nacionalista y caladero del PP, donde Urkullu se estrena como cabeza de la lista del PNV en un afán de capitalizar su moderación. Al PNV, con su centralidad recuperada y volcado en lo socio-económico, le ha favorecido la campaña por la coincidencia con la ausencia de Gobierno en España, lo que le permite capitalizar la estabilidad socio-política del País Vasco en contraste con la irritante política española.
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