Rajoy irá a su investidura el 2 de agosto si el PSOE se abstiene
El líder del PP saca la conclusión tras verse con Sánchez de que el PSOE votará no y rechaza negociar con los nacionalistas catalanes
La reflexión que tiene en mente ahora Mariano Rajoy es incluso sobre si merece la pena acudir o no a la primera votación de su sesión de investidura que debería de comenzar el 2 de agosto, que es la fecha que le gustaría y tiene prevista en su particular calendario. Así lo aclaró en la tarde de este miércoles a un grupo de periodistas en charla privada a las puertas del Congreso de los Diputados. La hipótesis de trabajo del presidente en funciones consiste en esperar ahora a la constitución formal de las Cortes el 19 de julio, a que el Rey abra su batería de contactos y aguardar entonces a que los líderes le transmitan al monarca cuáles son sus intenciones para saber si él vuelve a declinar un probable ofrecimiento a presentarse. En ese intervalo será cuando Rajoy querrá "echarle una pensada" a cuáles son sus opciones reales, hablará con algunos de sus actuales interlocutores y tomará la decisión.
Fuentes del Gobierno y del equipo de Rajoy en La Moncloa han precisado más tarde las propias palabras del presidente y han indicado que cuando el líder popular se refiere a una primera sesión de investidura el lunes 2 de agosto se refiere a que ese día comenzaría la sesión y el debate pero la primera votación se produciría el martes 3 de agosto y si no sale elegido con mayoría absoluta ("Ya me gustaría a mí tener los votos de todos", bromeó el presidente) entonces la segunda votación tendría lugar justo 48 horas después, es decir el viernes 5 de agosto. Rajoy volvió a reafirmar que no tiene sentido continuar luego con segundas o terceras sesiones si tampoco tiene asegurado el voto para salir adelante, en alusión al PSOE.
Los colaboradores de Rajoy están estudiando la sesión y las votaciones para esas fechas de agosto porque hay varios inconvenientes que se cruzan en el calendario para adelantar un poco la sesión a la última semana de julio. El primer contratiempo es la festividad del 25 de julio, Santiago, patrón de España, que cae en lunes y retrasaría lo suficiente la investidura como para que el siguiente calendario constitucional permitiera unas hipotéticas terceras elecciones generales si no se logra ningún acuerdo en uno de los domingos de noviembre. El cálculo de las votaciones el 3 o 5 de agosto sí facilitaría, llegado el caso, que transcurran los dos meses correspondientes para que el Rey convocase los comicios el 27 de noviembre.
"No es tan complicado, la clave es buscar las sumas razonables", ha respondido Rajoy cuando los periodistas le han planteado que tras la intervención pública suya matinal y la del socialista Pedro Sánchez el panorama no había sido despejado en absoluto.
Rajoy ha comentado también que en este tiempo lo mejor sería "no hacer nada en público" para dar un margen a los demás líderes a repensar su situación y el resultado electoral. El candidato popular reveló así que Sánchez no le había expresado a él en persona, en su charla privada, ni que su oposición contra la investidura de Rajoy era la que tenía "a día de hoy" ni que también contempla la posibilidad de ser parte de "la solución" del problema político de bloqueo que vive el país. "A mí solo me ha dicho que piensa votar no y nada más", ha remarcado.
Antes, por la mañana y en rueda de prensa, había dejado abiertas algunas incógnitas. "Yo tengo interés en ir a la investidura si su majestad el Rey lo considera conveniente". Así expresó Mariano Rajoy este miércoles, por primera vez en público, su intención de aceptar el encargo de Felipe VI, si se produce, de buscar la formación de un Gobierno para España. Pero acto seguido, tras entrevistarse durante 80 minutos con el socialista Pedro Sánchez en el Congreso y constatar su rechazo a apoyarle, repitió la misma afirmación e introdujo más que dudas en forma de reflexión política sobre esa intención: "Tengo interés en ir y tengo interés en gobernar. Yo no sé si los demás tienen interés. Yo sí. Pero si yo tuviera la seguridad de que fuera imposible que se me eligiera, yo abriría un periodo de reflexión y plantearía: ¿qué salida le vamos a dar a esto?".
Dirigentes del PP y responsables de su equipo en La Moncloa interpretaron que Rajoy se refería así a la idea que algunos manejaban hace varias semanas de que no se prestaría al teatro de intentar nuevas sesiones de investidura en agosto o septiembre si fracasa al primer intento. Rajoy no lo había expresado así de evidente. Repreguntado al respecto añadió: "Si tuviera la certeza total de que era imposible ser investido abriría un periodo de reflexión para ver qué salida le damos a la situación". El líder del PP utilizó así en genérico un plural porque pretende que ese debate afecte a la dirección de su partido y de las demás fuerzas políticas y en ese sentido agregó: "Si yo tuviera la conciencia de no ser elegido tendría que hablar con los demás grupos".
El presidente en funciones ha querido trasladar así al resto de líderes políticos parte de la presión que él siente para que no se repitan elecciones "de ninguna de las maneras" porque sería un "disparate del que nos arrepentiríamos siempre". En esa línea, Rajoy ha avanzado que una de las pocas conclusiones claras que ha extraído de esta ronda de contactos es que el nuevo Ejecutivo debe constituirse "con la mayor brevedad posible", a finales de julio o a principios de agosto, aunque también que el PSOE, por ahora, no le apoya ni activamente ni con su abstención.
Sobre la reunión de este miércoles con Sánchez, Rajoy ha dicho que no han hablado "de propuestas en concreto", aunque le entregó un documento titulado Programa para el Gobierno de España con sus cinco pactos sobre empleo, reforma fiscal, educación, asuntos sociales y fortalecimiento institucional, pero más desarrollados. El texto tiene en total 55 páginas y un catálogo de medidas de mínimos "para poner en marcha una legislatura en unas condiciones al menos razonables". Entre esos puntos básicos de un futuro Gobierno estable estaría la aprobación del techo de gasto de las administraciones, el presupuesto para 2017, cumplir los compromisos europeos y la senda de estabilidad del déficit público, el diseño común del futuro de Europa tras el Brexit, el pacto antiyihadista y antiterrorista, el debate territorial y crecer y crear empleo.
El líder del PP, sin embargo, no se ha llamado tampoco a engaño sobre cómo está de bloqueada la situación política en estos momentos: "Lo esencial es que Pedro Sánchez me ha dicho que votará no y que busquemos acuerdos con fuerzas políticas más afines".
El secretario general del PSOE le ha demandado a Rajoy en público y en su charla más privada que se ponga a trabajar rápido con las fuerzas políticas en teoría más afines al PP y ha especificado que le parecía muy conveniente en concreto que continuara dialogando y negociando con los nacionalistas catalanes de Convergència. Rajoy ve esa vía, sin embargo, con muchos problemas, por varias razones. En primer lugar, porque constata que "si Ciudadanos se abstiene, eso no llega. No puedo gobernar si Ciudadanos se abstiene y el PSOE vota en contra, como me ha dicho su secretario general".
Pero es que Rajoy no concede ningún interés ni posibilidad de futuro a unas hipotéticas nuevas charlas con Convergència o la nueva firma de los nacionalistas catalanes porque considera que sus ideas independentistas y contrarias a la Constitución no tienen cabida para ser discutidas ahora con el PP. El líder popular aceptó que en los próximos días o semanas dialogará con todos los que quieran volver a verse con él, incluido el PSOE.
Rajoy ha convenido que se está en el momento inicial aún del proceso de negociación, con las conclusiones exploratorias de esta primera ronda de contactos "muy ilustrativa" que tiene intención de continuar en el futuro con un método "procesal" que todavía desconoce. La idea que sacó más en claro de estas charlas es que todos los demás líderes le dicen en privado, y luego repiten en público, que sería "un locura" repetir por segunda vez unas elecciones generales, algo que catalogó al menos como "reconfortante".
Como el presidente y líder del PP observó que no quedaba muy claro qué piensa hacer si al final el Rey le encomienda presentarse a una investidura y no tiene confirmados antes los apoyos necesarios para que salga adelante, remachó su comparecencia con otra frase para las interpretaciones: "Yo quiero gobernar, tomar decisiones, y quiero mojarme y tengo claro que sé lo que hay que hacer. Quiero seguir dando la batalla y es lo que tengo más claro después de todos estos contactos: mojarme, sean cual sean las circunstancias".
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