Sánchez trata de recuperar los votos perdidos en Cataluña y Valencia
Los socialistas temen quedarse sin senadores por elección directa en la comunidad que preside Ximo Puig
Pedro Sánchez comprobó ayer de primera mano las dificultades del PSOE en Cataluña y la Comunidad Valenciana, dos autonomías claves que reparten 80 escaños entre ambas. El candidato apeló por enésima vez a la movilización del electorado de su partido que en diciembre se abstuvo o votó a Podemos. Barcelona fue la circunscripción donde más escaños, cinco, perdieron los socialistas el 20-D. La gran preocupación en la Comunidad Valenciana es quedarse sin los dos senadores por elección directa que lograron hace seis meses. La alianza de Podemos con Compromís le arrebató el de Valencia.
A una semana de las generales, nadie esconde en el PSOE la premura de atraer a sus votantes descontentos. El primero, el propio candidato. “Entiendo vuestra frustración, pero el día 26 debéis ir a votar”, instó Sánchez en L’Hospitalet, donde volvió a responsabilizar al “bloqueo del PP y Podemos” de no presidir un “Gobierno del cambio”. El público, unas 2.000 personas, superaba de lejos los 55 años salvo alguna excepción que otra. La mitad de los votantes del PSOE se concentran a partir de esa edad. La misma idea fuerza trasladó Sánchez en el acto de por la tarde en Valencia, el más multitudinario de los nueve días transcurridos de campaña. “No nos podemos quedar en casa. Depende de nosotros”, afirmó ante 4.000 personas, según la organización. "Los malos gobernantes son elegidos por aquellos ciudadanos que no votan", añadió en su afán de activar a los votantes propios.
El reclamo de Sánchez en L’Hospitalet, la segunda ciudad de Barcelona, con alcaldesa del PSC —Ciudadanos se impuso en las autonómicas de septiembre y En Comú Podem el 20-D—, no se corresponde con la atención que los estrategas del partido han prestado a Cataluña. Mientras Pablo Iglesias y sobre todo Albert Rivera han prodigado su presencia en la región, la campaña de Sánchez solo incluyó un acto —por los seis de Madrid, donde pasó a ser cuarta fuerza, con seis escaños (10 en 2011)—, el de ayer, tras varios cambios en la agenda del aspirante a la presidencia del Gobierno. Y no llegó a las dos horas pese a los manifiestos problemas en Cataluña, donde el PSC, hasta 2011, se había impuesto en todas las generales. En diciembre fue peor: Barcelona y Sevilla dejaron de ser las circunscripciones donde el partido socialista se había impuesto siempre en las generales. En Comú Podem la sucedió en la primera. El hundimiento del PSC, que perdió seis diputados en Cataluña —cayó de 14 a 8— fue de tal magnitud que, de ser uno de los bastiones del socialismo, Barcelona se convirtió en la provincia donde más votos (263.608) y diputados descendió.
Discrepancia con Puig
El presente inmediato del PSOE tampoco invita al optimismo en la Comunidad Valenciana. Si en diciembre los socialistas perdieron tres diputados (166.977 votos, de 10 a 7), la amenaza del 26-J es la irrelevancia que se podría producir en el Senado.
La posibilidad de no lograr senadores por las provincias de Alicante y Castellón llevó al PSOE valenciano a alcanzar un preacuerdo a principios de mayo con Podemos y Compromís para formar una candidatura conjunta a la Cámara alta. La componen 266 senadores, 208 por elección directa y 58 por designación autonómica. El PP tiene 145 senadores (124 electos) y el PSOE 67 (47).
Las discrepancias entre Sánchez y el presidente regional y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, terminaron con la desautorización del primero al valenciano. “El PSOE tiene un proyecto único y autónomo para toda España y así va a seguir siendo y por eso no se aceptan candidaturas al Senado con otros partidos”, fue el argumento que se empleó. La distancia entre Sánchez y Puig persiste desde entonces.
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