Santamaría y Junqueras ponen en escena un “deshielo en funciones”
Los vicepresidentes del Gobierno central y catalán eluden sus insalvables diferencias
"Fue una reunión cordial y difícil, muy cordial y muy difícil, cordial en actitudes y formas y difícil porque representamos posiciones profundamente distintas". Así de contundente y sincero se expresó el vicepresidente catalán, el independentista Oriol Junqueras, de ERC, al término de su primera cita institucional en La Moncloa este jueves con la vicepresidenta del Gobierno de España. Soraya Sáenz de Santamaría solventó la definición del momento destacando los aspectos más prácticos y valorando que, tras orillar la cuestión de fondo e insalvable de las diferencias sobre el proceso soberanista, sí habían podido discutir sobre aspectos concretos que pueden afectar a la vida diaria de los catalanes. Tanto Santamaría como Junqueras destacaron que este aparente "deshielo" llega en un momento "curioso y particular" con el Gobierno de España en funciones y ya en plena precampaña.
Oriol Junqueras relató pormenorizadamente las reflexiones generales y los puntos más específicos que formaron parte de la agenda de la primera reunión formal de los vicepresidentes de los Gobiernos central y catalán en muchos años. Durante hora y media hablaron de la situación económica global, de la deuda pública que empeña la economía del Estado y de Cataluña y de la recurrente utilización por ambas partes de la conflictividad jurídica para dirimir las discrepancias técnicas, formales y competenciales entre las dos administraciones. Es decir, sobre el abuso de los recursos ante el Tribunal Constitucional. En la pasada legislatura, el Gobierno central usó esa vía en 32 ocasiones y la Generalitat en 51. Esas disputas, junto a la deriva del proceso separatista, han enfrentado a ambos Ejecutivos hasta casi el punto de la incomunicación total.
El presidente español, Mariano Rajoy, y el catalán, Carles Puigdemont, se encontraron al fin la semana pasada también en La Moncloa y decretaron un cierto alto el fuego. Luego ha habido otros contactos, se ha reunido la comisión bilateral, han continuado los recursos y conflictos de competencias ante el Constitucional y este jueves Santamaría y Junqueras se han intercambiado el deseo de hablar más también por teléfono. Han quedado en intentar reforzar las vías para reducir los recursos competenciales ante el Constitucional, pero con la idea fija en el fondo de que esa ambición excede de sus atribuciones y depende más de otros comportamientos.
Sobre el proceso de autodeterminación de Cataluña apenas se discutió. Tanto Junqueras como Santamaría conocen sus posiciones y admiten incluso en público que es prácticamente imposible su disponibilidad a variarlas y menos en estos momentos. El líder de ERC se agarró a su máxima de que existe "un mandato democrático" del Parlamento catalán para impulsar esa vía separatista hasta llegar a la independencia en 18 meses y aceptó que la dirigente del PP le recordara que no hay ninguna posibilidad de que su partido y su Gobierno en funciones se pongan a discutir ahora sobre la soberanía de todos los españoles. Este tema, de hecho, apenas ocupó espacio en el encuentro, aunque Santamaría sí aprovechó para sentenciar: "Con la independencia no se pagan las facturas".
Para Junqueras, sin embargo, había este jueves un tema aún más urgente y prioritario que intercambiar diferencias ya manidas sobre la independencia de Cataluña. La Generalitat considera un punto de inflexión básico para valorar las buenas intenciones de reabrir el diálogo con el Gobierno central si el Consejo de Ministros decide finalmente este viernes recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley 24/2015, conocida como ley de exclusión residencial o para combatir la pobreza energética. El vicepresidente catalán destacó la importancia de esa norma para su ejecutivo porque pretende servir para ayudar a la gente que no tiene recursos para pagar la luz, el agua y malvive en la máxima precariedad. Junqueras recordó incluso que esa ley fue aprobada por unanimidad por el Parlamento catalán, es decir, con el apoyo también de los diputados del PP.
Concesión a Junqueras
Santamaría solo concedió a Junqueras sobre ese punto básico la disposición del Gobierno a estudiar el asunto hoy en la mesa del Consejo de Ministros con el máximo interés. Luego explicó que existe la opción de recurrir por su parte solo algunos aspectos y artículos de esa ley y no toda con el objetivo de poner en claro las divergencias sobre una posible invasión competencial de un parlamento autonómico y no sobre el fondo en sí de las ayudas a la gente con más necesidades. El Gobierno en funciones de Rajoy quiere diferenciar ahí los distintos criterios normativos, constitucionales y competenciales de los políticos.
Otro elemento importante de la conversación derivó a la actual distribución del techo de gasto de las administraciones públicas españoles y sus límites en el objetivo de déficit. El vicepresidente catalán volvió a incidir en que el reparto actual entre los objetivos señalados para la Administración central, las autonómicas y las locales le parece "injusto y arbitrario". La disparidad, en este caso, no es solo con la Generalitat catalana y el debate se desarrollará en la tarde de este jueves con todas las autonomías en una nueva convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El ministro ha mejorado el objetivo de déficit de las autonomías del 0,3% inicialmente marcado al 0,7% pero a muchas les parece aún insuficiente y Junqueras cree que debería estar incluso en el 1,2%.
Otra de las cuestiones que sí se discutieron y sobre las que se avanzó algo en la reunión fue la no convocatoria de la Junta de Seguridad Nacional, que no se reúne desde 2009, entonces con el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y que no se ha convocado en ninguna ocasión bajo el mando de Rajoy. Junqueras cree que haría falta señalarla aunque el Gobierno central esté en funciones porque la seguridad no lo está. Santamaría no ve razón para tanta urgencia con un ejecutivo a punto de campaña electoral y le ofreció a cambio una entrevista bilateral entre el ministro del Interior, Jorge Fernández, y el conseller catalán, Jordi Jane.
"Deshielo"
Junqueras agradeció el "deshielo", "la predisposición", "la voluntad" y "la vocación de facilitar el intercambio de opiniones" en la charla general con Santamaría pero consideró de una "claridad extrema" y sin remedio sus incompatibilidades sobre la cuestión de fondo de la independencia: "Representamos proyectos muy distintos. Es muy difícil que yo deje de ser un independentista catalán y que ella sea una apasionada de la independencia".
Santamaría también ensalzó "la cordialidad" y "el buen clima de cooperación" de la charla y la reapertura del "cauce de diálogo" que espera que sea estable para "trabajar en favor de una cosa que los dos tenemos en común: los catalanes". Pero también admitió que por ahora ambas aproximaciones se limitan a los terrenos de "lo afectivo y lo práctico".
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