Podemos estudia alternativas no militares de ayuda a Francia

Podemos ha celebrado este domingo en Madrid la primera reunión del llamado “Consejo de la Paz”, una iniciativa alternativa al pacto antiyihadista con la que la formación de Pablo Iglesias busca concitar el consenso sobre un plan paralelo al acuerdo impulsado por PP y PSOE y firmado por las principales fuerzas políticas. El partido emergente, que ha recibido esta semana las aportaciones del ex director general de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza y de Pilar Manjón –ambos ausentes de la cita– considera que “el Gobierno español debe ofrecer su solidaridad sin límites y toda la ayuda que sea necesaria, lógica y racional” a Francia. Pero enmarca esa colaboración en operaciones no militares.

“Eso”, ha señalado Pablo Bustinduy, secretario de Internacional de Podemos, “podría traducirse por ejemplo en aportar todo nuestro conocimiento en materia de control de las transacciones financieras con técnicos de Aduanas, con técnicos de Hacienda y con los servicios de inteligencia para cortar las vías de financiación del Daesh”. “Eso podría traducirse también”, ha proseguido, “en ayuda logística para cortar también toda la cadena de contrabando de petróleo con la que se financia el Estado Islámico”. Esta formación aspira a que el Gobierno de Mariano Rajoy y la Unión Europea cambien su posición y acepten “apoyar la creación de una agencia fiscal internacional que pudiera investigar los paraísos fiscales”.

Las prioridades de Podemos, que el pasado jueves acudió a la reunión del pacto antiyihadista celebrada en el Ministerio del Interior pero no firmó el acuerdo, se centran en el estudio de propuestas alternativas a la ayuda militar. En ello han trabajado el general Julio Rodríguez, el guardia civil Juan Antonio Delgado, el filósofo Santiago Alba Rico, todos ellos candidatos de la formación, además de la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid Itziar Ruiz-Giménez, que este domingo modera el debate del encuentro con miembros de asociaciones, ONG y organizaciones sindicales.

Esas propuestas incluyen “la presentación de medidas con un plan de de inclusión social” que pueda combatir “las bolsas de pobreza y de marginalidad de las que se nutre el Estado Islámico”. “Hay todo un abanico y todo un panorama de medidas que el Estado Español puede adoptar para apoyar al Estado francés en la lucha contra el terrorismo que no pasan por la implicación en operaciones militares, que no solo no son eficaces para responder al problema del terrorismo sino que han generado un polvorín en toda la región que lejos de ayudar a solucionar el problema han contribuido a hacerlo cada vez más grande”, defiende Bustinduy.

En su opinión, “no se puede hablar de algo tan serio de una intervención militar y la participación de soldados españoles en una operación de ese calado sin definir exactamente cuáles son las condiciones, los tiempos, el cómo, el cuándo y el por qué”. “Es tremendamente irresponsable plantear la intervención de España en Siria sin ni siquiera tener en cuenta cuáles son los detalles de esa operación de la que se habla alegremente en abstracto”.