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Comienza el juicio por el legado de la ‘Duquesa Roja’

Los hijos de la aristócrata reclaman como parte de su herencia los fondos con los que su madre creó la Fundación Medina Sidonia

La viuda de la Duquesa Roja, Liliane Dahlmann, junto a los hijos de la aristócrata en la bancada contraria, en el juicio iniciado hoy en Sanlúcar.Foto: atlas | Vídeo: Paco Puentes
Javier Martín-Arroyo

Arranca la batalla legal. A partir de este miércoles, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) comienza el juicio por el legado de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, la 21ª duquesa Medina Sidonia. Los tres hijos de la más conocida como la Duquesa Roja reclaman como parte de su herencia los fondos con los que la aristócrata creó la Fundación Casa Medina Sidonia, con uno de los archivos históricos privados más importantes de Europa. El juicio contará con 14 sesiones y está previsto hasta el 30 de octubre.  

Los descendientes reclaman que "se reconozcan sus derechos" mientras que la Fundación Casa Medina Sidonia, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de la localidad gaditana defienden mantener el patrimonio tal y como está. En juego está un archivo general con seis millones de documentos (el más antiguo del siglo XII) repartidos en 6.317 legajos que ocupan 700 metros de estanterías.

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La duquesa mantenía una relación muy lejana y difícil con sus hijos. Cuando en 1990 estos presentaron una demanda por impago del usufructo vitalicio de su bisabuela, la aristócrata creó la fundación. "Isabel quería proteger el patrimonio para que los hijos no lo vendiesen", ha asegurado Liliana Dahlmann, viuda de la duquesa y presidenta de la fundación. Dahlmann ha admitido que el archivo, la joya del legado, carece de seguro pese a su valor “incalculable”, está sin digitalizar, y nunca ha sido valorado, objetivo que persiguen los herederos si ganan el pleito en marcha.

"El conjunto no tiene valor de mercado", ha añadido la presidenta de la institución para rechazar la medida, que podría facilitar un seguro para reparar el riesgo de incendios o desperfectos. A Dahlmann le ha respondido Eduardo Ferreiro, abogado del duque de Medina-Sidonia, Leoncio Alonso González de Gregorio y Álvarez de Toledo: "Es una aberración que ese patrimonio esté así. El mayor archivo privado del mundo está sin asegurar para que no haya una valoración económica".

Además, la presidenta de la fundación ha reconocido durante su comparecencia un supuesto fraude a Hacienda al percibir durante 23 años un sueldo entre 500 y 2.500 euros (de 1983 a 2006) sin haber pagado impuestos ni Seguridad Social. "Todo está claro. Era dinero neto", ha matizado el juez sobre el presunto fraude fiscal.

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Dahlmann ha achacado la razón de la demanda interpuesta por los herederos a las albaceas del testamento de la duquesa. "El motor [del procedimiento] han sido las albaceas. No han respetado la voluntad de Isabel. A mayor caudal hereditario, cobraban mayores honorarios". Las albaceas declararon "la inoficiosidad" de la fundación, lo que dio pie a la demanda de los hijos de la duquesa, según Dahlmann.

Mientras, el duque de Medina Sidonia considera "una obligación moral" defender su herencia en los fondos donados a la Fundación Casa Medina-Sidonia. Esta mantiene una deuda impagada con los herederos de más de 800.000 euros por las donaciones que la duquesa hizo a la institución. 

Junto al archivo, los descendientes reclaman que se incluya en la herencia de la duquesa el Palacio de los Guzmanes que lo alberga y la Iglesia convento de la Merced, donados a la fundación y al Consistorio sanluqueño, así como la recuperación de algún título nobiliario y 90.000 euros. "La corrupción está aquí muy presente. Hay mucha inquina y mala leche, además de bienes por ventas injustificadas. Me escandaliza que la sociedad andaluza solo vea la importancia patrimonial", ha declarado Gabriel González, hijo de la duquesa, a las puertas del juzgado.

La posibilidad de que este patrimonio, catalogado como Bien de Interés Cultural, pueda dispersarse ha llenado de incertidumbre el futuro de la Fundación Casa Medina Sidonia, con sede en el Palacio de los Guzmanes de Sanlúcar de Barrameda. Con el objetivo de preservar la unidad del legado de la Casa Medina Sidonia y su servicio público una plataforma ciudadana ha reunido más de 3.000 firmas, entre otras de escritores como José Manuel Caballero Bonald, Luis García Montero, Almudena Grandes o Eduardo Mendicutti, y el apoyo de instituciones como la Junta de Andalucía, la Diputación de Cádiz y el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda. 

Cuando la duquesa Roja firmó su último testamento, en el año 2000, diez años después de que la fundación estuviera constituida, consideró que esos bienes que había donado estaban ya fuera de su patrimonio y por eso no los incluyó en su herencia. No es lo que piensan sus tres hijos, que en ningún momento impugnaron este proceso hasta que hace tres años, cuando cada uno por separado y el mismo día, interpusieron sendas demandas en las que reclaman la inoficiosidad de la Fundación Casa Medina Sidonia y que los bienes que la integran, el Palacio y el Archivo General, se integren en su caudal hereditario.

Los descendientes de la duquesa reclaman que a ellos les corresponde dos tercios de estos bienes: uno a repartir entre los tres hermanos y otro para el mayor de ellos, el actual Duque de Medina Sidonia, como heredero universal, y mantienen que su madre solo podía donar lo que se conoce como el tercio de libre disposición.

En el proceso se ha dado una valoración de esos bienes de 60 millones de euros, algo que José Gómez Villegas, portavoz del patronato de la Fundación Casa Medina Sidonia, considera "pura teoría" dada la imposibilidad de traducir a ninguna moneda el valor de un archivo que reúne documentos desde la Edad Media de diferentes casas nobiliarias y que se ha convertido en un centro de referencia para los historiadores.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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