El momento de los líderes

Los resultados de las elecciones catalanas celebradas ayer apuntan a algo que ya sabíamos desde hace tiempo: existen dos bloques identitarios muy similares entre sí donde los nacionalistas tienen cierta ventaja porque están más movilizados y porque las provincias más nacionalistas están sobrerrepresentadas en el sistema electoral. Es decir, nada nuevo bajo el sol.

De hecho, lo más llamativo es que sabiendo esta realidad desde hace años, tanto por los datos de las encuestas como por las sucesivas elecciones celebradas en Cataluña, los ciudadanos se han tenido que enfrentar a unos comicios de “excepción”. En los últimos cuatro años, los catalanes han votado en cuatro ocasiones y siempre el resultado ha sido el mismo: una sociedad plural.

¿Y por qué hemos llegado aquí? Lo que ha fallado hasta ahora ha sido el liderazgo, especialmente en el bloque nacionalista. Un líder político no es elegido para ponerse al frente de las manifestaciones o para gobernar sólo para la mitad de la sociedad. Alguien que aspire a liderar su país, especialmente cuando éste es tremendamente plural, debe ser capaz de presentar proyectos políticos que sean lo menos excluyentes posibles. Todo lo contrario de lo que ha hecho la lista de Junts pel Sí.

El verdadero reto a partir de ahora es entender el mensaje que han mandado los catalanes, traducirlo en propuestas políticas que no fracturen más a la sociedad y, sobre todo, gestionar este escenario con responsabilidad. Lo que sería un fracaso es que estas elecciones acaben produciendo más frustración y más desencanto. Para combatir estos sentimientos necesitamos políticos que no sólo representen, sino que además lideren. Pero este liderazgo no sólo es necesario en Cataluña, sino también en el conjunto de España. Ha llegado el momento de pasar del tacticismo a la política con mayúsculas.

Ignacio Urquizu es senador del PSOE por Teruel.