Obligación de entenderse
“Las coaliciones las marcarán los ciudadanos con su voto”
El año 1995 marcó el ciclo de cambio político en España con la pérdida del PSOE del grueso de su poder autonómico. La obtención de mayorías absolutas del PP en Madrid y Valencia —también en Murcia y en Baleares, entre otras— supuso el anticipo de la derrota del PSOE en las elecciones generales un año después. Todas las previsiones demoscópicas apuntan a que ese ciclo podría estar a punto de terminar si el PP pierde sus abultadas mayorías en Valencia y Madrid. Si esa situación se confirma en las elecciones del próximo mes de mayo se abre la puerta a gobiernos de izquierda, con el PSOE como fuerza más votada, seguida muy de cerca por Podemos. Esas coaliciones no estarán exentas de dificultad.
En la Comunidad Valenciana, que hoy celebra su fiesta, el PP perdería 23 escaños con respecto a las elecciones de 2011, según el estudio de Metroscopia. Una coalición de la izquierda, encabezada por el PSOE al ser la segunda fuerza, podría hacerse con el gobierno si logra ponerse de acuerdo con la variedad de partidos que están a su izquierda. Entre ellos, Podemos. En Valencia, como en el resto de España, el PSOE querría cerrar el círculo de gobierno sin el partido que dirige Pablo Iglesias. “No sabemos qué quiere hacer Podemos y ni siquiera si se van a presentar, y qué es lo que proponen”, señala el candidato socialista a la presidencia del gobierno autonómico, Ximo Puig.
A ocho meses de las elecciones en esta comunidad, y en otras doce, además de en todos los ayuntamientos, los ciudadanos apuestan mayoritariamente por una coalición entre PSOE, Podemos, Compromís y Esquerra Unida (EU). Les sigue la opción de un acuerdo entre socialistas, Compromís y EU. Esta es la que preferirían los socialistas que, además, tienen ya rodaje con esa compañía en varios ayuntamientos de la comunidad.
Los socialistas no las tienen todas consigo ante la irresistible atracción que parece despertar Podemos y que, de momento, se ha traducido en sus cinco representantes en el Parlamento Europeo. La marca es muy robusta, como demuestra este estudio, en el que se pregunta expresamente a los ciudadanos si votarían a Podemos a pesar de no saber quién es el candidato, en concreto, en Valencia. El problema para el PSOE puede estar en que su fórmula de coalición, sin Podemos, no cuente con el apoyo de IU y Compromís, que no tienen problema, en principio, de pactar con ellos.
El PSOE evita ahora descalificarlos y se centra en poner en duda sus soluciones aunque compartan el diagnóstico. “Las coaliciones las marcarán los ciudadanos con su voto”, responde el candidato socialista valenciano.
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