Miles de personas pasan por el Salón de Pasos Perdidos en el Congreso de los Diputados para despedir al presidente Adolfo Suárez.
Madrid -
Según los cálculos del Congreso, en torno a 1.500 personas están desfilando por la Cámara Baja cada hora (alrededor de 25 por minuto). En la imagen, una pareja espera su turno para llegar visitar la capilla ardiente de Suárez.SUSANA VERA (REUTERS)La cola de personas que aguardan para entrar en el Congreso ha aumentado a 2,5 kilómetros de longitud haciendo eses en calles de los alrededores de la sede parlamentaria, a la que se puede acceder con una espera que es superior a las tres horas de media.Paco Campos (EFE)La hilera de personas comienza en la calle de Vírgen de los Peligros, pasa por el principio de la calle Alcalá, rodea la Plaza de Canalejas y Sevilla, desciende hacia por Alcalá hasta esquina de Cibeles y el Banco de España, donde vuelve a subir hasta Cedaceros. Ahí vuelva a torcer hacia la calle de Los Madrazo.Andres Kudacki (AP)Baja toda esta calle y sale al Paseo del Prado, pasando por el Museo Thyssen. Una vez allí, gira en la esquina con la Carrera de San Jerónimo recorriendo la parte de ésta que transcurre hasta la entrada principal del Congreso, por donde los ciudadanos acceden a la capilla ardiente.Uly MartínLa cola continúa avanzando razonablemente rápido, y ya son miles las personas que desde las doce de la mañana, cuando se ha permitido el acceso al público al Congreso, han entrado en la capilla ardiente de Suárez. En la imagen, un hombre vende claveles para depositar en la capilla ardiente de Suárez.KIKE PARA.Dada la afluencia masiva de personas, la espera para poder acceder al Palacio de la Carrera de San Jerónimo supera ya las tres horasSamuel sánchezUna chica espera su turno en la cola para visitar la capilla ardiente de Adolfo Suárez en el Congreso.Denis Doyle (Getty Images)Miles de personas esperan pacientemente su turno para despedir al presidente Adolfo Suárez en el Congreso.Samuel sánchezUnas mujeres sujetan unos claveles que depositarán en la capilla ardiente de Suárez.Andres Kudacki (AP)
