El PSOE pone fecha a sus primarias e intenta aplazar el desfile de aspirantes

Desde que Alfredo Pérez Rubalcaba fue elegido secretario general del PSOE —hace ahora dos años— no ha habido prácticamente rueda de prensa en la que no se le haya preguntado por la fecha de las primarias abiertas en las que el partido elegiría a su próximo candidato electoral. Él había sido el candidato en noviembre de 2011, cuando el PSOE obtuvo el peor resultado de su historia reciente. El debate y la incertidumbre sobre la fecha de esas futuras primarias han interferido en el trabajo del partido durante todo este tiempo, a pesar de los intentos de la ejecutiva federal de aparcarlo para centrarse en la renovación del discurso político y la elaboración de propuestas. Hoy esa incertidumbre toca a su fin: el comité federal del PSOE, máximo órgano de dirección con cerca de 200 miembros, aprobará la fecha —finales de noviembre o primeros diciembre de 2014— y el reglamento de primarias. Resurgirá entonces otra incógnita: quién concurre a ellas. Y, sobre todo, si lo hace el propio Rubalcaba.

Teóricamente los aspirantes no se postularán de forma oficial hasta dos meses antes de la fecha de la votación —es decir, ya en otoño—, aunque desde hoy mismo cada declaración, gesto, iniciativa o toma de posición política de quienes suenan para esa carrera será analizado con lupa por compañeros de partido y periodistas. La dirección confía, sin embargo, en que nadie moverá ficha hasta después de las elecciones europeas de finales del próximo mes de mayo.

“El partido tiene que estar muy unido en esa campaña. En las europeas nos jugamos muchísimo. Son unas elecciones clave para el PSOE y eso lo saben todos, dirigentes y militantes. No se ha dado ninguna directriz, pero no creo que nadie se postule claramente para las primarias hasta junio, como pronto”, afirma un miembro de la ejecutiva de Rubalcaba. Varios dirigentes socialistas y miembros de federaciones territoriales sostienen lo mismo: el comité federal de hoy da el pistoletazo de salida al proceso, pero el desfile de candidatos no empezará ni mucho menos la semana que viene, dicen. “Es más, quien lo haga se estará equivocando: se arriesga a quemarse. Como una salida falsa de un corredor de los 100 metros: sales demasiado pronto y es salida nula, estás fuera”, señala un socialista muy cercano a alguno de los que podrían dar finalmente el paso de concurrir a las primarias.

Hasta ahora se ha especulado sobre todo con tres nombres: la exdiputada Carme Chacón, que perdió ante Rubalcaba el congreso federal de 2011 y ahora vive en Miami dando clases en una universidad; el exlehendakari y secretario general de los socialistas vascos Patxi López; y el diputado y secretario general del grupo socialista en el Congreso, Eduardo Madina. Ninguno de ellos ha dicho aún claramente si se presentará o no. López afirmó que no se pondría “de perfil” si le hacen ver que es necesario, Chacón anunció —a la vez que su marcha a EE UU— que estaría el “el proceso de renovación del PSOE” pero que no sabía “con qué dorsal”; y Madina siempre responde: “Cuando se convoquen las primarias, todo se verá”.

En cuanto a la fecha, la dirección federal anunció este martes que será “antes de fin de año”, y tras una semana de contactos entre Rubalcaba y los secretarios generales de las federaciones la fecha que se maneja es finales de noviembre —el 30, según algunas fuentes— o ya en diciembre. Una fecha que podría hacer coincidir la preparación y campaña de esas primarias con la consulta soberanista que la Generalitat catalana quiere celebrar el 9 de noviembre o unas hipotéticas elecciones adelantadas en Cataluña.

Las primarias para elegir al candidato a las elecciones generales de 2015 serán, por primera vez en la historia del PSOE, abiertas o a la francesa. Eso quiere decir que podrán votar en ellas no solo los 220.000 militantes del PSOE (y del PSC), como hasta ahora, sino también cualquier ciudadano que quiera participar, siempre que firme un texto de adhesión a los valores socialdemócratas y pague una cantidad simbólica de uno o dos euros. El PSOE ha dado este paso en un momento en el que las encuestas reflejan una crisis creciente de confianza de la ciudadanía en las instituciones, una clara pérdida de apoyo a los grandes partidos y un surgimiento de nuevas formas de acción política, tras la aparición del movimiento 15-M en 2011.