La decadencia política de Madrid
La caída en los sondeos del PP y los desgarros en el PSOE alimentan e igualan por primera vez en 20 años la batalla para encabezar las listas locales para 2015
Madrid pierde turismo y atractivo cultural, se frena en economía y perpetúa su decadencia en el nivel de sus principales candidaturas políticas, aún por definir.
En el PP madrileño nadie ha ocupado el hueco de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. Nadie parece estar a esa altura. Ese agujero, el peor eco electoral y mediático de España a las políticas moderadas de Rajoy y el general desapego ciudadano ponen en peligro las plazas políticas más emblemáticas del país.
El miedo a perder la región y la capital tras 20 años ha desequilibrado al PP, que busca y no encuentra candidato capaz de evitarlo. Hasta el punto de que Rajoy ha consultado a colaboradores posibles alternativas y algunos le han aconsejado que no descarte tener que recurrir de nuevo a Aguirre, en rebeldía ante la dirección nacional. La alcaldesa, Ana Botella, harta de conjeturas, ha decidido vender cara su piel y esta semana ha vuelto a marcar perfil.
En el PSOE, pese a los buenos augurios demoscópicos, los futuribles rivales se miran de reojo y preparan sus equipos y programas para disputarse otras inevitables y desgarradoras primarias.
En la Comunidad, el desgaste del PP es “más profundo que en la capital”, explica José Pablo Ferrándiz, vicepresidente de Metroscopia. El PP perdería ahora la mayoría absoluta y su fuga de votantes la aprovecharía UPyD. PSM e IU mantendrían su empate. En la encuesta de Metroscopia de mayo, el PP bajaba de 72 a 54 diputados (la mayoría absoluta son 65) respecto a 2011. El PSM caía de 36 a 30, IU subía de 13 a 29, y UPyD pasaba de ocho a 16.
En el Ayuntamiento, el PP también empeora: si en mayo pasaba de 31 a 21 ediles (la mayoría absoluta son 29), ahora se quedaría en 20. Hace siete meses el PSM mantenía los 15 ediles de 2011; IU subía de seis a 14, y UPyD pasaba de cinco a siete. La participación se estimaba en el 55%. Ahora, Metroscopia calcula que rondaría el 60%-63% (en 2011 fue del 67%), lo que favorece a los dos grandes partidos, pues IU y UPyD “han tocado techo”. Socialistas e IU se repartirían ahora 30 ediles, pero serían 17 para el PSM y 13 para IU. UPyD seguiría en siete. Estas estimaciones dependen, matiza Ferrándiz, de que sigan los actuales candidatos. Paradójicamente, en el caso del PP el candidato dependerá mucho de los sondeos. En otoño de 2014, el sociólogo Pedro Arriola presentará al líder del PP, Mariano Rajoy, las encuestas internas sobre hipotéticos números uno. Rajoy tomará esa decisión pero, ya preocupado, ha reclamado a dirigentes del partido su opinión. Y alguno muy relevante ha apostado por rescatar a Aguirre.
La presidenta del PP madrileño ha cuestionado e indispuesto a Rajoy como nadie. Recurrir a ella sería un trago. Y, encima, podría negarse (y contarlo). “Aguirre está muy a gusto como está. Solo sería candidata si se lo pidiera varias veces”, sostiene su entorno. No pocos recuerdan, además, que ella trabaja más para verse en encuestas nacionales. Hay otros posibles candidatos para relevar a Botella, como la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, que acaba de reaparecer tras su grave accidente de tráfico, pero, según, los sondeos, solo Aguirre ganaría.
“Si Rajoy puede, dejará a Botella”, creen en el PP. Las encuestas por ahora lo ven inviable. Pero aún hay tiempo y Botella parece dispuesta a aprovecharlo para reforzar su perfil, aunque sea a costa de Rajoy. Quiere ser candidata, y quiere que sea difícil prescindir de ella, interpretan en el PP.
Sus palabras de este lunes cargando contra “las dudas en el proyecto político” que “oscurecen” la gestión de Rajoy y pueden “fragmentar la base electoral del PP” causaron incomodidad. Un estrecho colaborador de la alcaldesa lo explica así: “Ella estaba callada por lealtad, pero no quiere que la tomen por el pito del sereno. Nunca va a echar un órdago, como otras, pero de ahí a que se la cuestione permanentemente...”. “Ha pisado callos, pero lo que ha dicho es lo que piensa una base muy amplia de votantes del PP. Parecía acabada y de repente la gente ha dicho que Botella es del PP, se nos había olvidado”, concluye otro de sus lugartenientes.
En su entorno creen que este cambio de actitud perjudica sobre todo a las aspiraciones, si las tuviera, de Aguirre: “La alcaldesa ha cogido una bandera con la que se siente cómoda, pero ella no es un verso suelto, es alcaldesa y esposa de José María Aznar”.
También Ignacio González jugaba a distanciarse y encontrar su hueco, para reforzarse ante su electorado, pero ha modulado sus críticas y está tejiendo apoyos con la secretaria general, Dolores de Cospedal. Para la presidencia de la comunidad le favorece que no haya otros candidatos en la quiniela. Dos teóricas opciones (Soraya Sáenz de Santamaría y Pío García Escudero) parecen improbables. Además, González no es como Botella. Controla el PP madrileño y sabe hasta dónde llegar ante Rajoy. El presiente no querrá o no podrá buscarle sustituto, pese a que no le guste y recele de varios escándalos de corrupción que le han rozado. Rajoy esperará a finales de 2014 para decidir, y desde luego no dará a conocer a sus elegidos antes que el PSOE, por si tiene que maniobrar a la desesperada, como Aznar en 2003.
El PSOE decidirá el 18 de enero cuándo hará las primarias nacionales, y abrirá un arco para las regionales entre mayo y diciembre. En Madrid, la Ejecutiva del PSM, que preside Tomás Gómez, está enfrentada al líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. A Gómez lo que mejor le viene es que sus primarias sean tras las nacionales: si Rubalcaba pierde o no se presenta, seguiría de secretario general pero habría otro foco de poder alternativo con el nuevo candidato. El entorno de Gómez niega que vaya a presentarse realmente a las primarias nacionales, aunque suelta esa amenaza de vez en cuando. Sus adversarios se malician que solo para buscar notoriedad y marcar territorio.
Gómez cree contar con el respaldo mayoritario de su federación para ser candidato regional. Y así parece. Pero, en 2012, el sector crítico obtuvo más del 40% de apoyos con solo dos semanas de campaña. Y, desde entonces, Gómez ha perdido algún apoyo clave (Alcalá, Alcorcón). Si planta cara de forma abierta a la dirección nacional, podría surgirle un rival. Aun así, se ve capaz de derrotar a nombres tan aparentes (e hipotéticos) como los exministros Valeriano Gómez o Ángel Gabilondo.
En ese contexto de refriegas internas, el candidato socialista a la alcaldía es un peón sujeto a cambalaches. El actual portavoz, Jaime Lissavetzky, lleva dos años trabajando su continuidad frente a Botella. Rubalcaba es su amigo desde el colegio y no lo quiere cambiar en el último minuto, como ha hecho el PSOE en los últimos 15 años con sus antecesores. Pero Lissavetzky tendrá que ganar las primarias locales. En 2011, no tuvo rival. En esta ocasión, y dada la buena marcha de las encuestas, él y Rubalcaba confiaban en que Gómez no impulsara una alternativa. Pero habrá rival y será Antonio Miguel Carmona, profesor de economía y muy mediático por sus intervenciones televisivas. Carmona ya diseña con su equipo un programa alternativo para forjar una ciudad moderna, con el epicentro en la cultura, dirigida por jóvenes profesionales.
Tomás Gómez y el aparato del PSM respaldarán a Carmona; Rubalcaba y Ferraz, a Lissavetzky. Pero los que votan son los militantes (unos 5.000). En 2012, Lissavetzky tenía una exigua ventaja. Pero entonces a Carmona no le habían empujado a presentarse.
Con información de Carlos E. Cué y Francesco Manetto.
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