Bárcenas designó a su antecesor como hombre de confianza ante el banco suizo
El exsenador comunicó al banco en el que llegó a tener 22 millones que "alguien de su total confianza" iría a la entidad
Luis Bárcenas, extesorero y exsenador del PP, se sirvió de su íntimo amigo Ángel Sanchís, la persona que lo introdujo en la gestión de las finanzas del partido en la época de Manuel Fraga, para liquidar la cuenta con 22 millones de euros que ocultaba en el banco Dresdner de Suiza. Acababa de estallar el caso Gürtel, con el encarcelamiento del cabecilla de la trama, Francisco Correa, y Bárcenas sabía que tanto la policía como el entonces juez instructor Baltasar Garzón lo tenían en su lupa.
Fue cuando ideó limpiar cuanto antes la cuenta que mantuvo entre 2005 y 2009 en el país helvético con un saldo medio de 15 millones de euros y que, a finales de 2007, alcanzó incluso los 22 millones. Bárcenas se comunicaba con la entidad mediante correspondencia y personalmente. Pero tras saltar Gürtel, y temiendo que Garzón pudiera bloquearle el dinero, informó por escrito al Dresdner que alguien de su “total confianza” se pasaría en su nombre por la entidad. Esa persona era su amigo y uno de sus antecesores al frente de la tesorería nacional del PP, Ángel Sánchís, dueño de una gigantesca finca de 30.000 hectáreas (casi el triple de la extensión del término municipal de Barcelona) en la provincia argentina de Salta.
Sanchís estuvo implicado en 1998 en el escándalo del caso Naseiro (en relación con el también extesorero del PP Rosendo Naseiro), consistente en una trama que supuestamente recaudaba dinero para el PP. Se libró porque el Supremo invalidó las escuchas telefónicas que delataron la trama. Fue Sanchís, pues, la persona elegida por Bárcenas en febrero de 2009, mes en que se desataron los encarcelamientos de los cabecillas de la red Gürtel, para que, en su nombre, acudiera a la entidad suiza.
En la comisión rogatoria enviada por Suiza sobre Bárcenas al actual juez instructor de la red Gürtel, Pablo Ruz, el banco informa al magistrado de la comunicación que le hace el extesorero del PP. “Nos anuncia [dice el banco, en referencia a Luis Bárcenas] la visita para hoy de uno de sus amigos, el señor Ángel Sanchís Perales, que es una persona de toda su confianza y que le representa con una carta debidamente firmada por él, para consultar la posición actual y plantear algunas preguntas sobre su cuenta”. Era el 20 de febrero de 2009.
Bárcenas temía que alguien le viera entrando al banco suizo y se sirvió de Sanchís para gestionar la retirada del dinero suizo. Para sacar parte de los 22 millones dinero, Bárcenas empleó una firma, llamada Brixco, que es la misma que ha utilizado Sanchís en algunas de sus exportaciones de productos agrícolas de su finca argentina de La Moraleja. Un espectacular latifundio argentino, en el que Sanchís dice que Bárcenas no tiene ninguna participación, que pasa por ser uno de los mayores productores de cítricos del mundo.
El juez Ruz tiene acreditado al menos 4,5 de los 22 millones que tenía Bárcenas en Suiza fueron desviados a Estados Unidos. Pero falta concretar el destino que dio al resto del dinero. La esposa de Bárcenas, Rosalía Iglesias Villar, imputada también en el caso Gürtel, fue accionista de una de la empresas de Sanchís en 2003, Hidronorte, SA. Fuentes de la investigación no descartan que el extesorero del PP entre 2008 y julio de 2010 haya desviado a la finca de Sanchís parte de los millones. El abogado de Bárcenas ha asegurado que su cliente había regularizado con la Hacienda española 10 de esos millones.
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