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Alto riesgo sobre dos ruedas

Los atropellos a ciclistas en carretera han costado 47 vidas este año

Juan Antonio García Muñoz, durante una sesión de rehabilitación en la Fundación del Lesionado Medular, en Madrid.
Juan Antonio García Muñoz, durante una sesión de rehabilitación en la Fundación del Lesionado Medular, en Madrid. SAMUEL SÁNCHEZ

Juan Antonio García Muñoz, hoy de 67 años, no llegó a ver la cara del conductor que le arrolló cuando circulaba por un carril bici en Santiago de la Ribera, el pueblo de Murcia donde solía veranear con su familia. Estaba tendido en el suelo, inmóvil; la bicicleta de paseo, destrozada a unos pocos metros. Un hombre se le acercaba y le decía que llamaría a una ambulancia. Otra voz sonaba cerca y decía: “Qué he hecho, Dios mío”.

Esos son los únicos recuerdos que tiene del accidente. Fue el 3 de agosto de 2010. El vehículo se abalanzó sobre él tras saltarse supuestamente un stop. Juan Antonio cayó mal y se rompió la médula. Quedó tetrapléjico. Sufre una fuerte depresión.

Ese mismo año, el último del que hay datos oficiales publicados, murieron en España 67 ciclistas, 49 de ellos en carretera y 18 en zona urbana, un 20% más que el año anterior (aunque muy lejos de los más de 100 muertos anuales, de la década de los noventa). La historia de Juan Antonio García Muñoz resume lo que las asociaciones, clubes de ciclistas y expertos han denunciado en los últimos años: la falta de respeto hacia el que circula en bicicleta. España es el país europeo con más accidentes con ciclistas implicados (3.600 en 2010, según la Fundación Mapfre). Las cifras y las muertes recientes de los ciclistas profesionales Iñaki Lejarreta y Víctor Cabedo han hecho que el colectivo alce la voz con más fuerza para pedir soluciones urgentes.

Un coche que se saltó un ‘stop’ arroyó a Juan Antonio y lo dejó tetrapléjico

“Sabemos que el problema fundamental está en la educación vial. Somos conscientes de que ahora no se pueden construir carriles bici por todas las carreteras españolas, pero hay cosas sencillas que se pueden hacer y no se están haciendo”, señala Alfonso Triviño, de la Asociación de Ciclistas Profesionales.

En el caso de Juan Antonio García Muñoz, el carril bici no sirvió para nada. Acababan de estrenarlo en el pueblo y el ciclista sexagenario se sentía más seguro que en los veranos previos. El conductor negó que fuese su culpa. “Estamos esperando todavía la fecha de juicio”, dicen Manuel y Marisa, hermanos de Juan Antonio.

Toda la familia ha gastado el dinero de sus planes de pensiones y el negocio que poseen, una pastelería en Madrid, para pagar la lenta rehabilitación de su hermano en la Fundación del Lesionado Medular. La normativa de la Comunidad de Madrid solo subvenciona hasta los 65 años, así que tienen que pagar 3.550 euros al mes para que Juan Antonio sea atendido. Tampoco han recibido las ayudas a dependientes. “Solo podemos estar aquí hasta febrero. Luego no sé qué vamos a hacer”, se lamenta Manuel, muy preocupado por lo que pueda ocurrir en el juicio. “Sería una injusticia que no nos dieran lo suficiente para ayudarle. A nuestro hermano le partió la vida un conductor que no respetó la preferencia”, afirma.

La víctima suele ser un hombre que circula solo por vías con arcén mínimo

El único estudio serio que existe sobre la casuística de los accidentes de ciclistas es ya antiguo, de 2003, pero muchas de sus conclusiones son todavía válidas según los expertos consultados. El informe, dirigido por el técnico de laboratorio de la Universidad Politécnica de Valencia José Villena, establecía, por ejemplo, que la mayoría de los ciclistas no estaban haciendo ninguna maniobra especial y seguían simplemente una ruta en el momento del accidente. El perfil del ciclista accidentado era, entonces y ahora, el de un hombre que circula de día en solitario por una carretera convencional, en vías con arcén de menos de metro y medio, inexistente o impracticable. “Pudimos demostrar lo vulnerables que son los ciclistas en las vías públicas”, comenta Villena. “Entonces se concienciaba más a través de los medios. Es necesario hacer ver al conductor de un coche que cuando se encuentra con un ciclista debe pensar que es como si se encontrara con un tractor”.

Esa imagen del tractor viene a decir que los automovilistas solo tienden a dejar los 1,5 metros de separación al adelantar cuando ven peligro de estamparse contra algo pesado. “Todo es un problema de educación vial”, insiste Villena, que también recuerda que los ciclistas jóvenes de 16 años son el grupo de mayor siniestralidad. “Estamos autorizando a gente sin formación a circular por las vías públicas. Hay que reforzar la seguridad vial en general, también la de los peatones”.

Las asociaciones de ciclistas reclaman más campañas de sensibilización a la DGT. Consideran que los distintos Gobiernos no han fomentado el uso de la bicicleta al ritmo que otros países y señalan la necesidad de insistir en el respeto por el ciclista. “No es cierto que no hayamos hecho campañas de sensibilización. Acabamos de lanzar la campaña anual en la que visualizamos la importancia que damos a la seguridad del ciclista”, asegura Mónica Colás, subdirectora general de Intervención y Políticas Viales. La DGT prepara una reforma del reglamento general de circulación que podría estar aprobada en el segundo semestre de 2013. Colás adelanta que se tendrán en cuenta muchas de las demandas del sector para proteger a los ciclistas. “Vamos a introducir límites de 20 y 30 kilómetros por hora en determinadas calles de las zonas urbanas para facilitar la convivencia. Buscamos la seguridad de todos. Todos tenemos que poner de nuestra parte y todos tenemos que ceder, también los ciclistas. Se pretende que formen parte del tráfico como los demás y nos preocupa el hecho de que no tienen formación en materia de normas y seguridad vial”, señala.

Este año llevamos 47 ciclistas muertos solo en carretera —el último, un interno de la prisión de La Torrecica, que estaba en tercer grado (solo iba a dormir a la cárcel) y fue atropellado el viernes por una furgoneta—. “Con noticias de estas te das cuenta de lo débil que eres en carretera. Salir a entrenar es jugarse la vida”, señala Antonio Piedra, ganador de la etapa de los Lagos de Covadonga en la pasada Vuelta a España y que sufrió dos accidentes en 2008. En el primero, en marzo, una mujer abrió la puerta cuando él pasaba. Meses después, un coche no respetó un stop y Piedra saltó por los aires. “Tuve suerte. Podría haber sido grave”, dice.

En el gimnasio de la Fundación de Lesionados Medulares, los fisioterapeutas ponen a Juan Antonio García Muñoz de pie en una camilla movible. El hombre habla con dificultad. Tampoco oye muy bien. Antes del accidente le habían puesto un implante coclear que con el accidente quedó inservible. “Está aislado. Y eso es lo que me preocupa. Necesita mucha ayuda”, dice Manuel. Sus hermanos y él han tenido que ensanchar puertas y adaptar la casa para cuidar de Juan Antonio. Tampoco ellos han visto la cara del conductor que le atropelló. “Sabemos que hablaron con él y le dijeron que mi hermano había quedado tetrapléjico. Él solo dijo: ‘Vale”.

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