Hacen falta POLÍTICOS (con mayúsculas)
El presidente de Mapfre lanza un mensaje positivo: "De las crisis se sale" Para que esto ocurra, aboga por profundizar en las reformas estructurales
El entorno económico es muy difícil y no existen indicadores de que esta situación vaya a cambiar de forma inmediata. Pero no se puede ser permanentemente pesimista, de las crisis se sale, volveremos al crecimiento y vendrán etapas de bonanza… Así ocurre siempre. Eso son los ciclos.
Pero para ello es imprescindible que una certidumbre razonable regrese a los ámbitos económicos, que las políticas públicas sean las adecuadas para generar nuevas expectativas y, sobre todo, que se sienten las bases para frenar el terrible desempleo, el principal problema de la sociedad española. Para ello, y para mejorar la productividad, es esencial que se profundice en las reformas estructurales: el mercado de trabajo, el sector financiero, el sistema de pensiones y el control del gasto público (diferenciando gasto e inversión) y de nuestra deuda. Pero esto no es suficiente, los tecnócratas no nos sacarán de la crisis, hacen falta POLÍTICOS, sí, con mayúsculas (tanto en España como en el resto del mundo), capaces de, con audacia, no solo controlar y reducir el déficit, sino de desarrollar políticas económicas que generen crecimiento e ilusión en todos y especialmente en los jóvenes, bajo el convencimiento de que con trabajo y esfuerzo hay un futuro mejor.
Por otro lado, la diversificación es muy importante, porque permite desvincular la evolución de un país, o una empresa, del ciclo económico de un sector concreto, algo esencial en un momento como el actual, en el que se entrecruzan factores como el deterioro del mercado inmobiliario, la delicada situación financiera y sus consecuencias en la economía real.
Los países, o las empresas que sean capaces de aprovechar estas circunstancias, no sólo superarán la crisis, sino que saldrán reforzados. Estoy seguro de que España estará en este grupo, pero habrá que redoblar esfuerzos ante las dificultades y luchar con ilusión. La sociedad tiene que volver a asumir valores como la ética, la honestidad, el esfuerzo, la austeridad, la generosidad y la solidaridad. Y esto sí es cosa de todos.
En cuanto a la industria aseguradora española, su progreso ha sido muy positivo en las últimas décadas, y el papel representado por el seguro privado en el refuerzo del bienestar de la sociedad, fundamental, a través de los servicios prestados a los ciudadanos. Tenemos una industria potente y de probada solvencia, como demuestra la acumulación de catástrofes a la que ha tenido que dar respuesta en la primera década del siglo XXI, y la durísima crisis económica que hemos atravesado, y de la que está saliendo reforzada. Ello no impide que en los próximos años tengamos que afrontar retos importantes, como el de la competitividad, la eficiencia, la reducción de costes y, sobre todo, la mejora continua de la atención al cliente y a sus necesidades.
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