El asedio de Sol se estanca
La policía mantiene inexpugnable la Puerta del Sol, mientras baja la intensidad de las protestas Los indignados aseguran que resistirán con sus protestas hasta lograr, al menos, un punto de información Las autoridades afirman que no consentirán la reconquista de la plaza
Ya van tres días de asedio de los indignados para reconquistar la Puerta del Sol de Madrid y, de seguir así las cosas, la situación puede acabar pareciéndose a los viejos sitios medievales: ni los integrantes del movimiento de protesta están dispuestos a renunciar a su plaza simbólica (y bastión hasta su desalojo el lunes pasado) ni las autoridades van a dejar que vuelvan a ella, y mantienen inexpugnable el kilómetro cero. Los indignados aseguran que les bastaría montar una caseta, un punto de información al ciudadano en Sol, mientras que fuentes del Ministerio del Interior insisten en que la determinación es firme para impedir que vuelvan las acampadas. Ante el estancamiento, la situación parece abocada a un a ver quién aguanta más, aunque lo cierto es que el número de asediadores (los indignados) disminuye cada día y los asediados (la policía) empieza a estar cansada de tantos días de plantón. La intensidad de las manifestaciones baja a diferencia del despliegue policial.
Los indignados insisten a través de las redes sociales que el asedio “sólo es el principio” y que están dispuestos a “resistir”, a entablar una estrategia de desgaste. Están convencidos de que antes o después encontrarán un resquicio en Sol, que habrá alguna concesión política. De hecho, ya la tienen. El propio candidato socialista para el 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho que sería bueno dar un lugar que para que los indignados monten un punto de información. Pero las alternativas que han sido ofrecidas han sido rechazadas.
La estrategia de los indignados es cambiante. Ahora han optado por confluir en grupos de distinto grosor por todas las calles que acceden a Sol, celebrar asambleas allí mismo, o trasladarlas a las cercanas plaza Mayor, Cibeles o de Oriente. Lo llaman “callejear”. Han comprobado que incluso se les permite por las noches cortar Gran Vía, donde cada noche hay manifestación o asamblea. Los responsables de la policía lo observan todo y, en el caso de la Gran Vía, ni intervienen. Alegan, según han explicado, que causa menos perjuicios al ciudadano dejar que corten dicha calle “a medianoche de un cuatro de agosto” que intentar impedirlo con material antidisturbios. Sería peor, alegan. No obstante, esa situación cambió este jueves por la noche, cuando la policía cargó con fuerza contra los indignados que marcharon para rodear el Ministerio del Interior, al que culpan del blindaje de Sol y de haber suspendido derechos constitucionales.
Los manifestantes, pese a las cargas y al fracaso en la reconquista de Sol, afirman que su idea es “seguir con las marchas”. Plantean dejar un grupo fijo próximo a Sol y cortar al tráfico todas las calles posibles para “tener a la policía en jaque”. Las continuas protestas también están afectando al 15-M. Un ejemplo es el de las comisiones de trabajo que no se reúnen desde el martes. Esta noche han tomado Cibeles unos 800 indignados, quienes, tras las asambleas que distinguen al movimiento, decidieron marchar hacia el Ministerio del Interior. El tráfico quedó cortado en la zona, otro de los puntos neurálgicos de la ciudad y centro del eje norte sur de la ciudad.
"Se han adoptado criterios de seguridad con carácter general que se van concretando según se desarrollan las circunstancias para garantizar la seguridad ciudadana", es la contestación que ofrecen desde la Delegación de Gobierno. En el consistorio se limitan a derivar al departamento que dirige María Dolores Carrión, y en la Jefatura Superior de Policía dicen que ellos se dedican a cumplir órdenes. Lo que sí se precisa desde la dirección policial es que, salvo una instrucción en sentido contrario, se continuará actuando como hasta ahora, lo que indica que se seguirán cortando los accesos a las calles y plazas.
El cierre de Sol está perjudicando a la imagen de la ciudad -en vísperas de la visita del Papa con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud-, está causando graves perjuicios a los usuarios del transporte público –la estación de Metro y Cercanías de Sol se ha cerrado durante horas en tres días consecutivos y se desvían las líneas de autobuses de la EMT-, está causando más pérdidas a los comerciantes de la zona –que ya protestaron contra las acampadas y ahora están cerrando sus puertas- e incluso ha sido utilizada por la televisión del venezolano Hugo Chávez para denunciar la falta de libertad en los países capitalistas.
La persistencia de los indignados, además, ha llevado al PP a confrontarse directamente con el movimiento del 15-M. El secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, ha afirmado que el partido "está planteándose muy seriamente" convocar a sus 90.000 afiliados a manifestarse en apoyo de los comerciantes del entorno de la Puerta del Sol en protesta por los graves perjuicios económicos que les está provocando las manifestaciones del movimiento 15M. La fecha prevista, septiembre, justo cuando el movimiento tiene previsto recrudecer sus actuaciones. "300 indignados estén condicionando la convivencia de más de tres millones de habitantes" de una ciudad como Madrid, ha dicho Granados.
La patata caliente de Sol, además, acabará en el Congreso, ya que el diputado de IU Gaspar Llamazares ha pedido la comparecencia del ministro del Interior, Antonio Camacho, para que explique el “sitio de Sol”, donde aseguran que se están vulnerando derechos constitucionales.
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