Otegi niega haber llamado a la "acción violenta" en sus intervenciones

El exportavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, ha asegurado hoy ante el juez de la Audiencia Nacional que le juzga por participar en un homenaje al expreso etarra José María Sagarduy en julio 2005 en Amorebieta (Vizcaya), que en sus intervenciones en actos públicos "nunca" ha llamado a la "acción violenta". Otegi ha añadido además que el evento no fue un homenaje, sino un acto de denuncia para pedir su libertad después de 25 años de cárcel, una pena que considera "un escándalo jurídico".

Según ha declarado, la pareja del expreso etarra le invitó a asistir porque "querían darle a ese acto un cierto realce político", y siendo él "el referente máximo" de la izquierda abertzale, servía para que los medios de comunicación "atendieran" a su denuncia de la situación de Sagarduy, que salió de prisión el 13 de abril tras pasar 31 años en la cárcel.

"La cárcel es muy dura y todo el mundo debería ser consciente de qué son 24 horas" en prisión, ha explicado Otegi, que ha añadido: "25 años en la cárcel me parece un escándalo jurídico, político y humano que no se da en absoluto" en otras partes del mundo.

El exdirigente de Batasuna ha quitado importancia a la ofrenda foral que se realizó durante el acto, y ha asegurado que tiene "la costumbre de arrojar un clavel rojo en todos los funerales" a los que asiste, "desde mi familia al PP y al PSOE". "El que yo haga ese gesto ¿significa que tenga alguna connivencia ideológica? Pues no. es una forma de expresar el respeto", ha justificado Otegi.

Otegi niega el enaltecimiento

En las fechas en las que se celebró el acto, Otegi asegura que ya tenían "bastante consolidado un espacio de comunicación que iba a abrir un espacio de diálogo con el Gobierno", en referencia a las conversaciones que comenzaron tras el alto el fuego decretado por la banda terrorista en 2006, por lo que, ha indicado, no tenía sentido "plantear cualquier tipo de enaltecimiento".

La fiscal Blanca Rodríguez, que pide 18 meses de prisión, le acusa de haber elogiado "la lucha llevada a cabo por los presos vascos" en su intervención, y de comparar al homenajeado con Nelson Mandela. Otegi cree que era "una idea sugerente, no por hacer una comparativa entre dos trayectorias, sino porque era una situación totalmente enquistada, como la africana".

El líder abertzale ha vuelto a sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional menos de una semana después de que el pasado jueves quedara visto para sentencia el juicio por el caso Bateragune, por el que el fiscal pidió 10 años de cárcel.

Otegi ya fue condenado a dos años de prisión y 16 de inhabilitación en marzo de 2010 por la causa por la que se le juzga hoy. La Sección Cuarta de la sala de lo Penal, presidida por Ángela Murillo, entendió que el dirigente abertzale incurrió en un delito de enaltecimiento del terrorismo.

Condena anulada por el Supremo

El Tribunal Supremo anuló esta condena y ordenó, en febrero de este año, que se celebrara una nueva vista con otro tribunal, al apreciar "parcialidad de la presidenta" de la Sala, la misma que ha dirigido el juicio por el caso Bateragune. En su resolución, el alto tribunal destacó que la juez Murillo "exteriorizaba un prejuicio acerca de la culpabilidad" de Otegi cuando le hizo la siguiente pregunta: "¿Usted condena rotundamente la violencia?". El exportavoz de Batasuna respondió: "No voy a contestar", a lo que la presidenta apostilló: "Ya sabía yo que no me iba a contestar a esa pregunta". Otegi replicó: "Y yo que iba a hacerla".

El nuevo juicio está presidido por el juez Javier Gómez Bermúdez junto a los magistrados Nicolás Poveda y Carmen Palona González. La acusación popular, ejercida por el Foro Ermua y Dignidad y Justicia, han retirado las acusaciones de asociación ilícita y reunión ilícita, y han reducido su petición de cuatro a cinco años de cárcel a dos por enaltecimiento del terrorismo. En el juicio, que continuará mañana, también están siendo procesados el abogado Jon Enparantza y Estanislao Etxaburu.

Otegi, en prisión por el caso Bateragune, tiene pendiente todavía la causa que investiga la financiación de la formación abertzale a través de las herriko tabernas, en el que está imputado por integración en organización terrorista. El pasado 21 de abril la Audiencia Nacional decretó su libertad bajo fianza de 50.000 euros por este caso.