México, la fuerza comercial en potencia ausente en Davos
El país latinoamericano es la décimosegunda economía del mundo y la número 15 en exportaciones, por lo que especialistas coinciden en que asistir a foros como el de Suiza puede abrir oportunidades
Dentro de México, el Gobierno promueve el “momento mexicano”: un búm de inversión extranjera impulsado por la salida de grandes empresas de China en busca de un país más cercano a Estados Unidos. Pero fuera del país, quizás no se haga tanto eco de este momento. Por lo menos no será así en el Foro Económico Mundial que se celebra esta semana y hasta la próxima en Davos, Suiza. Por cuarto año consecutivo, la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador no envió a un solo funcionario de alto nivel en representación de la segunda economía más grande América Latina.
El mandatario lo advirtió desde octubre: “La mejor política exterior es la interior, no se puede ser candil en la calle y oscuridad de la casa, si avanzamos aquí nos van a respetar afuera”, mencionó el 13 de octubre a un reportero que preguntó si planeaba asistir al Foro (conocido como WEF, por su sigla en inglés) en este 2024. “No podemos tener una política exterior protagónica queriéndonos meter a dar consejos o recomendaciones a otros países, a otros pueblos”, dijo el presidente.
En ese momento, López Obrador aseguró que la canciller, Alicia Bárcena, iría en su representación, pero esto no sucedió. El representante del Gobierno será Joel Hernández García, subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, informó la secretaría de Relaciones Exteriores este miércoles. También irán, por su parte, los gobernadores de Baja California, Sonora y Yucatán. La última funcionaria de alto nivel del Gobierno Federal mexicano en asistir a la reunión anual de los grandes capitales en Suiza fue la entonces secretaria de Economía, Graciela Márquez, en 2020.
México es la décimosegunda economía del mundo y la número 15 en exportaciones, así como el socio comercial más importante de EE UU, por lo que los especialistas coinciden en que asistir a foros como el de Davos, en el que se reúnen empresarios, inversionistas, gobernantes y líderes de opinión es una oportunidad para generar oportunidades.
“Nuestro país tiene una vocación internacional”, dice Juan Carlos Baker, quien, como funcionario en la secretaría de Economía, representó al país en Davos en 2017. “Me parecería un poco incongruente que, por un lado, enfaticemos mucho o nos sintamos muy orgullosos de ese rol de bienvenida que le damos a todos los aspectos internacionales de la economía, mientras, por otro, no estemos presentes en donde se discuten esos temas”, agregó.
La importancia del foro de Davos, organizado e ideado por un banquero suizo, está escrita en la historia. Fue ahí en donde Turquía y Grecia firmaron una declaración conjunta en 1988 que les evitó una guerra. El evento también marcó la historia de México ya que fue ahí, en 1990, donde el presidente Carlos Salinas de Gortari expuso la idea del libre comercio que culminaría en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), el más grande del mundo en su momento.
Pero hoy, y a partir de la crisis financiera de 2008, el evento ha perdido su brillo y se ha vuelto blanco de críticas. En 2010, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva fue galardonado con un premio por el WEF. Lula, como se le conoce al mandatario, no asistió por motivos de salud y envió a un representante, a pesar de que una semana antes se presentó en un evento alternativo al WEF en el que acusó a las élites de haber ocasionado la crisis financiera por actuar irresponsablemente.
“Estamos viviendo un incremento en la atención internacional al evento porque hay guerras, hubo pandemia y eso hace que el Foro, que es el estandarte de este modelo económico de integración, sea criticado”, opina Baker. “Pero el Foro ofrece una ventaja muy importante, incluso si no estuvieras de acuerdo con lo que se dice ahí, o si no estás de acuerdo con las propuestas que salen de ese tipo de encuentros, hay que estar presentes para poder criticar”.
Ana Bertha Gutiérrez, encargada de análisis de Comercio Exterior y Mercado Laboral del centro de investigación independiente Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), coincide. “Siempre es útil tener estos espacios de comunicación a alto nivel”, opina la experta, “no se trata de cambiar al mundo en una reunión y no tiene que tener un impacto fuertísimo sobre las políticas públicas de todos los países para ser valiosa”.
“Creo que la visión del Gobierno federal y del presidente es errónea porque no solo se trata de ir y decirle a otros países qué hacer, sino que se trata de tener una conversación y comunicación constante e intercambio de ideas”, añade Gutiérrez.
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