Garduño cumple con la orden del juez y pide “una sincera disculpa” por la muerte de 40 migrantes en un incendio en un centro en Ciudad Juárez
Las familias han rechazado el gesto del exdirector del INM, una condición de su acuerdo penal, y recalcan que no representa una disculpa del Estado


Dos años y seis meses ha tardado en llegar la disculpa pública. El exdirector del Instituto Nacional de Migración Francisco Garduño finalmente ha pedido perdón a las familias de los 40 migrantes que murieron asfixiados en el incendio en un centro de detención de Ciudad Juárez. “Les ofrezco con humildad una profunda y sincera disculpa por el sufrimiento y daño causado”, ha declarado este viernes con semblante sombrío y con la mirada fija en sus notas, desde el Museo de la Ciudad de México. Le obligaba una orden judicial.
Los familiares han llenado la sala y esperado una hora y media para que Garduño saldará una de las deudas pendientes que tenía con ellos. El 27 de marzo de 2023, un grupo de migrantes detenidos en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez prendieron fuego a unas colchonetas para protestar por su arresto y el inminente riesgo de deportación. El fuego se descontroló y los funcionarios del centro abandonaron las instalaciones, dejando a los migrantes dentro encerrados en cuartos. El fuego terminó con la vida de 40 hombres mientras gritaban para que les abrieran las puertas e hirió de gravedad a otros 27, algunos de los cuales todavía luchan con las secuelas.
La Fiscalía General de la República abrió entonces una investigación para esclarecer la responsabilidad de la tragedia. El exdirector fue acusado de ejercicio ilícito de la función pública, ya que “había un patrón de irresponsabilidad y de omisiones que se ha reiterado en el INM” y que ese había sido el “causante” de la catástrofe que vivieron las víctimas. De 2019 a 2024, la dependencia acumuló 5.600 quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y llegó a registrar 14 incendios en sus instalaciones.
Garduño ha iniciado su discurso profesando “un profundo respeto” para las víctimas y los sobrevivientes. El extitular de INM, quien ha señalado que el acto forma parte de la orden de un juez, ha reconocido que hubo “omisiones” del personal del centro la noche que se desató el incendio. Enumeró a cada uno de los fallecidos y heridos por su nombre completo y ha lamentado que aquella noche no se garantizara su seguridad ni sus derechos humanos mientras estuvieron bajo la custodia de la dependencia que él comandaba. “Les ofrezco una disculpa por las consecuencias permanentes que han quedado en sus vidas y por las afectaciones físicas, psicológicas, emocionales y cognitivas”, ha añadido.
Los familiares y sobrevivientes le han respondido de forma contundente. Claudia, hermana del fallecido Daniel de Jesús Varela Ramírez, le ha mirado a los ojos y le ha asegurado que “una disculpa pública, leída, a la que ha asido obligada y enmarcada en una instrucción judicial” no resuelve el crimen. “No podemos aceptar una disculpa hasta que no haya una investigación exhaustiva de lo que pasó y de quiénes fueron los autores”, ha sentenciado. La mujer ha señalado al sistema de migración y autoridades mexicanas, que criminalizan a los migrantes. “Detrás de cada nombre hubo una vida y una sonrisa. Ellos pasaron por aquí para tener un mejor futuro, no para ser encarcelados y quemados”, ha dicho con el tono firme.
Estefan Arengo Murillo, de Venezuela, sobrevivió al incendio aquella noche y ha tenido que detenerse antes de hablar para controlar las lágrimas. “Seguimos en lucha porque esta migración ha matado gente, han violado a muchas mujeres”, ha arrancado. Al dirigirse a Garduño, le ha recordado que él esa noche tenía el poder para dar la instrucción de que se abriera la puerta. “No teníamos agua, ni comida ni los extintores estaban en el lugar adecuado”, ha recordado.
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