Una investigación revela nuevas irregularidades sobre la cárcel del INM en la que murieron 40 migrantes en Ciudad Juárez

Una investigación periodística de los medios La Verdad Juárez, Lighthouse Reports y El Paso Matters publicada este martes ha revelado nuevos datos sobre las irregularidades que se produjeron en la cárcel del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez en la que fallecieron 40 migrantes el 27 de marzo de 2023. Los tres periódicos han documentado los abusos de los agentes migratorios, así como las omisiones que condujeron a la tragedia, donde además otros 27 hombres resultaron heridos de por vida y 15 mujeres sobrevivieron con estrés postraumático.

“La falta de justicia hasta ahora ha impedido que salgan a la luz irregularidades, abusos y omisiones graves que derivaron y contribuyeron a la letalidad en este incendio en una celda cerrada bajo llave, saturada, sin extintores, sin ventilación, sin rociadores contra incendios y con detectores de humo sin funcionamiento, que se convirtió en una trampa mortal para migrantes originarios de Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia y Venezuela”, se lee en la investigación.

Una de las principales revelaciones del estudio se centra en la existencia de las llaves que abrían la celda en la que estaban encerrados los hombres. Un video registró cómo, cuando el humo del incendio empezó a propagarse desde el interior de la celda donde los detenidos estaban quemando colchonetas en protesta por las condiciones inhumanas (hacinados, sin comida ni apenas agua) en las que se encontraban, los agentes migratorios huyeron sin intentar ayudar a los migrantes, presos sin haber cometido ningún delito.

El presidente del Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la persona que tenía las llaves de la celda no estaba presente. La investigación lo desmiente: “las llaves siempre estuvieron en el edificio. Esto se concluye después de analizar las imágenes de 15 cámaras de seguridad fijas dentro y fuera del centro de migrantes, que monitorean las áreas más importantes del edificio de día y de noche; la entrada, la oficina administrativa, el área de guardia frente a la celda de hombres y la celda misma”.

En uno de los videos analizados, se escucha a un agente del INM gritar: “No… a ellos no les vamos a abrir, ya les dije a los güeyes”. Supervivientes del incendio entrevistados aseguraron también que los insultos racistas contra ellos por parte de los custodios eran habituales. Fuentes del INM coinciden en haber escuchado insultos como “¡qué se mueran!”.

Las cámaras captaron que a las 21.29 los guardias vieron el fuego y en dos minutos huyeron del lugar. Solo un agente regresó con un extintor que no logró apagar el incendio. En la cárcel del INM, según la investigación, había al menos cuatro extintores: “Tres de ellos estaban bloqueados (dos de estos estaban en condiciones de uso y otro inservible); el cuarto extintor presentó indicios de haber sido usado”. De los siete detectores de humo, ninguno funcionó: seis no tenían batería y el séptimo estaba fuera de servicio.

Muchos de los migrantes llevaban detenidos desde febrero, a pesar de que el tiempo máximo por ley que deberían haber estado en la cárcel del INM era de 48 horas. Además, “los funcionarios y agentes incumplieron con sus obligaciones al no proveer agua, ni alimentos suficientes”. Un año después del incendio, hay ocho funcionarios del INM acusados por la tragedia, pero ninguno ha sido juzgado. “El Gobierno de México, además, mantiene a Francisco Garduño Yáñez como comisionado del INM —cargo de más alto rango en el Instituto— aun cuando está vinculado a proceso acusado por su presunta responsabilidad en la serie de omisiones que provocaron el incendio. Él enfrenta el proceso judicial en libertad”, reza la investigación.

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