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La sombra de Donald Trump oscurece los 100 primeros días de Claudia Sheinbaum en el poder

Las difíciles relaciones que se aventuran con el republicano han polarizado el debate político y económico

Claudia Sheinbaum, en Ciudad de México, el 7 de enero de 2025.
Claudia Sheinbaum, en Ciudad de México, el 7 de enero de 2025.Luis Barron (Getty Images)
Carmen Morán Breña

No han hecho falta 100 días en el nuevo gobierno mexicano para percibir el sexenio que se avecina. El lobo asomó la patita la noche del 5 de noviembre, cuando Donald Trump ganó las elecciones estadounidenses y medio mundo se echó a temblar. Las amenazas del republicano se convirtieron en temores ciertos y sobre México llovía sin cesar: deportación masiva de migrantes, aranceles, combate sin fronteras a los carteles. Desde aquel día, cualquier medida política en el ámbito doméstico ha quedado semioculta por el ruido de las inminentes relaciones bilaterales, donde la presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado un timón un tanto errático entre la pelea y la diplomacia del silencio. No son pocos, sin embargo, los proyectos puestos en marcha desde la investidura de la primera presidenta de México, en el ámbito educativo y en el sanitario, en el terreno de las ayudas sociales y en la igualdad entre hombres y mujeres. Con apenas tres meses en el poder, más potentes que los resultados son las señales y estas se evidencian en la comparación con su antecesor, Andrés Manuel López Obrador: ha cambiado el discurso energético, la relación con el empresariado y la aproximación a una nueva estrategia de seguridad contra el crimen. Pero lo que más se repite es Trump, el apellido que lo va a condicionar todo.

En un Gobierno marcado por la figura de una mujer, tres hombres se alzan como piezas clave para lidiar con las políticas más acuciantes: los secretarios de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y de Economía, Marcelo Ebrard, llamados ambos a frenar los empujones que lleguen desde Estados Unidos, donde dos frentes permanecen muy abiertos: la anunciada deportación masiva de migrantes, para la que ya se prepara México reforzando sus consulados y servicios humanitarios, y los probables aranceles económicos que amenazan con alzarse como un muro entre dos socios con las economías fuertemente entrelazadas de intereses comunes. Lo peor del asunto Trump es que se ha dicho mucho, pero no hay nada escrito, de modo que al Gobierno mexicano no le queda, por ahora, más que moverse en la incertidumbre, que empezará a despejarse a partir del 20 de enero, cuando el presidente electo toma posesión de su cargo.

El tercer hombre es Omar García Harfuch, la mano armada de Sheinbaum, el policía a cargo del combate al crimen organizado, a quien se le han otorgado recursos y poderes para enfrentarse al gran problema mexicano: la violencia. Harfuch, que ya tiene cicatrices de bala, es quien trata de evidenciar que el sexenio de los “abrazos, no balazos” se ha acabado. Es en el capítulo de la seguridad donde se han enviado los mensajes más claros de un nuevo tiempo: redadas contra policías y políticos coludidos con el crimen en el Estado de México; operaciones de limpieza en Chiapas para sacar las manzanas podridas de las comunidades; toneladas de drogas decomisadas, más de 6.000 delincuentes relacionados con el narcotráfico detenidos, estrategias compartidas con gobiernos de diferente color en los lugares más calientes, como Guanajuato, o el traslado del cuartel general de Harfuch a Sinaloa mientras persiste la lucha entre bandas criminales tras la captura del líder del cartel de Sinaloa, Ismael Zambada, que ya ha dejado más de 600 cadáveres en el Estado. La lucha contra el crimen no es solo otra de las exigencias que llega desde Estados Unidos, ávido de gestos, también es un reclamo a nivel interno. Es la cara más sucia que proyecta México en el mundo: cualquier atisbo de modernidad y progreso quedará empañado por el ruido de las balas.

La seguridad en México no mueve molinos: ni gana elecciones ni tumba la popularidad de los dirigentes, pero hay una coincidencia en que está siendo la cara más visible de un nuevo hacer gubernamental. Así lo opina Carlos Bravo Regidor, analista experto en relaciones internacionales: “En seguridad se percibe algo diferente, se nota que llegó a encabezar este sector alguien que lo conoce y tiene experiencia. En lugar de aplicar una receta unitaria para todo el país, que ya empezó con Felipe Calderón, Harfuch avanza gradualmente. No va a dar la vuelta a la curva de homicidios, pero hay otro manejo en las decisiones y en las interacciones con otras áreas de Gobierno”, dice. Bravo no es optimista, pero está “tomando nota de los cambios”. Cree que Harfuch se encontrará con frenos políticos que vendrán de las filas de su partido, acostumbrados algunos a convivir con el crimen organizado de una forma más tradicional.

Donald Trump
Donald Trump en Florida, el 7 de enero de 2025. Scott Olson (Getty Images)

También destaca “los cambios discretos en materia de seguridad” la analista Paula Sofía Vásquez, aunque recuerda que aún “no se aprecia mejoramiento alguno en esta materia, estando como están Sinaloa, Tabasco o Chiapas”, por poner solo unos ejemplos. “Los logros de estos 100 primeros días no dan para contar mucho, son discretos, más circunscritos a cambios en las leyes y la Constitución que aún no se han materializado”, dice.

En el terreno económico, también el discurso hacia los empresarios ha dado un viraje notorio. Donde antes eran “parte de la corrupción”, ahora son agentes para el buen desarrollo de la colaboración pública y privada. A pesar de la espinosa reforma judicial heredada de López Obrador (refrendada en las urnas) y muy contestada por el empresariado, Sheinbaum se ha reunido con las cabezas de grandes firmas mexicanas y estadounidenses a quienes les ha expresado un mensaje de tranquilidad para la inversión. Los ataques se han convertido en mesas de diálogo. Este mismo lunes se presenta el Plan México, otro hito en las nuevas relaciones con los empresarios. En este capítulo, los gestos para frenar la voracidad de Trump se han traducido en nuevas cortapisas al comercio con China, aranceles a los textiles, desmantelamientos de plazas de negocios e impuestos para productos importados mediante plataformas. Otro de los sellos propios de la nueva Administración son los cambios en la muy endeudada petrolera estatal, Pemex, para la que se ha diseñado un nuevo modelo de fiscalidad y se ha abierto la puerta a la participación privada.

Pasadas las elecciones del 2 de junio, en las que Sheinbaum logró más apoyos que ningún otro presidente anterior en la época reciente, los analistas atribuyeron a las políticas sociales el éxito en las urnas, como lo hacen hoy cuando observan la popularidad que mantiene la presidenta, un 80%. En estos 100 días, la mandataria ha organizado su plan sanitario para atender en sus casas a 13,6 millones de personas mayores o con discapacidad, se está organizando un sistema informático que ponga orden en el fragmentado hábitat de la salud en México, se han repartido las primeras tarjetas donde las mujeres de 63 y 64 años recibirán sus 3.000 pesos bimensuales, una de las grandes promesas de campaña asociadas a la primera mujer en el poder; se ha creado la Secretaría de las Mujeres, que ha recibido el presupuesto de anteriores organismos relacionados con la igualdad y también la ciencia ha elevado su rango para compartir gabinete de Gobierno.

El nuevo secretario de Educación, Mario Delgado, ha tenido más protagonismo en las Mañaneras en este tiempo que casi los tres anteriores colegas que le precedieron en el sexenio de López Obrador. Delgado ha hecho valer las nuevas becas Rita Cetina para la secundaria, con un presupuesto de 122.000 millones de pesos, ha difundido otros 25.000 millones de pesos que se destinarán a mejorar las instalaciones educativas, ha eliminado exámenes que frenaban la carrera de los alumnos y puesto en marcha los proyectos para la salud y la nutrición de los escolares, a quienes se medirá y pesará, así como la alfabetización de adultos con una legión de voluntarios y cien cosas más. El secretario está desplegando una actividad en el terreno educativo desconocida en tiempos de la 4T. Los resultados en el terreno de la formación reglada no se aprecian de un día para otro, requerirán análisis en el futuro, pero actividad no le está faltando a la SEP.

Paula Sofía Vásquez ve en muchas de estas iniciativas “buenas intenciones” y “falta de recursos” y pone como ejemplo uno de los últimos anuncios de Sheinbaum, los 25 millones de inversión inicial que se destinarán al diseño y creación del famoso cochecito Olinia, un vehículo eléctrico, pequeño y de factura mexicana con el que se pretende mejorar la movilidad en las grandes ciudades de una forma sostenible y limpia. “Cualquier emprendedor sabe que 25 millones no dan para una industria completa”, critica Vásquez.

Claudia Sheinbaum y Mario Delgado, en Ciudad de México, el 4 de julio de 2024.
Claudia Sheinbaum y Mario Delgado, en Ciudad de México, el 4 de julio de 2024.Gladys Serrano

Sobre el carrito Olinia, los textiles chinos, la seguridad en las calles, las remesas de los migrantes y la deslocalización de empresas, sobre casi todo se cierne desde el cielo la rubia faz de Donald Trump, como aparecía la madre de Woody Allen entre las nubes, para consternación del cineasta, en Historias de Nueva York. Así ven los mexicanos el peligro para sus economías que viene del norte. No hay nadie que no cite a Trump en estos 100 primeros días y en los que seguirán. “Es un personaje difícil, simple y complicado, nadie sabe qué hacer con él y creo que Sheinbaum ha dado algunos bandazos, dudando entre engancharse o no con las declaraciones del magnate. Creo que sus mejores respuestas han sido cuando no ha respondido”, afirma Carlos Bravo. Y añade: la presidenta “no ha tenido tropiezos fatales, pero no pinta bien. En realidad, no se puede hacer mucho, México no va a ganar a Trump, se trata de salvar los muebles, de sobrevivir”.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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