La baza de México para negociar con Trump la crisis migratoria descansa en la economía
Claudia Sheinbaum remarca la fuerza laboral que representan los extranjeros en Estados Unidos y los expertos sostienen que expulsar a los migrantes sería contraproducente
La economía puede ser la única aliada de los migrantes amenazados en Estados Unidos con la deportación. Esos 11 millones de personas que el presidente electo, Donald Trump, quiere devolver a sus países de origen tienen una traducción en recursos enorme. Una cifra como esa de extranjeros indocumentados supone alrededor de 96.700 millones de dólares en impuestos en un solo año, más de la mitad para las arcas federales, según el Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP), con cálculos para 2022. Si a ello se suman quienes tiene papeles, los mexicanos superarían esa cifra. Además, la fuerza de trabajo de la migración está por encima del porcentaje de población que representa y los países occidentales saben lo que eso significa. Atendiendo a ello, no es de extrañar que la presidenta Claudia Sheinbaum destaque en las Mañaneras este aspecto. Aunque solo sea un recurso publicitario doméstico, las últimas semanas se han introducido en las conferencias cápsulas con declaraciones de paisanos que trabajan, proporcionan empleo y pagan sus tasas en Estados Unidos. Pero Trump presenta las dos caras de la misma moneda: el empresario que conduce el país mirando la economía y el que pretende devolver a su pueblo una grandeza neoimperialista que ponga freno a otras potencias. Su amenaza es todavía un enigma.
El republicano ha asegurado que empezará a trabajar en estos asuntos en cuanto sea nombrado oficialmente, el 20 de enero, pero las deportaciones son un proceso complejo. “Logísticamente, hacer redadas masivas es muy costoso y complicado de organizar. Los detenidos en centros de trabajo que no tengan historial criminal tienen, además, derecho a un juicio”, explica Estefanía Cruz, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM. “Para el caso de hogares, debe emitirse una orden de cateo firmada por un juez y sería imposible tener todas las órdenes necesarias para expulsar a 11 millones de indocumentados”. Con base en estas consideraciones, la experta internacionalista considera “imposible” que este plan pueda ser implementado.
Considera, más bien, que se tratará de expulsar a aquellos “migrantes que supongan una carga pública, es decir, quienes dependan de ayudas estatales, como alojamiento”, o quienes tengan vencido su permiso de protección temporal, un aspecto, dice, que sitúa en mayor vulnerabilidad a venezolanos y cubanos. “No creo tampoco que se deporten familias y menos con hijos ciudadanos, como ha expuesto el zar migratorio, [Tom Homan]. Yo creo que se va a priorizar a aquellos con registros criminales y que se va a involucrar a policías de las ciudades para buscarlos”, sostiene Cruz.
Aunque todo permanece aún en el terreno de la elucubración, los analistas ya conocen al magnate estadounidense y alertan de las nuevas mayorías parlamentarias de las que dispone en esta ocasión, así como del voto popular, que no alcanzó en la anterior. “Tampoco va a ser reelegido por otros cuatro años cuando acabe este periodo, por lo que opino que buscará hacer en estos dos primeros años todo lo que no logró anteriormente, [de 2017 a 2021]”, explica Abelardo Rodríguez, investigador en Derecho y Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana. “Y en su búsqueda del rol en declive de los Estados Unidos como superpotencia, la frontera sur con México es un problema para él”, sostiene. “México se configura como un enemigo en esa visión hegemónica, de empleo, trabajo o criminalidad”, añade el experto, quien, junto a otros autores, acaba de escribir un libro titulado US-México Relations. Structuring Alternative Futures.
En realidad, explica Rodríguez, el enemigo es China, por la pujanza y el arrastre económicos de este país frente a Estados Unidos, pero el magnate tratará de priorizar lo económico, la seguridad, lo hecho en Estados Unidos y ahí es donde se puede llevar entre las patas ciertos intereses de México. “Esos elementos son la justificación de las deportaciones, pero su visión es simplista, y no tiene en cuenta la interdependencia histórica de ambos países”, dice Rodríguez. El internacionalista se remonta incluso a la época en que no existían como tales y solo los dinosaurios campaban por esas tierras. “Ahora serían la ballena gris o las mariposas monarca, o los desiertos o cualquier otro valor biológico”, dice. “[Trump] no tiene ni idea de la interdependencia histórica y eso sí es contraproducente para sus propios intereses”, añade.
En ese sentido es donde encuentra Rodríguez una “ventaja comparativa” para una eventual negociación que implicaría, de todos modos, garantizar determinados factores en México, como la seguridad o la justicia.
A nadie se le escapa que el presidente electo se maneja con lógicas empresariales, de total practicidad, pero sus movimientos, apenas en el terreno dialéctico, ya han generado un terremoto mundial, aun sin llegar al poder. “Ese es su as bajo la manga, mover el avispero y todo lo que recoja ya es ganancia”, sostiene Rodríguez. “Los aranceles y solo los aranceles crearon esta enorme riqueza para nuestro país. Luego pasamos al impuesto sobre la renta. Nunca fuimos tan ricos como durante este período. ¡Los aranceles pagarán nuestra deuda y HARÁN QUE ESTADOS UNIDOS SEA RICO OTRA VEZ!”, decía hace algunas horas Trump en un mensaje.
Para empezar, México ya ha dado pasos en materia económica y arancelaria para frenar cierta expansión china, se están haciendo ajustes en seguridad y en política exterior. Todo ello tan significativo como el refuerzo de los consulados antes las amenazas de deportación. Sobre este asunto, Estefanía Cruz sostiene que “lo que deben hacer las organizaciones que trabajan con migrantes es enseñar a las personas para que sepan distinguir una orden de deportación, para que no revelen su estatus migratorio y solo digan su nombre, para que pidan un abogado”. Lo demás, las conferencias matutinas de Sheinbaum, con su aporte publicitario de paisanos emprendedores y exitosos en Estados Unidos, no servirán de mucho. Trump se mueve en términos maniqueístas que han convencido a millones de electores y la migración, casi como todo lo mexicano, ha quedado, de algún modo, en el terreno de lo criminal.
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