_
_
_
_

Amalia García: “Mi deseo es que Claudia Sheinbaum acabe con la sombra del patriarca”

La pionera de la izquierda mexicana cuenta a EL PAÍS su trayecto en la política y en la lucha feminista, los triunfos que han permitido ver a la primera mujer ocupar la silla presidencial

Amalia García, senadora de Movimiento Ciudadano, en su oficina en el Senado de la República en Ciudad de México. El 9 de octubre de 2024.
Amalia García, senadora de Movimiento Ciudadano, en su oficina en el Senado de la República en Ciudad de México. El 9 de octubre de 2024.Aurea Del Rosario (El País)
Elia Castillo Jiménez

Una vieja fotografía que pasa del blanco y negro al sepia, consecuencia del paso del tiempo, ha retratado una protesta de 1970, una docena de personas del Partido Mexicano Socialista encabezan la vanguardia, de la fila destaca una mujer, la única del contingente, menudita, camina del brazo entrelazado de Heberto Castillo, fundador de la agrupación política. Amalia García (Zacatecas, 73 años), recuerda el momento de la instantánea y sonríe. Hija de Francisco García, priista de cepa, desde los 15 años, fue combativa, “antiautoritaria”, avanzó a contracorriente, siempre alzando la voz en favor de los derechos de las mujeres, comunista, contraria al partido que le tocó por herencia. Es por eso que la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México le ha resultado formidable. A menos de un mes de que la nueva manadataria tomara las riendas del país, la también fundadora de la izquierda mexicana tiene la esperanza de que la presidenta termine con las señales que ha ido desvelando. “Que acabe con la sombra del patriarca”, y cierre el capitulo de Andrés Manuel López Obrador, dice.

La senadora por Movimiento Ciudadano, hace una pausa después de una maratonica sesión en el Senado para atender a EL PAÍS. García ha sido precursora en la política y en la lucha por la igualdad de género. A cuestas lleva una larga lista de subversiones. La zacatecana fue la primera mujer de oposición en ganar una gubernatura, Zacatecas (2004-2010), y la primera en dirigir el PRD (1999-2002), la agrupación que fundó. En los pocos días que se le pueden descontar al mes de octubre ha vivido dos sucesos que la han marcado: la toma de protesta de la primera mujer en ocupar la silla presidencial y la publicación, en el Diario Oficial de la Federación, de la muerte del partido que fundó. Aunque el sabor es agridulce, se consuela pensando que el PRD estaba vacío y dejó de existir mucho antes de su extinción.

La senadora ha llegado al escaño sin pedirlo, contrario a cuando fue más activa en la política, esta vez llegó por la vía plurinominal. A propósito recuerda cuando, contra todas las resistencias, logró la candidatura para gobernar su Estado natal. Compitió con Francisco Pancho López, del PAN y con su campaña violenta. La política siente miedo cuando sale a la calle, los feminicidios la horrorizan y piensa seguir luchando para erradicarlos. Desea que su pequeña nieta de ocho años no sufra la violencia que azota a las mujeres.

Pregunta. ¿Qué significa para usted la llegada de una mujer a la presidencia?

Respuesta. Es la culminación de muchas luchas. Este mes se cumplieron 71 años del derecho al voto a la mujer, me parece formidable que haya llegado una. Deseo que la llegada de Claudia Sheinbaum signifique un compromiso muy consistente, de fondo y en serio. La gran política social que debe implementarse y es urgente es la del sistema de cuidados. Que nos permita a las mujeres dejar el terreno chicloso que nos atrapa, los cuidados en el hogar. Las mujeres carecemos y tenemos una pobreza diferenciada según la clase social y las condiciones de cada quien, pero una pobreza de tiempo. Sufrimos porque no tenemos tiempo.

P. ¿Fue difícil fue incursionar en la política?

R. Vengo de una familia de participación política, mi abuelo paterno fue maestro y agrarista durante la Revolución y fue presidente municipal de Zacatecas y diputado. Mi padre fue diputado local y luego gobernador. Recuerdo que de niños mis hermanos y yo nos pegábamos para ir en las giras, ir a una gira era quedarse en las comunidades uno, dos o tres días. Recuerdo a mi papá que se sentaba a escuchar durante horas a la gente. Pertenecía al cardenismo, una corriente dentro del PRI, muy en la idea del general Lazaro Cárdenas de atender a la gente directamente. Mi padre fue embajador y estando en Polonia, siendo muy joven, pudimos informarnos de los tanques soviéticos entrando a Praga, a Checoslovaquia, del movimiento estudiantil en Francia, el mayo francés. Luego en las noticias vimos los tanques del Ejército entrando al Zócalo de Ciudad de México, era muy joven. En 1968 regresamos a México, mi padre siguió siendo embajador, pedí quedarme en Zacatecas y decidí que nunca en mi vida, ¡Jamás!, iba a estar en el PRI y empecé a buscar quiénes eran los críticos del Gobierno.

Amalia García Senadora
La senadora Amalia García muestra una fotografía del inicio de su carrera política. Aurea Del Rosario (El País)

P. ¿Tuvo problemas con su padre ?

R. No, jamás. Ni con mi madre, [siempre hubo] mucho respeto, me decían ‘es tu decisión y tú tienes que hacer tu propio camino y te vamos a respetar en tu decisión’ y me encontré al Partido Comunista y me afilié a la juventud comunista. Mi participación empezó en una oposición que no tenía registro, perseguida, con presos políticos, con desaparecidos y con mucha convicción. Formo parte de una generación anti autoritaria.

P. ¿Conoció la igualdad de género desde la cuna?

R. Mi papá decía ‘mis hijas no van a estar en la casa, no quiero que cocinen, quiero que hagan lo que quieran con su vida pero no van a estar en la casa’. Había libros por todos lados. No había la restricción que veíamos con amigas y en las otras familias. Cuando regreso [de Europa] y voy a vivir a Zacatecas a estudiar la preparatoria, participé activamente con el movimiento estudiantil de Zacatecas, tratando de informarnos de qué pasaba en el país y buscando a los comunistas empezamos con muchas lecturas. Conocimos a Simone de Beauvoir. Fue leer El Segundo Sexo, ‘No se nace mujer se llega a serlo’, fue como si nos hubieran quitado un velo de los ojos.

P. ¿Cómo es su proyección del sexenio?

R. Es muy pronto pero mi deseo es que se acabe con la sombra del patriarca. Lo digo de manera clarísima, porque las opiniones, los puntos de vista señalan que ahí está la figura del patriarca y a mí eso me resulta insoportable. Sin embargo, Claudia Sheinbaum es una académica, es una mujer disciplinada con carácter y creo que la determinación de hacer sus propias políticas públicas, su decisión, su rumbo, debe hacerlo sabiendo que si ella toma la decisión de hacerlo con independencia, va a contar con el respaldo de muchas mujeres. Podemos no coincidir en todo lo que haga pero sí en la determinación de que no esté la sombra de ningún patriarca encima y eso no es fácil de romper porque la presencia de Andrés Manuel [López Obrador], fue y ha sido una presencia muy poderosa en el imaginario de millones de mexicanos. Se debe cerrar ese capítulo.

P. ¿Se trata de un Gobierno que es extensión del anterior?

R. Es muy pronto para saberlo. Veremos muy pronto si es así o no, tendrá que presentar el Plan Nacional de Desarrollo en febrero, tiene que ir elaborando el contenido y es la carta de navegación. Veremos si la consulta es consistente, no se trata de las consultas a mano alzada en el Zócalo como las hacía el anterior presidente. Sino una consulta a fondo, seria, fuerte, con los expertos, con la academia, con la UNAM, con el Instituto Politécnico Nacional, con los tecnológicos, con las agencias internacionales de Naciones Unidas, con la CEPAL, con los empresarios, con la sociedad civil. Ahí veremos qué esperar de este Gobierno de seis años de la primera mujer presidenta de nuestro país.

P. ¿Ha experimentado miedo por ser mujer?

R. Claro, en muchos momentos, simplemente salir a la calle en la noche, cruzar para ir por un café o regresar del trabajo o andar en una carretera y eso es insoportable. Es intolerable, no podemos resignarnos a vivir con miedo, a no apropiarnos de los espacios públicos y también de los espacios privados, es inaceptable. Tengo una pequeña nieta, pienso en ella y la verdad no quiero que viva su vida con miedo y no quiero que esté expuesta a la violencia. Veo los feminicidios con horror, no se merecen eso las siguientes generaciones.

P. ¿En su carrera política fue víctima de violencia política por razón de género?

R. Muchas veces, pero no existía, ni siquiera hablábamos del concepto y menos se había legislado. Vivíamos y afrontábamos la violencia política. Los que nos agredían lo veían hasta como una broma. Claro que la he experimentado en distintos momentos, incluso siendo gobernadora. La violencia era hasta por el corte de cabello, cómo me vestía. Estaba dedicada a recorrer el Estado, las comunidades y me levantaba a las cinco de la mañana y regresaba en la madrugada, no tenía esperanza de pintarme o de ir al salón. La virulencia era porque no estaba arreglada, porque usaba sandalias. Cuando fui candidata a la gubernatura, el candidato del PAN, Francisco López, con sombrero, cinto piteado, bota. Aparecía en unos spots dirigidos a mí donde decía ‘Amalia te habla Pancho López, tú no conoces el campo zacatecano, no sabes gobernar, yo sí sé hacerlo’. Aunque no se usaba el concepto de violencia política, las mujeres salieron masivamente, le rodearon la casa de campaña y lo obligaron a quitar el spot. Mujeres del PAN, del PRI, indignadas.

P. ¿Fue difícil ganar la candidatura y la gubernatura?

R. Cuando se iba a tomar la decisión de quién sería el candidato, porque se pensaba en un hombre, las mujeres empezaron a decir queremos que sea Amalia. El gobernador, Ricardo Monreal, tenía simpatía por uno de los dirigentes políticos. El presidente del partido, Leonel Godoy, con quien tengo una gran amistad, me dijo ‘Amalia no vas a ganar, te estimamos mucho pero la gente no vota por las mujeres, es un Estado conservador, agrario, va a haber resistencias’. Le dije, bueno, resolvámoslo con encuestas, veamos lo que opina la gente, y las gané. Todavía hubo ciertas resistencias y la gente hizo manifestaciones en Zacatecas.

P. ¿Qué errores ha cometido?

R. Seguramente muchos. Siento que incluso cuando ha sido difícil o cuando no he logrado avanzar, ha sido correcto intentarlo.

P. ¿Su mayor acierto en política?

R. Participar contra viento y marea y haber empezado en la oposición. En un partido perseguido, sin registro, con presos políticos, en las condiciones más adversas, fue una gran decisión.

P. ¿Qué significa para usted la extinción del PRD?

R. Me dio mucha tristeza por el PRD y por el registro del Partido Comunista, porque el PRD tomó su registro en un Congreso del 5 de mayo de 1989. Después de las elecciones de 1988 fundamos el PRD, con el registro del Partido Comunista, obtenido en 1970. Tengo un sentimiento agridulce, tengo la alegría de que fue una fuerza política fundamental en la democratización de México. Los primeros años de fundación tuvimos a cerca de 500 compañeros asesinados por defender el voto. Contribuyó a construir las grandes instituciones democráticas, un país mejor. El PRD que fundamos dejó de existir, ya no era la fuerza que impulsaba el avance democrático ni las causas de la justicia.

P. ¿Qué contribuyó a la debacle?

R. Una gran parte de quienes lo fundamos nos fuimos. Se fue Andrés Manuel [López Obrador], el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio [Muñoz Ledo]. Primero se fue Gilberto Rincón Gallardo, Rolando Cordera, Arnaldo Cordova, la intelectualidad más consistente se fue porque no se sentía identificada con el rumbo que estaba tomando. Ya no eran las grandes causas del país, era ocupar un cargo. Se había vaciado de contenido, así lo sentí cuando decidí renunciar. Me dolió mucho, me sentí durante un tiempo muy triste pero ya se había vaciado, ya no era lo que habíamos fundado tantos.

P. ¿Una mujer en el Gobierno es garantía de cambio?

R. No, no es garantía pero sí se abre una posibilidad enorme. La expectativa es tan fuerte que quien llegue debe tomar ese impulso y abrir una nueva era, no la continuidad de lo anterior, no con el patriarca, intentar que eso sirva para empujar al país y a la sociedad hacia adelante. Es una oportunidad, se puede aprovechar o no.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elia Castillo Jiménez
Es periodista mexicana, está especializada en temas de política: Congreso de la Unión, partidos y elecciones. Ha trabajado en distintos medios como Milenio, Radio Centro y El Heraldo de México. Es licenciada en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_