Luis Gerardo Méndez, actor: “El éxito antes de los 30 años es muy peligroso”
El actor mexicano codirige e interpreta su última película ‘TechnoBoys’ sobre una banda que vuelve a reunirse aprovechando el éxito de la nostalgia noventera en México
Luis Gerardo Méndez (Aguascalientes, 42 años) es uno de los actores mexicanos más conocidos dentro y fuera de su país. La fama le llegó con la divertida Nosotros los nobles y desde entonces no ha parado de trabajar. Ahora llega a Netflix con una nueva comedia bajo el brazo que protagoniza y codirige junto a su amigo Gerardo Gatica. Technoboys es la primera cinta de su productora, Cine Vaquero. Asegura que cuando su amigo le mostró el guion no paró de carcajearse. “Es lo más divertido que leí desde Nosotros los nobles”, dice. La película cuenta la historia de Alan, el líder de una boyband que triunfó a finales de los 90 en México. Sin embargo, los años han pasado y ya nadie se acuerda ni de los Technoboys ni de Alan. Sumido en el olvido más absoluto, decide reunir a sus antiguos compañeros y recuperar la fama que un día les hizo estar en lo más alto. Sin hacer muchos spoilers, digamos que el plan sale regular, aunque las risas están aseguradas gracias a las actuaciones del propio Méndez, Karla Souza, Daniela Vega, Fernanda Castillo y Germán Bracco, entre otros.
“Me gusta pensar que Technoboys es un caballo de Troya. La fachada es que es la nueva película de Karla y Luis, que no trabajábamos juntos desde Nosotros los nobles, pero también trata de la nostalgia noventera y además habla de la diversidad, la cultura de la cancelación, la apropiación cultural, el lenguaje inclusivo y la masculinidad tóxica”, dice el actor, en entrevista con este diario.
Pregunta. ¿En qué se inspiró para construir su personaje? La peluca de Alan se parece mucho al pelo de Justin Timberlake cuando estaba en NSYNC...
Respuesta. (Risas) Mi primer trabajo fue ser locutor de radio en una estación muy popera en los noventa. Me tocó entrevistar a todas esas bandas: Kabah, OV7, Mercurio... Me sabía todo acerca de NSYNC, de los Backstreet Boys. Me gustaba mucho esa música, fue como el soundtrack de mi adolescencia. Y por otro lado, TechnoBoys habla de lo que le hace la fama a la gente. Y pues eso lo conozco en carne propia.
P. ¿A usted qué le hizo la fama?
R. Tengo un coach que se llama Juan Carlos Coraza, que trabaja mucho con Bardem y con Penélope Cruz, y él siempre dice en las clases que el éxito antes de los 30 te vuelve loco, que tu cerebro no termina de estar realmente listo hasta los 30 años.
P. ¿Y usted piensa lo mismo?
R. Sí, sí. A mí la fama justo me llegó a los 30 años y aún así te diría que fue muy difícil. El éxito antes de los 30 años es muy peligroso. Tuve que ir muchas veces a terapia para entender cómo manejar la pérdida de la privacidad. Cómo de un día al otro ya no puedes ir al cine o al centro comercial. Cuando la fama te llega, te vuelves el observado y eso es muy violento. Pero también te lleva a partes muy bonitas, como que te traten muy bien y te den la mejor mesa del restaurante. Si no tienes una familia, amigos, una pareja que te aterricen, te puedes perder. Es muy fácil perder el piso.
P. Justo a Alan le pasa lo contrario. Nadie se acuerda de él pero al reencontrarse con el resto de la banda la gente vuelve a cantar sus canciones. ¿Por qué diría que al público le prende tanto la nostalgia de los noventa?
R. Porque tenemos ganas de conectar con esa época. Tiene que ver con esta añoranza de un momento donde la vida era más fácil, donde tu preocupación más grande era que te invitaran a la fiesta del chico más popular de la secundaria. Creo que por eso triunfan tanto los conciertos de los 90′s Pop Tour. Nos gusta recordar esa época donde, ahora sí, como dicen, todo tiempo pasado fue mejor.
P. ¿Cree que es bueno revisitar las canciones de otras épocas o mejor dejar a cada arte en su tiempo? Lo digo porque algunas canciones de aquella época han envejecido mal...
R. Sí, por supuesto. ¿Sabes qué pasa? Creo que eso nos ayuda a entender por qué somos como somos. O sea, es la cultura que consumimos. La televisión, el cine, la música de esa época nos educó de alguna manera. Fue el soundtrack de mi generación.
P. ¿Con qué le gustaría que la gente se quedara de Technoboys?
R. Me gustaría que se carcajearan mucho. También es una película que intenta reírse de la cultura de la cancelación y de la época en la que vivimos donde a creadores, productores, comediantes nos da miedo hacer humor con según qué cosas.
P. Y qué opina sobre eso, ¿cree que la cultura de la cancelación está limitando a la comedia?
R. Creo que la clave está en que nos riamos todos juntos. Es decir, el secreto para poder dormir tranquilo es que si vas a hacer comedia sobre una minoría, es importante que esa minoría tome la palabra. Por eso, Daniela Vega es la que habla del tema trans o si hablamos del racismo y la apropiación cultural, Mónica del Carmen tenía que ser la persona que hiciera ese monólogo. Para mí, lo más importante era hacer la mejor película posible y creo que sí lo logramos.
P. ¿Y cómo diría que ha sido como director?
R. Quería que la gente la pasara bien en el set, porque me conozco y soy muy control freak [obsesivo del control] así que antes de empezar el rodaje me fui a un retiro de silencio por tres días y eso me ayudó mucho. Quería estar tranquilo, quería estar en paz y ese retiro me cambió la vida. Nunca tuve que gritar, nunca tuve que volverme loco, fue algo lindo poder codirigir esta película. Aprendí a colaborar, a confiar en la gente y a hacer acuerdos.
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