México se queda con un pie fuera de la prueba PISA
La OCDE avisa que el país no ha cumplido con algunos requisitos de acceso al examen de evaluación internacional para estudiantes de 15 años en matemáticas, ciencia y lectura. Mientras, los expertos debaten su utilidad
México podría quedarse en 2025 fuera del informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, por sus siglas en inglés). La evaluación, realizada a estudiantes de 15 años, sirve para medir de manera internacional el conocimiento de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Se realiza cada tres años y los resultados dan una idea de qué tan preparado está el sistema educativo de un país para “los desafíos de la vida real y el éxito futuro”, según sus creadores.
La propia OCDE ha sido la que ha confirmado que la participación de México peligra en la próxima edición, debido a que el país no ha cumplido con los requisitos necesarios, entre ellos, el pago de la cuota para realizar la prueba. “La participación de México en la próxima ronda PISA 2025 está actualmente en riesgo, ya que tengo entendido que los preparativos necesarios para implementar el estudio se han suspendido”, escribió Andreas Schleicher, director de Educación y Competencias de la OCDE, en una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Silvia Valle Tépatl.
Los resultados del informe PISA en 2022 revelaron que el estado de la educación en todos los países sufrió un retroceso significativo, entre otros factores, por el impacto de la pandemia. Los conocimientos en Matemáticas cayeron 15 puntos y otros 10 puntos en Comprensión Lectora, respecto a la edición de 2018. Dentro de ese ránking, México fue el tercer país peor evaluado en Comprensión lectora y Matemáticas y el país con peor puntuación en Ciencia. De acuerdo a esos resultados, apenas el 34% los estudiantes mexicanos alcanzó el nivel mínimo en Matemáticas y Comprensión lectora, la puntuación más baja desde 2006.
Mientras tanto, los expertos no se ponen de acuerdo sobre la utilidad de la evaluación a efectos prácticos. Unos la califican como una herramienta necesaria para el desarrollo de las políticas educativas de los países. Otros consideran que los resultados solo sirven como una competición donde no se presta verdadera atención al contexto cultural y socioeconómico de los estudiantes. Catalina Inclán, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (ISUE), defiende que el informe se queda corto para medir la situación de muchas escuelas en el país. “¿Cuál es la prisa de PISA?, quizá sirva para sistemas que ya tienen un ritmo y son más homogéneos, pero para sistemas que son como el nuestro, y de otros en Latinoamérica, tres años es muy poco tiempo para aplicar esos cambios”, afirma la experta.
Inclán considera que México podría ausentarse de la prueba en 2025 y tomar decisiones en cuanto a la política educativa con los datos recabados en 2022. “Tenemos la medición pospandemia, tenemos un cambio curricular, tenemos una reforma educativa, los sistemas se mueven a un ritmo diferente de lo que nos gustaría, un ritmo propio que tiene que ver con la idiosincrasia y las características de cada Estado en el país y de cada tipo de escuela”, apunta.
En este punto coincide la organización Mexicanos Primero quien reconoce la información valiosa del informe, pero también la necesidad de que existan otro tipo de mediciones. “La prueba PISA aporta información valiosa; no obstante, las evaluaciones nacionales, e incluso locales, son también indispensables. Es necesario, asimismo, contar con un sistema de indicadores relevantes sobre las condiciones en que operan las escuelas y, en general, el sistema educativo, de manera que el diseño de las intervenciones en los distintos niveles de gestión se base en las evidencias pertinentes”, señaló a través de un comunicado.
La discusión sobre la probable ausencia de México se ha trasladado al terreno político y ha sido un tema de discusión en la Cámara de Diputados. “La prueba PISA es todo un referente mundial para evaluar la preparación de los estudiantes, a efecto de estar en posibilidad de enfrentar los desafíos del mundo real y proporcionar datos útiles y comparativos entre diferentes países”, cuestionó Jorge Romero, presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara baja.
También ha despertado las críticas de la Cámara Nacional de la Industria Editorial (Caniem) que mostró su preocupación ante una posible cancelación. “Sin herramientas adecuadas para evaluar nuestra situación actual, será imposible establecer y ejecutar políticas educativas que realmente atiendan las necesidades de nuestros estudiantes”, expresó a través de otro comunicado.
Al otro lado, hay quienes consideran que PISA no tiene una repercusión real en los estudiantes. “PISA es una prueba que no llega a las aulas”, señala Inclán. “Es una prueba que está pensada para el sistema, da indicadores al sistema y el sistema en este momento está en un tránsito. Por qué no dejamos que el tránsito se genere, se acomode y después medimos. Hay países que han entrado y salido de PISA”, cuestiona la especialista.
México ha participado en todos los informes PISA desde el 2000 y para el próximo año 91 países ya han confirmado su participación entre ellos Colombia, Brasil, Chile, Perú, Argentina, Ecuador, Costa Rica, República Dominicana, Paraguay, Guatemala, Uruguay y El Salvador.
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