Suspenso, crímenes alrededor de la industria minera en Guanajuato y Ester Expósito en lo nuevo de Amat Escalante
‘Perdidos en la noche’, que cuenta también con los protagónicos de Juan Daniel García Treviño y Bárbara Mori, marca el retorno del director español a la pantalla grande tras un periodo de siete años
Paloma, profesora y activista, protesta contra la industria minera local y desaparece sin dejar rastro. Cinco años después, su hijo Emiliano (Juan Daniel García Treviño) busca al culpable. El joven de 20 años tiene un gran sentido de la justicia. Debido a la incompetencia del sistema judicial, él se toma la justicia por su mano. Una nota lo lleva a la casa de verano de la rica y excéntrica familia Aldama. El clan está encabezado por la destacada matriarca Carmen Aldama (Bárbara Mori). En busca de la verdad, Emiliano, de la mano de Mónica (Ester Expósito) —la hija de Carmen—, se sumerge en un mundo oscuro lleno de secretos, mentiras y venganzas.
Bajo esta premisa se presenta Perdidos en la noche, la nueva película de Amat Escalante (Barcelona, 44 años), que fue elegida para su premiere en la pasada edición de festival de Cannes y que marca el retorno del realizador a la la pantalla grande siete años después de La región salvaje (2017), película por la cual recibió el León de Plata en el Festival de Venecia a la mejor dirección.
Escalante, de madre mexicana y padre estadounidense, pasó muchos años de su infancia y juventud en Guanajuato, Estado que conoce muy bien y que sirve como escenario de su más reciente filme. Las primeras ideas para este proyecto se fueron forjando en sus caminatas, inspirado por lo que ve, escucha y la gente que conoce.
“Guanajuato es una ciudad minera, hace cientos de años. Así empezó y me interesaba ese tema. Más que el tema, me interesaba incluir la explotación de la tierra por extranjeros, algo que ha estado presente en mi vida, y las consecuencias de eso es muy recurrente a través de la información que sale de activistas desaparecidos, que se oponen a algo, y simplemente por la injusticia y la falta de orden desaparecen. Así con esa premisa empieza la película, y luego trata de explorar las consecuencias de eso”, explica.
El director admite también que a su vena creativa le interesa la gente real, la que “más hay en México”, y enfrentarlos contra elementos que no son muy reconocidos para ellos. Es por ese lado que el también autor de Heli (2013) juega e inserta el género del suspenso, a través de los elementos de esta casa al lado del lago, habitado por una familia excéntrica de artistas y tuvo la posibilidad de explorar personajes que tienen que ver con la fama y trabajar con personas que realmente habitan esos espacios, como Mori, Expósito y Fernando Bonilla, que conforman a los integrantes de este misterioso clan familiar.
“Quería hacer un thriller, entonces Perdidos en la noche está inspirado en el Film noir (o cine negro) y en el cine de género, que, al final de cuentas, soy más que nada un cinefilo, me gusta mucho el cine, pero no puedo evitar hablar de cosas que me parecen importantes y algo complejas de mi país”, afirma.
El director y también coguionista de la película comenzó con a escribir el proyecto junto a su hermano Martín Escalante durante la pandemia por la covid-19, a finales de 2019, por lo que su producción se vio atrasada. En ese tiempo, Amat Escalante incursionó en la televisión y le puso su sello a ocho episodios de las tres temporadas que duró Narcos: México, serie donde conoció a Bonilla y a Jero Medina, que también forma parte del elenco de Perdidos en la noche. Este tiempo de espera para el realizador le permitió leer mucho y conocer a fondo la obra del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, a quien considera como una de sus influencias creativas.
“Fue una revelación de alguna manera, porque vi que mucho del cine que me había inspirado, del cine de autor, cine de arte, cine mundial, está muy inspirado en Dostoyevsky. Eso no lo tenía tan claro hasta ya leer todo y revisar obras como Los hermanos Karamazov, Crímen y Castigo, Los demonios, todo El idiota, por ejemplo, entonces eso fue algo importante”, precisa.
Otra presencia en el proceso creativo de Escalante fue Vértigo de Alfred Hitchcock, en parte por el misterio y la confusión alrededor de algo desconocido, en el caso de México y por lo que sufre mucha gente, según el director, como una justicia que resuelva cosas, que termina convirtiéndose en una especie de “fantasma” o “monstruosidad” que está presente en la filmografía de Escalante.
“Estoy muy consciente de la esperanza y la luz que tiene la gente que ha sufrido, como los grupos de personas que buscan a sus desaparecidos en mi Estado de Guanajuato. Es gente que tiene mucha esperanza, mucha luz y mucho humor también. No quise bloquear o negar eso de los personajes y de la película, entonces es una película que tiene ese suspenso, pero también tiene humor, y tiene la naturaleza de la vida. Trato de aproximarme en los personajes y meterlos a un drama, a un melodrama, a vivir esta historia junto con el público”, dice el realizador.
La película de Escalante tiene de trasfondo temáticas o problemáticas propias que afectan al Estado de Guanajuato, pero también, que ya son de raíz en otras regiones de la República como las desapariciones, la corrupción y abuso de poder en las instituciones del orden y gubernamentales; o la pesadilla del narco, que inevitablemente son temas que retrata Perdidos en la noche.
“Para mí es inevitable hablar de eso. Soy alguien sensible y me cuesta a veces encontrar de qué otras cosas hablar, cuando estos temas son tan fuertes y tan importantes para tanta gente. Entonces, me gusta explorar la naturaleza humana también, y los parámetros, los lugares o las situaciones que nos llevan a esas cosas. Mi interés es irme a lo íntimo y esperar que eso refleje lo grande, lo que vemos más aparente, pero creo que todo empieza desde la emoción, desde las personas y sus contradicciones y sus razones dentro de un sistema que está no funcionando bien”, finaliza.
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