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Las madres buscadoras de Jalisco, víctimas colaterales del atentado contra los policías de Tlajomulco: “Nosotras no vamos a dejar de buscar”

Enrique Alfaro, el gobernador del Estado con más desaparecidos de México, ha suspendido la ayuda que las autoridades proporcionaban a estas mujeres cuando encontraban una fosa clandestina

Madres buscadoras de Jalisco en una fosa clandestina en Tlajomulco
Madres buscadoras de Jalisco en una fosa clandestina en Tlajomulco, el 12 de julio.Fernando Carranza García (CUARTOSCURO)
Daniel Alonso Viña

Las madres buscadoras de Jalisco han puesto desde este martes el grito en el cielo por ser las primeras y de momento las únicas damnificadas por el atentado con minas antipersona que sufrieron las fuerzas de seguridad en Tlajomulco, Jalisco, y que resultó en la muerte de tres trabajadores de la Fiscalía estatal, un policía municipal y dos civiles. El gobernador, Enrique Alfaro, aseguró que los funcionarios fueron hacia la trampa mortal después de recibir la llamada de una supuesta madre buscadora informando sobre la localización de una fosa clandestina. Eso le ha llevado a frenar el apoyo que la Fiscalía de Jalisco daba a las madres buscadoras cuando encontraban nuevos cuerpos y ha provocado el cabreo de estas, que denuncian una estrategia del gobernador para frenar su actividad.

“Nosotras vamos a seguir trabajando”, asegura a este periódico Indira Navarro, jefa del grupo de madres buscadoras de Jalisco. “No podemos tirar a la basura todo lo que estamos logrando, el gran número de cuerpos que estamos encontrando. Alfaro no nos puede parar, no dependemos de él, ni siquiera un vaso de agua nos da, así que no vamos a dejar de buscar”, dice, indignada, la buscadora. Tlajomulco, según la Fiscalía, supera por mucho a cualquier otro municipio en número de fosas clandestinas encontradas: 63 de las 139 fosas que se han encontrado en Jalisco están allí, un 45% del total. Jalisco, además, es el Estado con más desapariciones de México. “Estamos caminando sobre un cementerio”, sentencia Navarro.

A más de dos días del incidente que ha marcado un antes y un después en el pulso a la violencia en Jalisco, las madres buscadoras ponen en cuestión la versión de los hechos que han difundido las autoridades. La noche del martes, decía Alfaro, “una ciudadana que participa en los colectivos de madres buscadoras recibió una denuncia anónima diciéndole que había un punto en donde había restos humanos. Ella informó a las autoridades que, como siempre lo hemos hecho, atendimos el reporte y acudimos a revisar lo que ahí estaba sucediendo”. Esa es la versión oficial de los hechos, que Navarro pone enérgicamente en duda. Momentos después Alfaro suspendía las actividades de apoyo que la Fiscalía proporciona a las madres.

“Me dio mucho coraje cuando dijo eso, porque las cosas no funcionan así”. La madre buscadora asegura, y este periódico lo ha podido comprobar en diversas ocasiones, que ellas nunca llaman a las autoridades cuando reciben una llamada anónima. Primero van a comprobar que hay restos humanos en el punto del que han sido informadas, y luego, después de asegurarse de que están frente a una fosa clandestina, llaman a las autoridades, que acuden simplemente a exhumar los cuerpos y llevarlos al servicio para intentar identificarlos. “Nosotras nunca vamos de noche y no llamamos sin antes tener pruebas”, dice Navarro. “Es una mentira lo que dice”.

Como prueba se remite a lo que sucedió hace apenas tres semanas en el mismo Tlajomulco. Las madres buscadoras recibieron una pista anónima sobre un lugar donde habría varios cuerpos enterrados. Fueron hasta el predio en cuestión, encontraron la zona de tierra removida y excavaron hasta dar con unas bolsas y un olor a putrefacción humana que ya conocen por experiencia. Llamaron a la Fiscalía, les informaron del hallazgo y se marcharon de allí. Volvieron dos semanas después con la intención de revisar el trabajo de las autoridades, pero no solo no habían ido, sino que el crimen organizado que domina la región había dejado, en una nueva fosa a unos metros de la primera, más cuerpos. Solo entonces acudieron hasta el lugar las fuerzas de seguridad y la Fiscalía para encargarse del caso. “Están violando los derechos de los desaparecidos”, se indigna Navarro.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha reaccionado a la tragedia en su conferencia mañanera este miércoles. “Fue una emboscada, algo condenable, además utilizando como medio la búsqueda de familiares. Además, todo indica que no es cierto, que las madres no llamaron, que no utilizaron el teléfono”, ha dicho el presidente. “No tiene que ver con las madres buscadoras”, dice López Obrador, aunque ellas hayan sido las que han visto detenida la ayuda que la Fiscalía les proporcionaba cuando encontraban una fosa. “Esto fue otra cosa completamente distinta”, sentencia.

Entre los fallecidos se encontraban José Manuel García, de 53 años, Mario Martínez Barrón, de 33 años, y Joel Estrada Martínez, los tres trabajaban para la Fiscalía estatal, que les dedicó un agradecimiento por su “firme labor en la búsqueda de la procuración de justicia”. También ha trascendido el nombre del policía municipal, Miguel Ángel Martínez. Los civiles son de la familia Nuño Velázquez, que pasaban por el lugar cuando estallaron los explosivos. Hay 14 heridos, algunos en condición grave. Los fallecidos han recibido hoy, en distintos lugares del Estado, los funerales para despedirles.

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