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Dinero y un clic: México se enfrenta a la normalización del tráfico ilegal de especies exóticas en las redes

Decenas de páginas en Facebook anuncian la compraventa de ejemplares silvestres, como jaguares o camaleones, entre otros. En ocasiones, los comerciantes no cuentan con los permisos solicitados por las autoridades mexicanas

Un loro tropical que fue decomisado por autoridades estadounidenses en la frontera de México y EE UU en Sonora, y entregado a la PROFEPA, el 18 de enero.
Un loro tropical que fue decomisado por autoridades estadounidenses en la frontera de México y EE UU en Sonora, y entregado a la PROFEPA, el 18 de enero.Profepa (RR SS)
Rodrigo Soriano

Tres palabras en el buscador de Facebook —“venta”, “animales” y “exóticos”— bastan para que comiencen a aparecer decenas de grupos en los que se ofrecen ejemplares de animales salvajes: “Venta de animales silvestres”, “Animales exóticos CDMX y Edomex”, “Animales exóticos GDL ”, son algunos de los nombres que disipan cualquier duda sobre lo que se puede encontrar en su interior. En ellas, los anuncios son constantes. Solo en las tres páginas mencionadas se publican más de 100 anuncios a la semana, en los que, con total normalidad, se ofertan desde jaguares (una especie en peligro de extinción) hasta halcones. Varios anunciantes aseguran contar con los permisos exigidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); otros, como ha podido comprobar este diario, venden los animales sin papeles, defendiendo que así el precio es más económico.

H.N., uno de los vendedores presentes en estos grupos, muestra varias especies en su página de Facebook: petauros del azúcar (un pequeño mamífero nocturno originario de Australia y de las islas del Indopacífico), tortugas rusas, camaleones, etc. H.N. también anuncia mochuelos, un tipo de ave rapaz nocturna. Su precio es de 1.300 pesos.

— ¿Cuenta con las autorizaciones?

—No, con documentación cuestan 12.000 pesos— dice el vendedor.

H.N. afirma que puede enviar a los mochuelos a todo el país y con aparente rapidez. “Llega al día siguiente”, concreta. El encargado de la Subprocuraduría de Recursos Naturales, Rodolfo Vilchis, cuenta que desde el momento en el que una persona adquiere un ejemplar, “debe contar con su documentación”. “Las autorizaciones o los permisos deben de estar en regla. De lo contrario, las personas que van a adquirir un ejemplar pueden ser cómplices de un tráfico de fauna”, aclara a este diario en su despacho. Vilchis indica que la responsabilidad en la compraventa se encuentra en los dos partícipes del proceso. “El comprador debe de verificar que lo que le venden acredite su legal procedencia”, resume. El funcionario público diferencia entre dos tipos de fauna: la silvestre nacional y la exótica, procedente de otros países. En el segundo caso, afirma que el comprador podría llegar a ser “cómplice de un tráfico internacional” si lo adquiriese sin los papeles necesarios.

Polluelos de mochuelo que vendía el comercializador H. N.
Polluelos de mochuelo que vendía el comercializador H. N.El País

Pero el proceso para adoptar a estos animales no pasa solo por las autorizaciones de la Semarnat. Vilchis afirma que el dueño se debe comprometer a que el ejemplar reciba unos cuidados y unos tratos “dignos y respetuosos”. Las multas, cuenta el funcionario, pueden alcanzar hasta 75.000 unidades de medida y actualización (UMA), un valor que hace referencia a 96,22 pesos, lo que supondría 7,2 millones de pesos en total. La pena afectaría de igual manera al comprador y al vendedor. Además, Vilchis explica que la posesión de animales más protegidos (como los que están en peligro de extinción), puede castigarse con nueve años de prisión y 3.000 días de multa (una cifra que varía con los ingresos del sentenciado).

Aunque Facebook prohíbe la comercialización de animales en su política de privacidad (”las publicaciones no pueden promocionar la compra ni la venta de animales o productos de animales”), los anuncios en los grupos alcanzan hasta las especies más protegidas. “Chulada de jaguarcita”, “Jaguar melánico, info por inbox [bandeja de entrada]”, son las ofertas de una usuaria en referencia a un pequeño ejemplar de dicho animal, que en México está clasificado en peligro de extinción.

Vilchis considera un problema el comercio de animales a través de internet, aunque indica que el negocio también es un inconveniente en otro tipo de mercados. “Lo hemos observado, lo hemos visto y lo hemos atendido. No solo en la venta de Facebook, también físicamente. Vamos a los mercados y, de forma palpable, vemos los ejemplares”, explica. Entre 2010 y 2020, el 36% del comercio de animales en Latinoamérica se dio en México, según señala un informe del Centro de Estudios Avanzados de Defensa, una organización de investigación estadounidense que proporciona análisis de datos.

El cachorro de jaguar al que hacía referencia el comentario de Facebook.
El cachorro de jaguar al que hacía referencia el comentario de Facebook.RR SS

El funcionario público también ve ciertos puntos positivos en estas plataformas. “Las redes representan un reto, pero en ellas también contamos con la denuncia ciudadana. Muchas personas, que ven en este proceso un acto ilícito nos dan información precisa de lo que está ocurriendo”, asegura. La procuraduría se enfrenta a esta ilegalidad requisando a los ejemplares y trasladándolos a centros autorizados por la Semarnat para que reciban las atenciones concretas. En el caso de animales silvestres nacionales, asegura Vilchis, tratan de devolverlos a sus hábitats.

Las conversaciones en los comentarios de las distintas publicaciones crean una jerga compuesta por tres términos: info, precio e inbox. Sin más intercambio de datos de forma pública, comienza el negocio a través del chat. “Un animal de compañía debe ser aquel que [en condiciones de confinamiento] no represente ningún peligro para el dueño ni para otras personas. Si representa un peligro, ya fuera exótico o nacional, no podría obtener los permisos que otorga la Semarnat”, concluye Vilchis, describiendo palabras de la Ley General de Vida Silvestre. En Facebook, tras comenzar una conversación por chat, H. N. plantea una alternativa a las recomendaciones y legislaciones defendidas por el funcionario: “1.300 pesos” para eludir los problemas.

Si desea obtener más información acerca de la legislación sobre los animales silvestres y exóticos, o plantea formalizar una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), puede visitar la web pinchando aquí.

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Sobre la firma

Rodrigo Soriano
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Ciudad de México. Estudió Periodismo en la Universidad de Valencia y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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