Estudiantes y maestros denuncian el estado de abandono y corrupción del Conservatorio Nacional de Música de México

Decenas de alumnos del Conservatorio Nacional de Música, el centro más importante de educación musical en México, se han puesto en pie de guerra contra el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal). Miembros de la escuela han denunciado el olvido por parte de las autoridades culturales. La gota que derramó el vaso fue el nombramiento de Patricio Méndez Garrido como director del centro de enseñanzas musicales. Maestros y alumnos acusaban al director de orquesta de actos de hostigamiento, violencia psicológica y acoso sexual. El nuevo director declinó voluntariamente al cargo el 2 de septiembre tras la presión mediática y las protestas juveniles. Ese mismo día, el Inbal anunció el nombramiento de su directora interina. Las denuncias no se han presentado en tribunales, informaron las autoridades culturales. “He sido objeto de una campaña mediática de linchamiento sin ningún sustento por algunos docentes y un sector de estudiantes que no representan el sentir de la comunidad del Conservatorio, sin la oportunidad para expresar y aclarar las acusaciones sin fundamento ni apegado a derecho hacia mi persona”, ha dicho Méndez Garrido en una carta entregada a la directora del Inbal, Lucina Jiménez López, el 1 de septiembre. La responsable del Inbal anunció de la designación de la pianista Silvia Navarrete hasta que se lance una convocatoria para definir la nueva dirección del conservatorio.

“Un agresor no será director”. “INBAL, no me cuidas”. “Rechazamos el nombramiento de un agresor como director”. “No más acosadores en cargos públicos”, se leía en las rejas blancas del conservatorio, donde los alumnos han volcado su enojo y reivindicaciones. El paro activo continuará hasta el 16 de septiembre, pues afirman que hay todavía puntos pendientes, como la garantía de que no habrá represalias a la comunidad del conservatorio. “Este es un movimiento estudiantil y no vamos a parar hasta que dejen de existir injusticias y corrupción en la institución. Por primera vez, después de muchos años, fuimos escuchados. Es el momento de que se alce nuestra voz y detengamos los actos de acoso y abuso que se cometen en nuestra contra. Esto es el principio de la lucha por nuestros derechos”, firma la brigada del paro en un comunicado emitido el pasado sábado.

“La violencia verbal y psicológica también existe y cuenta. No más violencia en el Conservatorio Nacional de Música”, se lee en las puertas de la escuela fundada en 1866, casa de los más destacados músicos mexicanos del siglo XIX y XX, como Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Manuel M. Ponce, Julián Carrillo y Mario Lavista, por mencionar algunos. Algunos de los miembros de la escuela denuncian, además, que el conservatorio está abandonado por las autoridades; las condiciones de los instrumentos no son las óptimas; hay maestros aviadores y algunos otros gozan de puestos por dedazo en medio de actos de corrupción. “En este tendedero hubo varias denuncias hacia el director, se le acusa de acoso sexual, violencia psicológica, violencia pedagógica, discriminación por origen socioeconómico, étnico y hasta por diversidad sexual”, dice Alexis Mendoza, estudiante del Conservatorio Nacional de Música, en entrevista con EL PAÍS. “Es muy prepotente, es muy grosero. Hace discriminación por ser pobre. Por ejemplo, a los chicos que vienen de otros Estados, si llegan a tener algún error, les dice que son unos tontos, que mejor se regresen a su pueblo. Es un abusador psicológico y juega mucho con ese papel de maestro-alumno y nos humilla”, explica el estudiante. “En cuanto al acoso sexual, hay varias alumnas que han denunciado que Patricio las invitaba a salir siendo menores de edad y que mantuvo una relación amorosa sexo afectiva con algunas de ellas. Inclusive, hubo un testimonio de una compañera que, como no se dejó tocar, le bajó la calificación injustamente. La comunidad tenía miedo”, confiesa Alexis Mendoza, tras la asamblea que organizaron los estudiantes, luego de que Patricio Méndez anunciara su decisión de no asumir el cargo de la dirección. “No fue hasta este momento donde dijimos basta. Necesitamos que alguien nos escuche. La comunidad ya estaba muy cansada. Hay mucho amiguismo en el conservatorio y violencia normalizada y sistematizada”, denuncia el estudiante.

Patricio Méndez Garrido anunció su decisión de no asumir el encargo de la dirección del Conservatorio Nacional de Música. Contactado por este diario a través de un tercero, prefirió no dar declaraciones. El maestro, quien sería sucesor de David Rodríguez de la Peña, quien permaneció más de ocho años en el cargo, señaló que “la motivación para participar en el proceso de auscultación obedeció a contribuir en el fortalecimiento y el desarrollo académico de esta institución, semillero de artistas y músicos instrumentistas, compositores y musicólogos”. Y agregó: “Durante mi estancia como profesor nunca recibí alguna queja sobre mi proceder didáctico, pedagógico o por la forma de trato hacia las y los estudiantes, no fui señalado y nunca se me notificó que hubiera algún tipo de denuncias por violencia de género, psicológica, verbal, discriminación y/o hostigamiento sexual. He sido objeto de una campaña mediática de linchamiento sin ningún sustento por algunos docentes y un sector de estudiantes que no representan el sentir de la comunidad del Conservatorio, sin la oportunidad para expresar y aclarar las acusaciones sin fundamento ni apegado a derecho hacia mi persona”. Pidió al Instituto realizar las investigaciones necesarias sobre los supuestos hechos denunciados para recobrar su reputación como académico y artista. Además, dijo que se reserva el derecho de actuar jurídicamente. Después, la responsable del Inbal designó a la pianista Silvia Navarrete como directora interina hasta que se lance una convocatoria para definir la nueva dirección del conservatorio. El Instituto de Bellas Artes comunicó que se prepara una convocatoria que incluya “perspectiva de género en el conservatorio. Dicha convocatoria será fortalecida, aunque ya incluye una perspectiva de género y un compromiso de no violencia contra las mujeres, como requisito fundamental del diseño del programa de quienes participen”.

“El instituto no ha menospreciado ni minimizado a nadie con sus manifestaciones, al contrario, celebramos que se hayan organizado. Sin embargo, nos han faltado elementos para poder aplicar la normatividad. Para que nosotros, en la administración pública, podamos atender, sancionar o verificar la conducta de algún servidor público se requiere de una denuncia con tres elementos básicos: modo, tiempo y lugar. Y, aunque celebramos el tendedero con los reclamos, las denuncias no han sido corroboradas por nadie. El conservatorio tiene una matrícula de 970 estudiantes y 188 docentes. El comité que se estaba manifestando por el asunto del director, no representaba más del 20%. Sin embargo, con que uno se manifieste por temas de acoso y abuso sexual, es suficiente para que el Instituto abra todos sus canales”, dijo Mónica Hernández Riquelme, Subdirectora de Educación e Investigación Artística, en entrevista con este diario.

“La comunidad del Conservatorio decidió mantener un paro activo por dos semanas más y acercar a la Subdirección General de Educación Investigación Artística, en donde yo soy la titular, un nuevo pliego petitorio en donde mantienen tres puntos todavía, los cuales estamos ya por responderles. Otro punto que me parece importantísimo señalar es el que ellos nos están pidiendo garantizar que no haya represalias en la comunidad de los estudiantes del Conservatorio Nacional de Música. Nuestra previa respuesta fue que garantizaremos su seguridad. Vamos a seguir trabajando de manera coordinada y en comunicación con el con el grupo de estudiantes. Lo que nos interesa es que el Conservatorio sea la escuela que siempre ha sido, de mucha calidad musical y educativa; un referente nacional en la formación de artistas en música y canto”, explicó Hernández Riquelme.

“El conservatorio está en un estado de abandono y corrupción”: Miguel Cicero, maestro de clavecín en el Conservatorio Nacional de Música

Miguel Cicero conversa con EL PAÍS y denuncia el influyentismo y las remuneraciones extraordinarias obtenidas mediante favores políticos en el área de la cultura; el maltrato por parte de algunos maestros a los alumnos y la alta deserción. “El Conservatorio Nacional de Música, históricamente la escuela de música más importante de nuestro país, está en un estado de completo olvido por parte de las autoridades culturales y educativas de México. Basta darse una vuelta por los salones y ver las condiciones en las que se encuentran los instrumentos musicales, en los cuales se da clase. Las salas de concierto de esta escuela no se pueden utilizar por los alumnos después de las 4.00 de la tarde porque no hay presupuesto para pagar a los operadores técnicos. Hay maestros aviadores; maestros puestos corruptamente por dedazo que no cuentan con un título profesional”, afirma.

El músico habla sobre su experiencia como maestro de clavecín en el Conservatorio Nacional de Música y denuncia que cuando concursó para un par de plazas de clavecín — una de 20 y otra de 30 horas — la de 30 horas le fue negada, a pesar de que contaba con la formación académica requerida por la legislación de Bellas Artes. Al llevar a cabo una revisión de examen, se percata de que los requerimientos en el perfil para ocupar la plaza han sido modificados de tal manera que ya no es necesario contar con título de licenciatura para obtener el puesto. Cicero denuncia que, el director David Rodríguez de la Peña y la Secretaria Académica, Berenice Ruíz, violaron los estatutos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y del mismo Conservatorio, donde el requisito mínimo es contar con el título de licenciatura para esta plaza. “La profesora Claudine Gómez obtiene la plaza de 30 horas como maestra de este instrumento sin contar con estudios finalizados de la carrera de música y sin título de licenciatura”, afirma. Cicero dice que existen otros abusos en las plazas de maestros de base completa, puesto que hay docentes que no están cumpliendo sus horarios. “Algunos profesores firmaban su llegada y salida y se iban”. El músico dice que es “muy poca la gente que ha dado su nombre en los medios de comunicación por temor a represalias. Hay mucho miedo”.

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