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Morena encara su renovación interna con la vista puesta en la batalla por la sucesión presidencial

El partido de López Obrador arranca el camino hacia su Congreso Nacional sin haber cerrado aun las heridas de los últimos comicios internos y pone a prueba la capacidad de movilización de los aspirantes en la carrera de 2024

Elías Camhaji
Morena
Un acto de Morena en Hidalgo (México), para festejar la victoria de Julio Menchaca, en las elecciones del pasado 5 de junio.Mario Jasso (Cuartoscuro)

Morena está llamado a una cita clave para su estrategia de cara a la elección presidencial de 2024. El partido de Andrés Manuel López Obrador ha lanzado una convocatoria para renovar sus órganos y representantes internos. Se trata de la primera etapa de un proceso que se extenderá durante los próximos tres meses de cara a su tercer Congreso Nacional de septiembre próximo. El partido en el Gobierno llega a la cita sin demasiadas amenazas desde las fuerzas de la oposición, pero sin haber cerrado todavía las heridas de los últimos y tumultuosos comicios internos. Hace dos años fue necesaria la intervención los tribunales para dirimir la presidencia y la secretaría general, que no estarán en liza en esta convocatoria.

Además de poner a prueba la cohesión del partido, el proceso que arranca este fin semana tendrá mucho peso en el equilibro de fuerzas de cara a la sucesión presidencial, una batalla que se libra entre bambalinas y marca cada vez más el paso a la actualidad política mexicana. La celebración de 300 congresos distritales este fin de semana es el banderazo de salida para los principales aspirantes, que medirá su capacidad de movilización y buscarán colocar a la mayor cantidad de operadores políticos para inclinar la carrera de la sucesión a su favor.

Tras las elecciones estatales de junio pasado, en las que Morena se llevó cuatro de seis gubernaturas en disputa, la dirección del partido ha decidido que este es el momento para reagruparse y, sobre todo, evitar que la lucha por la candidatura termine por fragmentar y afectar al partido. Al menos cuatro pesos pesados buscan la presidencia: la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; el titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y Ricardo Monreal, líder de la bancada morenista en el Senado.

Las llamadas “corcholatas” llevan meses en campaña y sus aspiraciones políticas han dejado de ser un secreto desde hace tiempo. Ebrard y Monreal ya han ventilado en los últimos días sus dudas sobre las reglas y la existencia de igualdad de condiciones en la selección del sucesor de López Obrador. “Tenemos la firme convicción de que ningún interés nacional puede estar por encima del proyecto de transformación”, se lee en la convocatoria. “Rumbo al 2024 tenemos que conformar un partido unido, organizado y fuerte, para que independientemente de quién sea el candidato o candidata, logremos el triunfo del proceso histórico de transformación que encabeza nuestro presidente de la República”, se agrega. En el documento se reafirma que la candidatura será definida por una encuesta, cerrando por ahora la posibilidad de que se utilice otro mecanismo de selección.

Este fin de semana arranca el proceso con los congresos de distrito para elegir cuatro cargos: congresistas nacionales, congresistas estatales, consejeros estatales y coordinadores distritales. Los requisitos establecen que deberá ser una votación paritaria y que solo se podrán postular un límite de 200 hombres y 200 mujeres por distrito. Hay un candado para que los aspirantes que hayan compartido por otro partido en las elecciones de 2020 a 2022 no puedan postularse, salvo que hayan sido postulados por una coalición encabezada por Morena. El sábado están llamados a votar los militantes del sureste, centro y occidente del país. El domingo serán primordialmente votaciones en los Estados del norte.

Una semana después, el primer fin de semana de agosto, se votará para elegir a los representantes de los consejos y congresos estatales. Se trata de la renovación de las presidencias y las secretarías del partido en cada Estado, así como carteras que están a cargo de las finanzas, la organización y la propaganda electoral. Estos órganos son especialmente relevantes para las elecciones del año próximo en Coahuila y el Estado de México, los dos últimos bastiones del PRI tras el continúo goteo de derrotas a favor de Morena.

Las candidaturas en ambos Estados están muy competidas. En Coahuila están en pugna el senador Armando Guadiana y el diputado y exmilitante panista Luis Fernando Salazar. En el Estado de México suenan nombres como la secretaria de Educación, Delfina Gómez; el senador Higinio Martínez; el director de Aduanas, Horacio Duarte, y el alcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis. Mario Delgado, el presidente nacional del partido, ha dicho que se definirá al candidato el próximo 10 de agosto por medio de encuestas. Morena aspira a terminar de absorber por completo el poder territorial del PRI y, sobre todo, hacerse con el control del Estado de México, el mayor granero electoral del país.

En la tercera y última fase, se celebrará, ya en forma, el Congreso Nacional para elegir consejeros nacionales y todas las carteras del Comité Ejecutivo Nacional, salvo la presidencia de Delgado y la secretaría general, ocupada por Citlalli Hernández. Será el 17 y 18 de septiembre en Ciudad de México. Los operadores de los cuatro principales aspirantes y sus aliados aceitan sus maquinarias. El Tribunal Electoral ha ordenado esta semana que los afiliados sean los únicos que puedan votar en la contienda interna. Cada fase depende de los resultados de las etapas previas, por lo que no se podrá llevar a cabo el Congreso Nacional ni, en su caso, los Congresos estatales de existir impugnaciones vigentes, que se resolverán por los organismos que disponga el partido.

Está en juego, a final de cuentas, el control del partido más votado en México. Es una puesta a prueba para la dirigencia de Delgado, que ha provocado fricciones internas por el reparto de las candidaturas en los Estados. Supone una fase clave para configurar la estructura del partido, que sigue dependiendo del arrastre electoral de López Obrador. Y es un paso fundamental para perfilar quién será el elegido por Morena para 2024 e, incluso, para averiguar cuál de los aspirantes se verá orillado a negociar su futuro político en otro partido para aparecer en la boleta electoral.

“Este es el reto que enfrentamos y que sabremos resolver porque la renovación será un proceso democrático, transparente e incluyente, donde no se deje fuera a nadie”, se lee en la convocatoria. Con los aspirantes en liza, las facciones dentro del partido llevan meses en movimiento, pese a que hacia la superficie predomina el discurso de unidad. Aún falta mucho para definir quién será el candidato a la presidencia, pero las reglas en juego estarán en disputa a partir de la próxima semana.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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