Marcelo Ebrard: “La ausencia de López Obrador es una forma de mostrar que este arreglo no puede seguir así”
El canciller mexicano defiende desde la Cumbre de las Américas la decisión del mandatario mexicano de no asistir a la reunión
Ya cerca de la conclusión de la Cumbre de las Américas, la ausencia de Andrés Manuel López Obrador sigue pesando. El presidente mexicano dijo no a la invitación del anfitrión, Estados Unidos, que ha organizado en su territorio la primera reunión regional en 28 años. A pesar del desaire al principal socio comercial, todos los funcionarios mexicanos presentes en Los Ángeles hablan de la inmejorable relación entre ambas naciones. El presidente Joe Biden y López Obrador se verán las caras en julio durante un encuentro bilateral. Mientras, el canciller Marcelo Ebrard es el encargado de promover la idea de refundación de las instituciones regionales y críticas a la hegemonía de Washington que otros jefes de Estado, como el argentino Alberto Fernández, sí han lanzado desde territorio estadounidense. Ebrard habla sobre el manotazo en la mesa de López Obrador y el acuerdo de Migración que se dará a conocer este viernes, el que se presume será el gran resultado de la cita angelina para contener un fenómeno internacional.
Pregunta. ¿Por qué considera este momento propicio para refundar las instituciones interamericanas?
Respuesta. Hay una confluencia de varias cosas. Tienes una nueva realidad geopolítica en el mundo. Tienes una incertidumbre importante respecto a las cadenas de suministro globales. Si necesitas reorganizarte regionalmente para reducir tu vulnerabilidad y el modelo actual, que tiene muchas partes valiosas, está diseñado para una etapa que ya concluyó por estas nuevas realidades, ¿por qué tendríamos que esperar? Corremos el riesgo de que las posibilidades se vayan reduciendo más con un cambio político en Estados Unidos de línea estratégica o en algunos países de América Latina. Entonces, el riesgo de que desaparezca el momentum político un buen tiempo. Todos los discursos de la cumbre te dejan ver un disenso importante sobre la visión de la Organización de los Estados Americanos, su papel y su representación. Todo el mundo parece querer tener un mejor acuerdo con Estados Unidos. A diferencia de otros momentos históricos, ya no se trata del nacionalismo de América Latina contra Estados Unidos, sino el planteamiento de acercamiento con otras reglas.
P. El presidente Alberto Fernández, de Argentina, ha sido muy crítico con el papel de la OEA en Bolivia. ¿Pero cuentan con una mayoría en la región para hacer este cambio?
R. Nosotros no hemos presentado una propuesta formal. En buena medida va a depender de la posición que tome Estados Unidos. Si se trata de escalar un conflicto con Estados Unidos por la dirigencia de la OEA entonces no tiene sentido. Se necesita un acuerdo. El papel de la organización... no solo por lo de Bolivia, la ausencia en la pandemia fue estruendosa. No existió la pandemia para ellos, a diferencia de muchas otras organizaciones regionales del mundo, para quienes fue casi su ocupación principal. La OEA, la preocupación de su secretario general, son las observaciones electorales. Y ya. Es todo.
P. Los medios estadunidenses han tratado la decisión del presidente López Obrador de no venir a la cumbre de boicot. ¿Es un golpe?
R. La no presencia del presidente es una forma de hacerlo. Otra forma es venir y dar un discurso muy duro. El presidente prefirió no asistir porque él siente o piensa que es la manera de hacer notar ese cambio. De otra forma, te vuelves parte del paisaje o tienes que dar un discurso aquí, entonces me estarías preguntando por qué fue tan duro el discurso del presidente. Tienes que mostrar que este arreglo no puede seguir así. Yo creo que cada país lo está haciendo de acuerdo a su propia línea estratégica.
P. ¿Se abre una ventana rumbo a las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos?
R. Se abre una ventana. Hay un consenso de países importantes en América Latina. Y yo pienso que al Gobierno del presidente Biden también le interesa, porque si no, ¿para qué convocas una Cumbre de las Américas?
P. Al mismo tiempo, hay un choque con los que se supondría son aliados en la construcción de este acuerdo, el Partido Demócrata.
R. La tirantez mayor es con la representación política de la comunidad de cubano-americanos, no es con todo el Partido Demócrata. Tenemos muy buena relación con el resto del partido y quizá una parte del Partido Republicano, que también está vinculada a ese grupo que quiere mantener como religión el bloqueo a Cuba. Llevan 62 años. El cubano no puede comprar medicinas porque las empresas no pueden venderles las medicinas. ¿Qué justificación puede tener eso? Podríamos no decir nada o votar en la ONU una vez al año, pero es parte de la recomposición entre América Latina y Estados Unidos. ¿Quién dijo eso? Obama, en un muy buen discurso en Panamá. La base para construir una relación con América Latina y el Caribe diferente implica cambiar el modelo de intervención legítima.
P. ¿Cree que México y Estados Unidos tienen una buena relación?
R. Tenemos muy buena relación. Yo dedico el 60% de mi tiempo como canciller a temas que tienen que ver con Estados Unidos. La próxima semana tenemos reunión con [John] Kerry [encargado de cambio climático] para un plan de captura de gas metano de la industria petrolera. Luego tenemos el diálogo económico de alto nivel. Hay una agenda muy compleja, muy densa y somos el principal socio de Estados Unidos. Eso no creo que vaya a cambiar ni queremos que cambie.
P. Aunque el presidente no venga a las cumbres…
R. Por las razones que expuso. Quizá hubiera venido con un discurso muy crítico y dirían qué bárbaro…
P. Llamativo que no venga y tenga una bilateral en Washington en un mes.
R. El ámbito bilateral de los dos y la relación personal es diferente a lo que es la cumbre. O incluso votaciones en la ONU, donde no hemos coincidido.
P. Decía ayer que se firman documentos en esta cumbre y no nada pasa. Saldrá una declaración sobre migración. ¿Qué se puede esperar?
R. Creemos que es una buena idea armar un sistema regional. Tenemos que empezar a hablar no solo de migración, sino de movilidad laboral. Estados Unidos es un país que está creciendo demográficamente 0,1%. Necesitas 1,2 millones de personas al año que vengan a trabajar. Puedes hacerlo circular o no. Este no es un tema de posición política. Solo estoy dando los datos. Tienes una migración creciente en muchos países, ya no solamente de los países de Centroamérica. Ya tienes Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Brasil, Cuba, por supuesto. Entonces se va a armar un sistema regional y vamos a tener que empezar a desarrollar, además de que tenemos que invertir en las zonas expulsoras tradicionales, debemos trabajar juntos para empezar a abrir la movilidad laboral. México lo va a hacer. Tenemos 400.000 personas trabajando en migración circular. ¿Cuánto crece demográficamente México? El 1%. ¿Qué esperamos para 2030? ¿0,8%, 0,7%? Habrá que ver. Pero Guatemala está en 2,5%. Por razones demográficas del mercado va a ocurrir. Lo que hay que hacer es ordenarlo o regularlo de la mejor manera.
P. Eso, concretamente, ¿qué quiere decir?
R. Mayor número de visas de trabajo. El que te puedas inscribir. En caso de México también es así. Si tú llegas a pedir una visa de trabajo, a veces toma demasiado tiempo. Es muy complejo. Entonces tenemos que revisar todo eso para que la gente que quiera trabajar pueda tener una vía regular y más rápida para hacerlo. La otra es dejar todo como está ahorita, que es un poco una bipolaridad, porque, por un lado, no queremos que vengas, pero por el otro lado necesitamos que vengas porque no tienes gente para hacer diferentes tipos de trabajo.
P. Perdone que insista, pero ¿puede nacer este sistema en una cumbre donde los mandatarios de los países expulsores y de tránsito no están presentes?
R. El documento lo hemos estado trabajando con las representaciones de cada país, eso es otra cosa. Todos los países que se unen, participan, sí han estado en la elaboración. No le quita fuerza.
P. Algunos de sus contrapartes se han estado reuniendo estos días con presos políticos de los países que han sido excluidos. ¿Qué están haciendo ustedes?
R. Con Nicaragua no, porque no nos ha sido fácil el diálogo sobre eso. Pero con Venezuela hemos promovido que haya diálogo de las oposiciones con el Gobierno. México ha sido la sede de dos rondas. Espero que pronto se lleve a cabo la tercera. Es la mejor forma de contribuir. Es lo que México hizo en los ochenta y noventa. En el caso de Cuba, nos encantaría ayudar a que esa línea del bloqueo extremo que estamos viviendo ahora cambie, pero no depende de nosotros. Es una decisión principalmente de Estados Unidos. Esa es la orientación de nuestra política. Por eso nos salimos del Grupo de Lima, no estuvimos de acuerdo con el reconocimiento a Guaidó, que fue un error estratégico, pero bueno. Se hizo. Vamos a buscar una salida por el lado político, la otra es seguir en el camino que vamos, volverse conformistas.
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