López Obrador, sobre la suspensión del tramo 5 del Tren Maya: “No van a poder detenernos”

El presidente Andrés Manuel López Obrador no ha tardado en cargar contra la decisión de un juez de suspender las obras del tramo 5 sur del Tren Maya. En su conferencia matutina de este martes en Palacio Nacional, el mandatario ha afirmado que su Gobierno recurrirá la sentencia “para que no proceda el amparo, porque no tiene fundamento” y ha vuelto a acusar a quienes han presentado esa demanda de ser “pseudoambientalistas financiados por grandes empresas” e incluso por el Gobierno de Estados Unidos. “Va a continuar la obra, no van a poder detenernos”, ha rematado.

López Obrador respondió así al fallo conocido este lunes del juez federal Adrián Fernando Novelo, quien ordenó la suspensión definitiva de la construcción del ferrocarril entre Playa del Carmen y Tulum hasta que se resuelva el juicio, algo que podría tardar meses o incluso años. El magistrado se inclinó a favor del grupo de buzos que, junto a la organización Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS), presentó una demanda contra el proyecto por el impacto que estaba ocasionando sobre el complejo sistema de cuevas, cenotes y ríos subterráneos de la zona.

El mandatario ha asegurado que su Gobierno respetará la sentencia, pero se ha mostrado confiado en que logrará sortear las trabas judiciales que están poniendo contra las cuerdas uno de sus proyectos estrella. “Vamos a continuar con todo el procedimiento legal, sin ningún problema, y estamos seguros de que la obra va a continuar. Como no es mucho el tramo, aunque esté parada la obra ahora, vamos a reiniciar y a recuperar tiempo”, ha dicho en su conferencia. Pero lo cierto es que la sentencia pone en riesgo el deseo del presidente de que el Tren Maya se inaugure a finales del año que viene.

“Que no piense la gente (…) que ya es una cosa juzgada. No, es un proceso abierto y estamos seguros de que tenemos la razón y que los jueces van a actuar con rectitud y no va a triunfar la corrupción ni la simulación”, ha dicho López Obrador. Lo que procede ahora es que Fonatur, la autoridad encargada del Tren Maya, presente un recurso contra la sentencia del juez y un tribunal superior revise el asunto. Pero el pasado ha demostrado que, por ahora, el Gobierno no está logrando convencer a la Justicia: Fonatur ya presentó un recurso contra la decisión de abril del mismo juez de suspender la obra de forma provisional y un tribunal superior lo desestimó.

En el meollo de la batalla legal se encuentra un asunto a la vez técnico y crucial para todas las demandas contra el tramo 5 del Tren Maya: la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA). El Gobierno inició la tala para construir el nuevo trazo por la selva antes de haber presentado ese documento, requerido para cualquier obra pública o privada. Ese trámite busca evaluar, antes del inicio de la construcción, cuáles son las afectaciones que puede ocasionar un proyecto y debe proponer medidas para compensarlas. La Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) es la encargada de autorizarla o rechazarla. Pero en este caso, la MIA se presentó el pasado 20 de mayo, casi tres meses después de comenzada la obra, y todavía no ha sido autorizada por la Semarnat.

El presidente se escuda en el decreto que emitió en noviembre del año pasado, que designó al Tren Maya y otros grandes proyectos de su Gobierno como asuntos de “seguridad nacional”. Con ello, el mandatario buscaba sortear los trámites “burocráticos” a los que deben someterse las obras de infraestructura. Este martes, reiteró esa idea. “Yo emití un acuerdo para que se le diera tiempo a las empresas de entregar toda la documentación que se necesitaba (…) y ahora, de acuerdo al criterio que se está aplicando, no se toma en cuenta ese decreto”, dijo el presidente, criticando la decisión del juez.

Y, como ha venido haciendo desde que la oposición al proyecto se ha hecho más fuerte, López Obrador ha vuelto a girar los reflectores hacia los demandantes, acusándolos de estar pagados por intereses económicos. Empresas de turismo, el Gobierno de Estados Unidos, Claudio X González… una larga lista de enemigos que, a parecer del mandatario, se esconde detrás de los amparos en contra de su obra insignia. La realidad es que el amparo que ha conseguido la suspensión definitiva ha sido presentado por buzos de cavernas como Pepe Urbina, que lleva guiando a turistas por las cavernas y ríos subterráneos de la zona desde hace 18 años.

Desde que se anunció el cambio del trazo del tramo 5 - que originalmente iba a discurrir junto a la carretera que ya conecta Cancún y Tulum en lugar de por la selva - el presidente ha dicho una y otra vez en sus conferencias que la construcción no afectará los cenotes y cavernas de la zona. Sin embargo, las obras ya dejaron al descubierto gigantescas bocas de entrada a kilométricas cavernas como la de ‘Avispa enojada’, que pusieron en entredicho las palabras del mandatario. Este martes, López Obrador reiteró esa idea: “Las zonas de los ríos subterráneos y cenotes de mayor fragilidad está en la zona más pegada a la costa. Entonces la parte de los espaldares de los terrenos es piedra más fuerte. Hay menos cenotes, son muy pocos, o no hay ríos subterráneos, se puede hacer un trazo como lo estamos haciendo, sin afectar”, afirmó.

En su alegato en defensa férrea del Tren Maya, el presidente ha vuelto a hacer énfasis en que el megaproyecto supone una inversión de más de 250.000 millones de pesos (más de 12.600 millones de dólares) y la creación de 100.000 puestos de trabajo durante el proceso de construcción. “Nunca en la historia del sureste se había invertido una cantidad así”.

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