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López Obrador se compromete a contratar de inmediato a todos los médicos con “el mejor sueldo”

El Gobierno publicará la convocatoria de plazas en los hospitales donde se necesita personal

Carmen Morán Breña
Contratación de médicos en México
Una médico realiza un chequeo a una joven en un salón de clases de la escuela Héroes del 47, el 20 de agosto de 2020, en Cabo San Lucas, Baja California Sur.Alfredo Martinez (Getty Images)

La polvareda con los médicos continúa. El Gobierno anuncia ahora que el próximo martes dará a conocer la convocatoria de las nuevas plazas para médicos generales y especialistas por todo el país, hospital a hospital, algo que venían reclamando los colegios de medicina. “Tenemos el compromiso de contratación inmediata para todos y con los mejores sueldos”, ha dicho el presidente López Obrador. La polémica saltó cuando se comunicó, días atrás, que el Gobierno ha contratado a 500 doctores cubanos para que trabajen en zonas donde, supuestamente, los licenciados mexicanos no quieren acudir. “En el Seguro Social y en el ISSSTE se repiten las convocatorias por años y no son ocupadas”, ha reiterado el presidente.

Las críticas a la contratación de personal extranjero arrecian desde la visita de López Obrador a Cuba hace una semana, donde firmó un convenio en materia sanitaria que incluye la adquisición de vacunas y medicamentos, planes de formación de médicos mexicanos en la isla y la contratación de los 500 doctores. El convenio sigue sin conocerse mientras persisten las críticas envueltas en política por la colaboración con el régimen cubano. El presidente ha asegurado que los términos de dicho contrato se harán públicos de inmediato.

El problema tiene dos ángulos bien definidos. Por un lado, el Gobierno insiste en que hay zonas rurales, apartadas, donde los hospitales reclaman especialistas y nadie acude a ocupar las vacantes. Por otro, los médicos licenciados le responden que muchos están desempleados, que no había lugar de ir a buscar especialistas a otros países. “Mi compromiso es que no falten médicos, que deje de ser letra muerta el derecho a la salud, si para ello tengo que buscarlos en Cuba, Estados Unidos o Francia se hará, la gente tiene que estar atendida”.

El mandatario dijo este martes que una de las causas de muerte más comunes son los infartos y que en algunos territorios faltan cardiólogos e intervencionistas que puedan colocar un catéter al paciente. “A mí me dio un infarto y me salvé porque estaba en la ciudad, a media hora de un hospital. Pero en otras zonas hay déficit de especialistas, faltan cardiólogos, pediatras, que hablen los hospitales de Chiapas, que digan si los tienen”, ha insistido.

Mientras, los licenciados que dicen estar en desempleo se organizan en redes sociales y van sumando sus nombres para reivindicar una plaza y mostrarle al Gobierno que están ahí. Es cierto que hay zonas de México apartadas, rurales o no, que no cuentan con el personal sanitario que necesitan. Pero también lo es que esas zonas están en condiciones de pobreza que dificultan una labor médica digna y, por si fuera poco, la violencia que se vive en esas aldeas o ciudades aleja a los especialistas. No quieren ir a un lugar donde no hay las medidas mínimas que garanticen su seguridad. Pero aún no se ha abordado ese asunto. Hoy el presidente garantiza “los mejores sueldos”, pero desde el Ejecutivo no se ha informado si se tomarán medidas de seguridad para proteger a los sanitarios que quieran acudir allí.

El problema no es solo con las batas blancas, también se da con los maestros. En comunidades de la sierra de Guerrero, por poner uno de los ejemplos recurrentes estos últimos días, los vecinos se quejan de que no llegan los maestros y los muchachos se ven obligados a desplazarse a poblados vecinos de difícil acceso, tanto por las condiciones del terreno como por las escopetas que acechan. Son pueblos que viven bajo el terror del narco, con el miedo constante a ser desplazados para que sus tierras las ocupen sembrados de amapola o marihuana. Los lugareños se defienden con sus propias armas, pero dejar que los alumnos salgan es peligroso. Si el Gobierno no pone maestros locales, los estudiantes seguirán sin completar sus estudios. Así está el pulso.

Tampoco los médicos quieren vivir ni trabajar allí. En algunos pueblos reciben la visita del doctor periódicamente, pero si hay alguna emergencia, ahí está el cementerio, decía hace algunos meses Javier Hernández, secretario del comisariado ejidal de Los Guajes de Ayala, en la sierra guerrerense, donde llevaban días bajo la balacera. “Teníamos un doctor y después un enfermero, pero se fueron por la inseguridad. De vez en cuando vienen brigadas de Médicos Sin Fronteras para aliviar este yugo”. El de vez en cuando era cada mes y medio o algo así. Los pediatras son fundamentales en esas zonas con una altísima natalidad. Los hospitales en territorio de población indígena están llenos de carteles para instruir sobre la maternidad. A veces ni siquiera traducidos, solo en español.

A la espera de que el Gobierno publique las plazas que se abrirán en cada hospital necesitado de especialistas, la polémica sigue y todos parecen tener algo de razón. A México le faltan médicos, está muy por debajo de los estándares de la OCDE, pero cuántos, dónde y por qué no quieren asistir en donde se les necesita son los nudos clave del debate.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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