Los Tigres del Norte pulen su último anillo de oro

California es una de las regiones de Estados Unidos con el peor índice de vacunación entre los latinos. Para abril, apenas el 15% de quienes llegaron del sur del Río Bravo había recibido una dosis, a pesar de representar al 39% de la población del Estado más populoso del país. Con semejante problema, el gobernador Gavin Newson tuvo una idea: llamar a Los Tigres del Norte. La mítica agrupación de música norteña, afincada en la costa oeste desde hace 40 años, no dudó cuando el demócrata les pidió el favor. “Pudo ser por miedo, el tema del estatus migratorio, o las polémicas del exmandatario, pero hicimos la campaña y va saliendo bien”, resume Jorge Hernández, líder de la banda. El Tigre Mayor se niega a llamar a Donald Trump por su nombre, pero mira el horizonte con el demócrata Joe Biden con esperanza: “Les gustó lo que hicimos y hace 12 días lanzamos una campaña nacional. La gente de nosotros, los latinos, todavía no se vacuna; pero aquí estamos, siempre trabajando con la comunidad”.

Los Tigres del Norte, mexicanos que desatan pasiones en ambos lados de la frontera con corridos que relatan la épica y la angustia de la vida del migrante, son una voz autorizada en Estados Unidos. En los últimos dos años rompieron el récord de asistencia con un concierto en el Rodeo de Houston, nada menos que en Texas y desbancando a la última sensación del rap, Cardi B. También homenajearon a Johnny Cash con un recital en la prisión de Folsom, donde aprovecharon para echar luz sobre la crisis carcelaria que azota a la población migrante, muy distinta a la que escuchó al icono del country en 1968. Este 14 de mayo, la banda de los hermanos Hernández vuelve con un nuevo golpe: la publicación de ocho canciones inéditas de su disco Unplugged, el concierto acústico que grabaron con la MTV en 2011 y que significó un parteaguas para la música del norte de México.

“Pensamos que solo habían filmado a los invitados, nunca revisamos todo el material”, recuerda el vocalista principal y acordeonista Jorge Hernández por videollamada desde su casa en San José, una hora al sur de San Francisco. “MTV tenía todo, descubrimos que grabaron todas nuestras canciones. Ahora les pedimos licencia para darlas a conocer”.

MTV Unplugged: Los Tigres del Norte and Friends fue una extravagancia. Con invitados como el rapero Residente, Paulina Rubio o el profeta del rock político, Zack de la Rocha, cantante de Rage Against the Machine, el disco vendió medio millón de copias. Los Tigres del Norte fueron la primera banda que hizo un concierto acústico para la MTV que no venía del pop, lo suyo era la música popular. En el año de su publicación, los críticos de Los Angeles Times lo definieron como “una estrafalaria pero potencialmente reveladora introducción para los neófitos de la música norteña”.

La combinación lo fue. La balada Golpes en el corazón, con el inconfundible acordeón de los Hernández y en voz de Paulina Rubio, o el corrido Somos más americanos, en la que Hernández y de la Rocha –descendiente de migrantes mexicanos– cantan a coro “Quiero recordarle al gringo / yo no crucé la frontera / la frontera me cruzó”, acercaron la banda a otro público. Desde la periferia de Estados Unidos, del árido norte de México, el Unplugged de Los Tigres del Norte alcanzó a oyentes que se acercaron por el formato propuesto por la MTV. El disco original supera los 100 millones de reproducciones en Spotify, en un olimpo de éxitos del formato que los junta con artistas tan disímiles como Eric Clapton, Nirvana, Shakira o Soda Stereo.

“No quisiera decir que fuimos los primeros, pero tuvimos mucho que ver con romper esas barreras entre músicas”, afirma Hernández. “Romper protocolos, unir estilos y gente, es importante para nuestra comunidad. Queremos regresar a esas canciones con una nueva intención, para las nuevas generaciones. Es un anillo de oro que lo tenías ahí escondido y que ahora lo estás puliendo para que se vea así bonito”.

El nuevo lanzamiento, disponible desde este viernes en todas las plataformas, vuelve a proponer al gran público las historias de migración, dolor, narcotráfico y crimen que los Tigres cuentan encima del contrabajo y acordeón. Sin la presencia de los invitados que marcaron su cartel, la inmersión en las historias de estas leyendas del corrido es completamente pura. Estrenan versiones únicas de temas como Ni parientes somos, La cuestión olvidada o La camioneta gris, que cuenta la historia de Pedro Márquez y su novia, Inés, perseguidos por la policía federal mexicana mientras trafican droga de México a Estados Unidos, aprovechando su luna de miel.

“Lo nuestro es como las telenovelas, cada canción tiene una historia con mensaje... positivo o negativo”, resume el Tigre Mayor. “Contamos lo que nuestra gente está viviendo. Buena o mala, nuestras canciones son una fotografía”.

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