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Crimen sin control en Jalisco: tres hermanos secuestrados y asesinados en Guadalajara

De viernes al domingo, criminales se llevaron a los tres jóvenes, tirotearon a agentes federales y asesinaron a los muchachos. El fiscal dice que todo pudo ser una confusión

Los hermanos González Moreno: Ana Karen, Luis Ángel y José Alberto. En video, la marcha para exigir justicia en Guadalajara. Vídeo: RRSS| VIDEO: EFE
Pablo Ferri

El fiscal de Jalisco, Octavio Solís, ha confirmado este lunes la muerte de tres jóvenes, dos hombres y una mujer, los tres hermanos, desaparecidos el viernes por la noche en una colonia céntrica de Guadalajara. Solís ha explicado que un comando armado irrumpió en la casa y se los llevó. Aparecidos el domingo por la mañana a kilómetros de allí, sus cuerpos fueron identificados por sus familiares pasadas las horas.

El fiscal ha señalado que “existe la posibilidad de que confundieran a los jóvenes”. A la misma hora, otro comando armado, perteneciente supuestamente al mismo grupo, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), atacó una camioneta de la Fiscalía General de la República, FGR, en Tlaquepaque, un centro turístico cercano al centro. Solís ha explicado que los agentes escoltaban a una persona y que esa persona tenía su domicilio cerca de casa de los hermanos. “Los grupos de crimen organizado tienen que actuar de manera rápida y cabe la posibilidad de que hubieran cometido un error. Es una hipótesis de investigación”, ha dicho el funcionario.

El fiscal no ha querido descartar ninguna hipótesis, tampoco que fuera un ataque directo contra los muchachos. A diferencia de la teoría de la confusión, Solís no ha desvelado qué detalles maneja la fiscalía para mantener la del ataque directo. Desde el viernes, la comunidad universitaria de Guadalajara había denunciado la desaparición de los muchachos. Uno de los tres hermanos, José Alberto González Moreno, de 29 años, era estudiante de Geografía en la Universidad de Guadalajara. El muchacho era además músico, tocaba el chelo en una orquesta, igual que su hermano Luis Ángel, de 32 años, que tocaba el violín. Ana Karen era la más joven de los tres, con 24 años y trabajaba en una empresa del sector automotriz, ha informado el diario local El Occidental.

El caso de los hermanos recuerda al de los tres estudiantes de cine de Guadalajara, desaparecidos y asesinados en 2018, en plena campaña presidencial. Entonces, sicarios presuntamente vinculados al CJNG detuvieron a los muchachos, de entre 20 y 25 años, cuando volvían de filmar un corto de una casa de campo, cerca de la capital jalisciense. Según confesaron los supuestos asesinos después, el asesinato de los estudiantes se debió a una confusión, pensaron que eran gente cercana al líder de un grupo criminal contrario.

Confusión o no, el resultado ha sido ahora el mismo que entonces: los muchachos acabaron muertos. La diferencia es el tiempo que ha pasado entre ambos casos. Y es que en tres años, la situación en Jalisco apenas ha cambiado. Al caso de los hermanos o la balacera en Tlaquepaque se suman otros, de mayor o menor perfil, como el asesinato del exgobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, en diciembre pasado en Puerto Vallarta, joya turística del litoral, o el asesinato y abandono del cuerpo de un líder criminal en el centro de Tlaquepaque en marzo, o la balacera en la colonia Chapalita, en Guadalajara, hace apenas dos semanas. Entonces, presuntos integrantes del CJNG trataron de llevarse a un policía durante un operativo, lo que provocó un tiroteo que acabó con cuatro muertos y más de 30 detenidos.

Sin solución aparente, la violencia sigue causando estragos en el país, no solo en Jalisco. En marzo, México registró más asesinatos que en enero o febrero, con 2.597, según el conteo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En la lista de regiones que más asesinatos registran aparecen Jalisco, Guanajuato, Baja California o Michoacán. En todos esos Estados, el problema trasciende al tráfico internacional de narcóticos y apunta al choque y las interacciones entre grupos de criminales fuertemente armados, actores políticos y economías legales o ilegales, caso del robo de combustible, la extorsión al comercio o el transporte y la venta de drogas al menudeo, entre otras.

La manta y el mensaje

En el caso de los hermanos, sus cuerpos aparecieron tirados en una carretera, cerca de San Cristóbal de la Barranca, a 60 kilómetros de casa. El fiscal Solís ha dicho que “dadas las circunstancias en que fueron localizados no se pudo confirmar su identidad enseguida. Iban cubiertos por telas y ropas de cama. Ayer, después de medianoche, pudimos confirmar con la familia que se trata de los jóvenes”, ha señalado el fiscal.

En una entrevista con El Occidental, la novia de José Alberto, el estudiante de Geografía, explicaba que “el día en que se los llevaron, su novio estaba haciendo tarea, el hermano de este estaba terminando unas tazas que le habían encargado -el hermano era serigrafista- y la hermana estaba cenando”. Fue entonces cuando el grupo armado irrumpió en la casa. Eran las 22.40 del viernes. La fiscalía los buscó desde entonces, según ha informado Solís, pero no los encontraron hasta el domingo, ya muertos.

Junto a los cadáveres, las autoridades ubicaron una pancarta con un mensaje dirigido al Gobierno estatal. El fiscal Solís ha explicado que “la lona contenía un mensaje amenazante contra el Gobierno del Estado. Hace alusión a que no se esté mandando personal civil a hacer investigaciones. Luego dicen que esto les va a pasar a los que hagan lo mismo”. Solís no ha dado más detalles sobre el contenido de la pancarta.

En un mensaje escrito en su cuenta de Twitter, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, ha dicho: “La amenaza directa al Gobierno plasmada en una lona encontrada junto a los cuerpos de los jóvenes no nos va a intimidar. Es evidente que con estos ataques quieren someter al Gobierno. No lo van a lograr”.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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