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“Al gobernador Bonilla le molesta que estemos publicando y por eso nos agrede”

Adela Navarro, directora del prestigioso semanario 'Zeta', denuncia agresiones del Gobierno de Baja California por sus publicaciones sobre el manejo de la crisis de la covid en la región

Pablo Ferri
Adela Navarro, directora del Semanario Zeta, este miércoles en la redacción.
Adela Navarro, directora del Semanario Zeta, este miércoles en la redacción.Omar Martínez

El México moderno es un país de semanarios bravos. Proceso, en la capital, nació al calor de la inconformidad de los periodistas que empezaban a ver al PRI con malos ojos. En Sinaloa, Río Doce se erigió en el contrapoder de las mafias político criminales que controlaron el Estado durante décadas, cobijando a las mejores plumas del pacífico, caso del difunto Javier Valdez. Y en Baja California, el semanario Zeta se ha convertido en las últimas décadas en un referente del periodismo de investigación.

Adela Navarro (Tijuana, 1968) dirige la publicación desde 2006, aunque lleva 30 años trabajando allí. Empezó cuando el director aún era Jesús Blancornelas, enciclopedia del hampa fronteriza, que dejó este mundo en ese 2006. Navarro tomó el testigo y no lo ha soltado. Ni piensa hacerlo. Desde finales del año pasado, los ataques del Gobierno estatal, encabezado por Jaime Bonilla, de Morena, han sido constantes. El último fue hace apenas unos días, cuando salió a desmentir una información del semanario sobre el mal manejo estadístico de la pandemia que ha hecho su Administración. “Son mentiras con zeta”, dijo el gobernador.

Los ataques contra la prensa son comunes en México, tanto verbales como físicos. Solo el año pasado, 609 periodistas sufrieron agresiones en el país y 10 fueron asesinados, según la organización Artículo 19.

Pregunta: Ustedes defienden que el Gobierno estatal ha manipulado la estadística de casos y defunciones por covid-19 en Baja California.

Respuesta: Así es, el viernes pasado publicamos, con datos del IMSS —el seguro social más extendido en México— que el Gobierno está manipulando las cifras. Todas las mañanas, el Gobierno del Estado informa de casos de covid-19 y hasta el 13 de julio lo hacía por institución hospitalaria. Pero a partir del 14 de julio decidió ya no informar de casos del IMSS, que son los más.

Yo me contacté con funcionarios del seguro social a nivel nacional y ellos son los que me transmitieron que el Gobierno del Estado ha ocultado al menos 845 casos de covid y tenía pendientes entregar el resultado de 900 pruebas.

Entonces, el gobernador dice que estamos mintiendo y que la única verdad la tienen ellos.

P. ¿Ahí es cuando salieron diciendo que eso son “mentiras con zeta”?

R. Eso fue antes. No es la primera vez que publicamos que están manipulando información. La primera fue cuando investigamos con los funcionarios de los registros civiles municipales, cuántas actas de defunción tenían asociadas a defunciones relacionadas con el nuevo coronavirus. ¡Y son miles más de las que reporta el Gobierno de Estado en su presentación diaria!

P. ¿Las agresiones también vienen de funcionarios o es solo el gobernador?

R. No es solo el gobernador. En diciembre, el secretario de Gobierno convocó a una conferencia de prensa en las oficinas de la secretaría para denostarme por mi vida personal. Lo primero que hacen ellos cuando se acerca un reportero es preguntar, “¿de qué medio vienes?”. Y si dicen semanario Zeta, contestan, “no, para ti no hay información”. El gobernador una vez le dijo a una de mis reporteras si todavía Zeta seguía saliendo. Otra vez le dijo a otro compañero que para qué quería que le respondiera si “ustedes son muy buenos para inventar”.

P. Es una situación que viene de antes del covid, ¿no? Ustedes publicaron hace meses que antes de asumir el poder, futuros funcionarios de la Administración pidieron dinero a empresarios locales.

R. Sí, pero empezó incluso antes de eso. De hecho las agresiones empezaron con la ley Bonilla [el gobernador Bonilla ganó las elecciones para un periodo de dos años, luego pretendió ampliarlo a cinco con la ley Bonilla, pero la Suprema Corte invalidó esa ley este año]. El día que ganó la elección publicamos: “Un gobierno de dos años”, porque es histórico en Baja California, nunca ha ocurrido. Y le molestó. Pocos días después presentaron esta iniciativa de la ley Bonilla. Y nuestra portada fue: “Es inconstitucional”, lo que terminó diciendo la corte el 11 de mayo de 2020, cuando desecha la ley Bonilla. Entonces, el gobernador intentó hacer un pacto con el semanario.

P. ¿Y qué significaba ese pacto?

R. Que les apoyáramos el tiempo que estuvieran. No supe más, porque mi respuesta fue “no hacemos ningún pacto”. Es más, no permití que me dieran más información.

P. Bueno, ese fue el primer desencuentro.

R. Sí, luego ha referido que yo tenía intereses políticos, pero no entiendo. Yo llevo 30 años en el periodismo, desde 2006 como directora de Zeta y aunque ha habido invitaciones, nunca he aceptado.

P. ¿Qué pasó luego con el tema de las peticiones de dinero a empresarios?

R. En noviembre nos contactaron para darnos información sobre moches que estaban pidiendo funcionarios, concretamente el oficial mayor, la secretaria de Bienestar y el secretario de Gobierno. Con estas pruebas y con entrevistas, publicamos esta información y ahí de plano se puso más agresivo el discurso. Ese caso aún se está investigando en la Fiscalía del Estado. Días después de la publicación, renunciaron el oficial y la secretaria de Bienestar. El secretario de Gobierno no. De hecho el gobernador le respaldó públicamente.

P. ¿Usted cree que la actitud de López Obrador con algunos medios en algunos momentos respalda los ataques de Bonilla contra ustedes?

R. Influye, claro, pero la diferencia es que López Obrador todas las mañanas responde las preguntas de los reporteros y Bonilla no da entrevistas ni hace conferencias. Hace Facebook Live. A veces yo entro a ver estos mensajes. Y enseguida hacen un pantallazo y lo ponen en la pantalla y el gobernador dice “ah, mira, nos está viendo Adela Navarro, qué bueno, para que esté informada”.

P. Para que no digan mentiras, ¿no?

R. Exacto. Es una actitud de cerrazón. El Gobierno está queriendo ocultar. Le molesta que estemos publicando y por eso nos agrede.

P. Lleva 30 años ahí, has visto un puñado de gobernadores, ¿qué tal es Bonilla comparado con los demás?

R. Nunca nos había tocado uno tan agresivo. Hemos tenido altibajos con todos. Jesús Blancornelas me comentaba que en los años ochenta, cuando nace Zeta, pasó algo parecido. Campañas sucias, desaires, etcétera. Y ese gobernador, Xicontencatl Leyva, justo es el padrino político de Jaime Bonilla. Con él es cuando Bonilla empieza a hacer crecer sus negocios y empresas.

P. ¿Del PRI?

R. Fue el último gobernador del PRI en Baja California. No terminó su sexenio. Estuvo cinco años, porque cuando llegó el presidente Carlos Salinas, lo sacaron de allí y lo mandaron a un cargo inventado en Washington. En 1989, después de que él saliera, el PRI perdió por primera vez una elección en un Estado en México.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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